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Cultivo de fresa y fresón


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2013  •  Tesis  •  5.365 Palabras (22 Páginas)  •  465 Visitas

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Cultivo de fresa y fresón

Descripción general

Dada la cantidad de variedades de plantas de fresón, la descripción se ajusta a las características generales que tiene la gran mayoría de ellas, pero puede ocurrir que determinadas variedades se aparten mucho de estos requerimientos, por lo que habrá que consultar en cada caso al suministrador, los requerimientos específicos de la variedad que nos suministra.

El tallo de la planta de fresa o fresón está constituido por un eje corto de forma cónica llamado “corona”, en el que se observan numerosas escamas foliares. Hojas pecioladas, limbo trifoliado, folíolos dentados con envés pubescente en los nervios.

Las fresas y los fresones pertenecen a la familia Rosaceae y al género Fragaria. El nombre científico es Fragaria vesca conociéndose vulgarmente con los nombres de, Fresa, Fresas, Fresón, Fresones, Frutilla, Frutillas, Fresal, Fresera, Amarrubia, Madroncillo, Mayueta

La planta de fresón es de tipo herbáceo, perenne y estoloníferas, (que producen estolones o plantitas nuevas unidas a la planta madre).

El sistema radicular es compuesto, las raíces principales presentan un tejido de reserva para la planta y son perennes, mientras que las secundarias, carecen de este tejido por lo que son mucho más finas, son de color más claro y tienen un periodo de vida corto, de algunos días o semanas, en un natural proceso de renovación influenciado por los factores ambientales y patógenos de suelo.

La profundidad del sistema radicular es muy variable, dependiendo del tipo de suelo y la presencia de patógenos. En condiciones óptimas pueden alcanzar los 2-3 m, de profundidad aunque lo normal es que no sobrepasen los 40 cm, encontrándose la mayor parte (90%) en los primeros 25 cm.

El tallo está constituido por un eje corto de forma cónica llamado “corona”, en el que se observan numerosas escamas foliares. Las hojas aparecen en roseta y se insertan en la corona. Tiene un largo tallo (peciolo) que se suelda al tallo mediante dos estipulas rojizas. La hoja se divide en tres partes de bordes aserrados, que tienen un gran número de estomas (300-400/mm2), por lo que permite una gran transpiración si aumenta el calor.

Las inflorescencias se desarrollan a partir de una yema terminal de la corona, y de yemas nacidas en las axilas de las hojas. De estas inflorescencias nacen las flores con dos formas, la basal con varias flores de porte similar, o discal en el que hay una flor primaria y otras secundarias de menor tamaño. La flor tiene 5 o 6 pétalos, 20 a 35 estambres y varios cientos de pistilos sobre un receptáculo carnoso.

La Fresa o el fresón propiamente dicho, es un receptáculo carnoso que tiene distribuidos por la superficie los auténticos frutos.

Desde un punto de vista agronómico; los cultivares de fresón se pueden clasificar en tres grupos: reflorecientes o de día largo, no reflorecientes o de día corto, y remontantes o de día neutro.

La floración en los dos primeros casos se induce por un determinado fotoperiodo, mientras que este factor no interviene en el tercero. En cualquier caso, no sólo influye el fotoperiodo, sino las temperaturas u horas de frío que soporta la planta.

Requerimientos del cultivo

Temperatura Como indicamos, existe una gran cantidad de variedades, siendo algunas muy resistentes a climas fríos, pero en general, el fresón es un cultivo que se adapta muy bien a muchos tipos de climas. Su parte vegetativa es altamente resistente a heladas, llegando a soportar temperaturas de hasta –16 ºC, (en la fase vegetativa, -6ºC aunque los órganos florales quedan destruidos con valores algo inferiores a 0 ºC. Al mismo tiempo son capaces de sobrevivir a temperaturas estivales de 55 ºC.

Los valores óptimos para una fructificación adecuada se sitúan en torno a los 10-13ºC como temperatura nocturna y 18-22ºC diurna 15-20 ºC. Temperaturas por debajo de 12 ºC durante el crecimiento del fruto dan lugar a frutos deformados por frío, en tanto que un tiempo muy caluroso puede originar una maduración y coloración del fruto muy rápida, lo cual le impide adquirir un tamaño adecuado. No obstante, el fresón necesita acumular una serie de horas frío, con temperaturas por debajo de 7ºC, para dar una vegetación y fructificación abundante.

Este requerimiento en horas frío, muy variable según las variedades, no se produce en la mayoría de los lugares del sur de la Península Ello obliga a desarrollar las plantas en latitudes altas, de forma que una vez acumulada la cantidad de frío necesaria para cada variedad las plantas son trasladadas a zonas mas calientes para su cultivo. Es muy importante determinar el frío requerido por cada variedad, debido a que una insuficiente cantidad origina un desarrollo débil, que da frutos blandos y de corta vida frescos, una vez cortados. Un exceso de frío acumulado, da lugar a producciones más bajas, un gran crecimiento vegetativo y la aparición de estolones prematuros.

Humedad

La pluviomtría mínima requerida en secano se sitúa en torno a los 600 mm, en regadío es necesario aportar en nuestras latitudes del orden de 2000 mm durante el ciclo del cultivo otoñal. En la zona cantábrica se puede intentar el cultivo en secano, en el resto de la península y en las Islas, salvo en puntos excepcionales, deberá cultivarse en regadío

Suelo

Un suelo catalogado como arenoso o franco-arenoso y homogéneamente profundo se acercaría al ideal para nuestro cultivo. Prefiere suelos equilibrados, ricos en materia orgánica, aireados, bien drenados, pero con cierta capacidad de retención de agua. Niveles bajos de patógenos son igualmente indispensables para el cultivo. Es importante que el suelo esté bien drenado de forma que no se formen charcos persistentes en la zona de cultivo La granulometría óptima de un suelo para el cultivo del fresón aproximadamente es : – 50% de arena silícea – 20% de arcilla – 15% de calizas – 5% de materia orgánica

En definitiva, un suelo catalogado como arenoso o franco-arenoso y homogéneamente profundo se acercaría al ideal para nuestro cultivo.

Es conveniente un pH ligeramente ácido mejor que uno ligeramente básico, el óptimo se haya en torno a 6,5 e incluso menor. Conviene que en el terreno exista cierta cantidad de materia orgánica en distintos grados de descomposición, por lo que debe incluirse, compost o vermiculita en el abonado de fondo. El equilibrio químico de los elementos nutritivos se considera más favorable que una riqueza elevada de los mismos.

Una relación C/N: 10 se considera un valor adecuado, con ello se asegura una buena evolución de la materia orgánica aplicada al suelo.

El fresón es muy sensible a la sal, aunque hay variedades más resistentes, por ello deberemos evitar

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