Cómo Enfrentar El Proceso De Morir.

SÍNTESIS:

EL FINAL DE LA VIDA: CÓMO ENFRENTAR EL PROCESO DE MORIR.

La muerte es un proceso natural al que todos los seres vivos nos enfrentaremos en algún momento de nuestras vidas, ya sea como desenlace de la senectud o como enfermedad terminal. El ser humano ha querido entorpecer el proceso del envejecimiento, y obviamente, el de la muerte. Aunque la realidad es que de alguno u otro modo nuestra existencia concluirá en ella. Y es que se nos hace difícil aceptar que el proceso de muerte es inevitable; la medicina, la bioética y la tanatología han tratado de explicar u orientar acerca de una muerte digna, pero la realidad es que si el ser humano no comienza aceptando el proceso de muerte, estos estudios serán nulos.

A pesar de ser un proceso natural e inevitable, toma relevancia en situaciones en las que es posible percibirla como cuando la edad, el deterioro, una amenaza o diagnóstico preciso la anuncia irremediablemente. Y es que todo esto conlleva hacia la evidente pérdida de la calidad de vida del paciente. Sin duda, todos desean morir de una forma apacible, pacífica, sin sufrimiento o dolor y en compañía de alguien.

Cuando el sistema de salud se involucra en el proceso de muerte de una persona, surgen varios conflictos por ambas partes, del paciente y del médico tratante. A pesar de que el médico posee conocimientos y está preparado para preservar la vida, es evidente que no podrá evitar la muerte. Entonces, en un paciente en el cuál es obvio el proceso de muerte ¿por qué se sigue luchando inútilmente contra ella? Por parte del médico, éste tratará de preservar su integridad legal en su profesión. En contraparte, el paciente se ve afligido por la inevitable muerte y por la posibilidad de que su médico logre retrasarla o entorpecerla. Por ello, para evitar estos conflictos se debe aceptar a la muerte como el fin de un proceso, ya que el pensar acerca de ella nos causa más sufrimiento del que se padece. Por otro lado, el médico debe compartir y acompañar al paciente hasta el final de su vida.

Hablando acerca de las formas de morir, la del proceso de deslizamiento biológico, me parece la más acertada. Toda célula dejará su vitalidad funcional después de un número limitado de replicaciones, al cual se sumarán la de otras células conformando anomalías, convirtiendo a la persona en un ser más vulnerable y mostrando anomalías en su estructura: menor movilidad, anorexia, pérdida de los sentidos, disminución de la memoria, entre otros, haciendo difícil diferencia entre el proceso de envejecimiento y el patológico.

Entre las afecciones más comunes que entorpecen la senectud del paciente, tenemos:

1. Neumonía: se describe como la afección más frecuente de los pacientes ancianos, que puede o no terminar en muerte.

2. Ataque cerebrovascular: esta afección ocurre como la condensación de factores, que durante la vida adulta del paciente se vieron exacerbados, pudiendo ser modificados y así evitar un EVC.

3. Demencia: no todos los pacientes de la tercera edad se verán afectados por la demencia, solo el 30% se verá afectado por ella.

4. Inmovilidad: parece ser uno de los problemas más angustiantes que presenta el paciente de la tercera edad, ya que simboliza dependencia. El paciente inmóvil en cualquier momento verá involucrado en padecimiento trombo-embólicos, lesiones tipo escaras, dentro de las más significativas.

5. Dejar de comer: no como sinónimo de anorexia, ya que el paciente senil “cierra la boca” para acelerar su muerte.

6. Decisión consciente: no como significado de suicidio sino como una forma de identificar los signos de la muerte y así aceptar de manera consciente el proceso de muerte.

7. Fragilidad: paciente senil vulnerable. Se identifica por rasgos como debilidad, fatiga, anorexia, desnutrición, pérdida de la masa muscular y ósea, alteraciones de la marcha y equilibrio o desacondicionamiento físico que conlleva a caídas, lesiones y fracturas. Además, existen factores que hacen aún más propenso al anciano de sufrir fragilidad, como las hospitalizaciones, el aislamiento, la soledad,

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