Competencias
Enviado por mary2520 • 19 de Junio de 2013 • 1.854 Palabras (8 Páginas) • 318 Visitas
EL CAPULLERO
MATERIAL:Barro
REGLAS:
Ganar el juego consistía en dejar sin barro al contrario o contrarios, porque algunas veces jugábamos más de dos. El material era barro, cuanto más arcilloso, mejor.
Se amasaba bien la pella de barro y se modelaba una especie de cuenco con las paredes más gruesas que el fondo y el que le tocaba por suerte el empezar, hacía la pregunta ritual: "Capullero, ¿se ve el agujero?" Y se lanzaba el cuenco contra el poyo, de forma que la boca llegase con fuerza y lo más plana posible. Al aplastarse, el aire que estaba dentro rompía el fondo del capullero y el contrario tenía que taparlo con un trozo de su barro mientras el tirador decía: "Capullero, tapa ese agujero".
La habilidad había que demostrarla no sólo a la hora de tirar con fuerza y bien para que el agujero abierto fuera lo mayor posible, sino que cuando tenias que tapar el agujero del otro había que conseguir hacerlo con la lámina más fina que se pudiera para utilizar menos barro propio. Y allí era el mojarse las manos en el pilón, echarse saliva en las manos o en los dedos y restaurar como se pudiera el agujero. Después se cambiaba y así hasta que tocaba subir a la escuela.
FUENTE: http://roble.pntic.mec.es/~fromer2/soto/pasado/juegos.htm
EL CASTRO O TRES EN RAYA
PARTICIPANTES: dos
MATERIAL: seis piedras diferentes tres a tres y el dibujo
REGLAS:
Por sorteo se elige a uno de los participantes que comienza el juego colocando una de sus piedras en el centro. Alternativamente las van colocando hasta que uno consigue completar una línea entera. El ganador comienza el siguiente juego.
A ESCONDER COSTILLAS
PARTICIPANTES: Ilimitados
MATERIAL:
ÉPOCA: Otoño e invierno
REGLAS:
Era este un juego para el frío del invierno. Dentro de Portales no nos mojábamos, y a base de jugar entrábamos en calor. La verdad es que un poco burros sí que éramos. Consistía el juego, que podía jugarse a partir de tres jugadores, en apoyar -esconder- la espalda -costillas- en las paredes o en los pilares de Portales, de modo que estuviesen bien ocultas. De lo contrario, cualquiera de los jugadores podía pegarte, -con la mano abierta, eso sí,- todo lo fuerte que quisiera en la espalda.
Normalmente, el que se consideraba más hábil, o era más capaz de aguantar golpes, se quedaba en medio. Entonces, los que estaban apoyados en la pared intentaban cruzar y esconder las costillas en los pilares y de paso, dar un buen golpe al que estaba en medio. Esto era aprovechado por los demás para hacer la misma jugada.
Normalmente, con toda la ropa que se llevaba en invierno el daño no era mucho. Sólo cuando todos los golpes iban a dar en la misma persona -por lo que fuera- acababa alguno llorando.
FUENTE: http://roble.pntic.mec.es/~fromer2/soto/pasado/juegos.htm
ESCONDER EL TRAPO
PARTICIPANTES: Más de uno
MATERIAL: Un trapo
REGLAS:
Se elige una parte del pueblo. Uno esconde un trapo y los demás se tapan los ojos. Cuando está escondido, el resto trata de encontrarlo. El que lo encuentra se la queda para la siguiente partida.
ÉPOCA: Todo el año
FUENTE: Lucía Moral Gallego
GALLO, GALLINA, POLLO O POLLINA
MATERIAL: capullos de amapola
PARTICIPANTES: al menos dos
REGLAS:
El juego consiste en averiguar el color de los capullos de amapola. Un jugador coge un capullo y le pregunta al otro:
-¿Gallo, gallina, pollo o pollina?
Si al abrirlo es rojo, es gallo; si tiene color rosado, gallina; si es blanco, pollo y si está entre blanco y rosa, pollina.
LOS SANTOS
PARTICIPANTES: Varios
MATERIAL: Cajas de cerillas
REGLAS:
Los santos, como puede verse en el juego de la taba, eran las cubiertas de las cajas de cerillas. Las que yo recuerdo, de allá por los años cuarenta y cincuenta, venían fundamentalmente en dos tipos de cajas: una de ellas era de cartón blanco en la que aparecía en una de las caras el escudo con el águila en negro y rojo, y que tenía las cerillas con cabeza negra y rabo de hilo y cera. La otra estaba forrada de color; en una de las caras venía una ilustración- castillo, cuadro, monumento- y por la otra una leyenda en que se explicaba el
anverso. Las cerillas eran de papel encerado y tenían la cabeza blanca. Unas y otras se encendían en un rascador de lija, que estaba pegado en las de color y hecho sobre el mismo cartón en las de blanco. Sólo valían como santos las caras que tenían dibujo. Las del escudo valían uno y las de color, dos.
También valía dos la cubierta de otra caja de cerillas, mucho más rara, cuya cubierta era de madera forrada de papel de seda morado con la bandera en el anverso. Las cerilla eran de palo y se encendían en un rascador como los de ahora. Apenas si se utilizaban porque se rompían muy pronto. También se utilizaban, y se cambiaban por diez, una especie de insignias que hacía El Auxilio Social en donde venía el escudo de una provincia, en color, o un traje regional.
Se jugaba de modos diferentes: Uno, descrito en el juego de la taba. Otro era "el monto". Consistía en dejar caer o tirar desde una altura predeterminada, y la plaza estaba -está, aunque ahora menos- llena de poyos, escaleras o rebordes como los de los pilares de Portales, la Estatua... Desde cualquiera de esos lugares se tiraba el santo ; el siguiente jugador hacía lo mismo, y si su santo
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