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Aprendizaje


Enviado por   •  30 de Junio de 2012  •  1.146 Palabras (5 Páginas)  •  392 Visitas

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Costumbres de la época

Las clases sociales altas, de familias pudientes organizaban en sus casas o altos, tertulias que eran reuniones en las que se invitaban a sus amistades escuchaban música, se conversaba, se bailaba, se reunían en una gran sala iluminada con muchos candelabros, y se vestían con sus mejores ropas, allí se servían comidas típicas como empanadas, pastelitos, etc.

La música que escuchaban era suave como por ejemplo el minue que se ejecutaba en el piano. Las damas usaban vestidos largos hasta los pies armadas con enaguas de volados, confeccionados generalmente por ellas mismas ayudadas por sus esclavas. Las telas eran traídas de Europa. También llevaban peinetones con delicadas mantillas, abanicos y sombrillas para protegerse del sol. Los sastres en esa época eran muy escasos y en el interior no existían. Las señoras también confeccionaban la ropa de sus maridos y de sus hijos.

Los caballeros se vestían con sacos de levita, camisas con volados, pantalones angostos o polainas, galera y bastón con puño de metal.

Algunas de las costumbres de aquella época por ejemplo era reunirse por las tardes en el patio de las casas a tomar mate, se servían por ejemplo mate amargo para los hombres, llamado cimarrón el cual estaba preparado en una calabaza curada con yerba y para las damas se servía mate dulce también cebado en una calabacita pero curado con azúcar quemada.

Durante la época colonial, en Buenos Aires, se realizaban multitud de juegos y pasatiempos muchos de los cuales diferían según el grupo social que los practicaba.

Desde 1811 se celebraron en Buenos Aires las "fiestas mayas", en conmemoración de la Revolución de 1810. La gente de la ciudad se reunía en la Plaza Mayor, donde se realizaban distintos juegos. Se instalaban varios "palos enjabonados" que en la punta tenían premios: chales, bolsas con dinero, relojes. Los jóvenes que se arriesgaban a subir obtenían uno de los premios si lograban llegar al extremo del palo.

Otro de los juegos que se desarrollaba era "elrompecabezas". Consistía en una estaca o barra de equilibrio ubicada en altura sobre dos pivotes. Quien lograba caminar por la barra sin caerse recibía como premio una moneda.

Por la noche se escuchaba música, se bailaba y se disfrutaba de los fuegos artificiales.

Fuera de estos festejos especiales un pasatiempo que contaba con numerosos partidarios, era el dominó, un sencillo juego de origen presumiblemente oriental que habían puesto de moda los italianos en el siglo XVIII. Se jugaba, como en la actualidad, con 28 fichas rectangulares, fabricadas en hueso o marfil y punteadas desde el "doble cero" hasta el "doble seis".

También se practicaba, entre adultos, el juego de la oca, descendiente de los "jardines de la oca" del medioevo alemán. Como en los juegos modernos se trataba de un tablero de cartón con una espiral de 63 casillas, con figuras pintadas, y para practicarlo se empleaban dos dados y unas pequeñas piezas de plomo que representaban a las "ocas" de cada jugador.

La ruleta y los juegos de azar tenían su sede en la casa de Martín Echarte una especie de casino colonial donde también se jugaba a las damas y al ajedrez y por supuesto se hablaba de política.

Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. En 1791 el virrey Arredondo inauguró la pequeña plaza de toros de Monserrat (ubicada en la actual manzana de 9 de julio y Belgrano) con una capacidad para unas dos mil personas. Pero fue quedando chica, así que fue demolida y se construyó una nueva plaza para 10.000 personas en el Retiro en la que alguna vez supo torear don

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