Ciencias Naturales Y Su Didactica
Enviado por GabrielaValdivia • 7 de Junio de 2015 • 2.472 Palabras (10 Páginas) • 235 Visitas
CÁTEDRA: CIENCIAS NATURALES Y SU DIDÁCTICA II – AÑO 2015
PROFESORA: LIC. ANDREA FRAJBERG
DOCUMENTO N° 2
Enseñar Ciencias Naturales en la escuela primaria nos pone en un lugar de privilegio, pero también de responsabilidad. Tenemos el rol de guiar a nuestros alumnos en el conocimiento de ese mundo nuevo que se abre ante ellos cuando comienzan a hacerse preguntas y a mirar más allá de lo evidente. Será nuestra tarea aprovechar la curiosidad que todos los chicos traen a la escuela como plataforma sobre la cual construir herramientas de pensamiento científico y desarrollar el placer por seguir aprendiendo.
La meta está clara, pero el camino no siempre es tan sencillo. Todavía hoy en la mayoría de las escuelas primarias de nuestro país, las Ciencias Naturales se enseñan muy poco –mucho menos de lo prescripto por los diseños curriculares– y, en general, las clases adoptan una modalidad transmisiva en la que los docentes les presentan un cúmulo de conocimientos acabados que –con suerte– los alumnos recordarán más adelante. En este sentido, no debe sorprendernos que los exámenes nacionales e internacionales muestren que los alumnos de nuestro país egresan de la escuela sin alcanzar saberes fundamentales que, en conjunto, se conocen como “alfabetización científica” y que los preparan para vivir como ciudadanos plenos en el mundo de hoy.
En este sentido, entendemos por alfabetización científica una propuesta de trabajo en el aula que implica generar situaciones de enseñanza que recuperen las experiencias de los chicos con los fenómenos naturales, para que vuelvan a preguntarse sobre ellos y elaboren explicaciones utilizando los modelos potentes y generalizadores de las ciencias físicas y naturales.
LA CIENCIA COMO INDAGACIÓN
Las Ciencias Naturales como producto y como proceso
“… ¿De qué hablamos cuando hablamos de ciencias naturales? ¿Qué es esa cosa que enseñamos en nuestras clases?”
Comenzamos con esta pregunta porque, aunque no siempre sea explícita o seamos conscientes de ella, toda propuesta didáctica lleva consigo una visión sobre su objeto de enseñanza que determina mucho de lo que sucede en una clase. La concepción de ciencia impacta desde lo que el docente elige hacer, preguntar, explicar o incluso callar, hasta el tipo de actividades que se proponen a los alumnos o el clima que se genera en el aula.
Para explicar la mirada sobre las ciencias naturales que nos guía en nuestra propuesta pedagógica, vamos a usar una moneda como analogía.
¿Cuál es su característica más notoria?: tiene dos caras.
Comencemos por la primera cara de la moneda. Cuando hablamos de ciencias naturales, solemos referirnos a un conjunto de conocimientos que la humanidad ha construido a lo largo de varios siglos y que nos permite explicar cómo funciona el mundo natural. Hablamos, por ejemplo, del concepto fotosíntesis y también del mecanismo de selección natural, junto con el concepto de reacción química y el conocimiento sobre cómo se reproduce una bacteria. Estos conocimientos, por supuesto, no están dispersos ni son ideas sueltas, sino que están fuertemente organizados en marcos explicativos más amplios (teorías y leyes) que les dan sentido. Llamaremos a este cuerpo de saberes el PRODUCTO de la ciencia.
Pero si vemos la ciencia solamente como un producto estamos dejando a un lado la otra cara de la moneda. Porque las ciencias naturales son también un PROCESO, unos modos de conocer (utilizamos aquí el término “competencias” y “modos de conocer” de manera equivalente a lo que en otros textos aparecen como “procedimientos”, “habilidades” o “destrezas” científicas) la realidad a través de los cuales se genera ese producto. Pensemos en la otra cara de los productos de la ciencia que mencionamos en el párrafo anterior: ¿Cómo sabemos que una planta fabrica su alimento a partir de la luz del sol? ¿Qué evidencias nos dicen que el ambiente juega un fundamental papel en la evolución de los seres vivos? ¿Cómo podemos averiguar si, al mezclar dos sustancias, ocurre una reacción química?
¿Cómo darnos cuenta de que una bacteria se está reproduciendo?
En esta otra cara de la ciencia, tienen un rol fundamental la curiosidad, el pensamiento lógico, la imaginación, la búsqueda de evidencias, la contrastación empírica, la formulación de modelos teóricos y el debate en una comunidad que trabaja en conjunto para generar nuevo conocimiento. Y en este modo de construir el conocimiento, también tiene un papel importante el contexto, dado que la ciencia es una actividad humana, hecha por personas, con dudas, pasiones e intereses, que trabajan en instituciones enmarcadas en una sociedad y en un momento histórico.
Entender esta segunda cara de la moneda implica, también, comprender el carácter social de la ciencia y su relación con otros aspectos de la cultura.
¿Por qué usamos la analogía de la moneda para explicar las ciencias naturales? En primer lugar, porque tiene dos caras. Pero también porque dichas caras son inseparables. No existe una sin la otra. Y esa característica, como veremos, es fundamental a la hora de diseñar propuestas de enseñanza que sean coherentes con la imagen de ciencia que hemos propuesto.
Aprender ciencias como producto y como proceso
La etapa de la escuela primaria es clave para colocar las piedras fundamentales del pensamiento científico. En ese momento, se sientan las bases para lo que se conoce como alfabetización científica (Fourez, 1997).
Este proceso, que culmina en la escuela secundaria, implica que los alumnos conozcan la naturaleza de la ciencia y los fundamentos de cómo se genera el conocimiento científico, y que aprendan no solo conceptos, sino competencias relacionadas con el modo de hacer y pensar de la ciencia que les permitan participar como ciudadanos críticos y responsables en un mundo en el que la ciencia y la tecnología juegan un rol fundamental.
Volviendo a la analogía de la moneda, la alfabetización científica incorpora las dimensiones de las ciencias naturales como producto y como proceso, que se traducen en dos objetivos de aprendizaje fundamentales: la comprensión de las bases del funcionamiento del mundo natural, por un lado, y el desarrollo de competencias de pensamiento científico, por otro.
Aprender ciencias como producto
Saber Ciencias Naturales va mucho más allá de conocer al detalle todos los elementos de la tabla periódica, recordar el nombre de los huesos del cuerpo humano o poder repetir correctamente las etapas del ciclo de vida de una planta. El desafío actual para un alumno (y vale decir, para cualquier ciudadano) no pasa por acceder a la información científica, sino por poder darle
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