Diabetes Tipo 1
Enviado por Bermejishh • 29 de Noviembre de 2012 • 2.623 Palabras (11 Páginas) • 442 Visitas
DIABETES TIPO 1 (INSULINODEPENDIENTE IDDM)
La diabetes tipo 1 también se conoce como diabetes juvenil ya que su aparición es usualmente antes de los 35 años de edad. La diabetes tipo 1 es insulinodependiente, lo que quiere decir que se requiere de terapia con insulina desde la aparición de la enfermedad. En la diabetes tipo 1 las células pancreáticas que producen la insulina se encuentran destruidas, llegando inclusive a la perdida total de producción de la hormona. Sin la insulina, la glucosa permanece en el torrente sanguíneo, incrementando su nivel, en la sangre, particularmente después de las comidas. Posteriormente, la glucosa pasará a la orina.
• ¿Por qué surge la diabetes?
Hasta hoy desconocemos lo que da origen a la diabetes tipo 1. Sin embargo sabemos que no es provocada por comer muchos dulces. Cerca del 60-70% de la diabetes tipo 1 es consecuencia de factores no hereditarios, es decir; factores de riesgo debido a los hábitos en estilo de vida, las infecciones o la exposición a ciertos factores ambientales. Pero aún no resulta claro cuales son esos factores, infecciones o exposiciones de los que se habla.
Parte de la reacción anormal de la defensa inmune del organismo es la herencia. Ciertos marcadores que pueden medirse en la sangre están presentes en casi todos lo niños y adolescentes con diabetes tales como los antígenos HLA en el cromosoma número 6. Sin embargo, estos marcadores también están presentes en el 20-60% de las personas que no tienen diabetes. Ciertos componentes genéticos tienen un efecto protector que permite que una persona que los tenga, no contraiga la diabetes.
Se considera que una enfermedad viral provoca que los anticuerpos, además de destruir al virus, ataquen y causen daño a las a las células beta del páncreas, productoras de la insulina. Como el daño es producto de un efecto en el propio sistema inmunológico, la diabetes se considera como una enfermedad autoinmunológica.
Las células beta se recuperarán parcialmente, después de algún tiempo; pero si el ataque inicial se repite en muchas ocasiones, la producción de insulina disminuirá lo suficiente como para elevar el nivel de la glucosa en sangre. Los anticuerpos específicos contra los islotes de Langerhans del páncreas, productores de insulina, pueden ser detectados varios años antes de la aparición de la diabetes y con un riesgo anticipado de daño celular. Los anticuerpos también pueden desaparecer espontáneamente, sin que la persona contraiga diabetes.
Los factores ambientales que generan el proceso de la enfermedad pueden iniciarse al principio de la vida, muchos años antes de la aparición de la diabetes.
• Herencia
Solo el 13% de los niños y adolescentes que contraen diabetes tienen un padre o hermano con diabetes. El riesgo de contraer diabetes a la edad de 30 años por parientes en primer grado (hermano/hermana o padre/hijo) es entre el 3 y 10%. El riesgo de que contraiga diabetes el hijo de una persona con diabetes es de 2% si la madre es la que tiene diabetes, y el 6% si el padre es el que tiene diabetes.
Los factores ambientales afectan al individuo, ocasionando que el riesgo de contraer diabetes cambie en las familias.
• Insulina
Muchas de las diversas funciones de un organismo se encuentran controladas por las hormonas. Estas trabajan como llaves, “abriendo puertas” a diferentes funciones en el cuerpo. La hormona insulina se produce en el páncreas dentro de las células especiales llamadas beta. La otra función importante del páncreas es producir enzimas para la digestión de los alimentos. Esta función se realiza adecuadamente en el organismo de una persona con diabetes. Las células beta se localizan en los islotes de Langerhans, los cuales contienen además células alfa, productoras de la hormona glucagón.
La insulina es muy importante para el desarrollo del cuerpo. Es la llave que abre la puerta para que la glucosa pueda entrar a las células. Tan pronto como se ve o se huele la comida, se desatan señales a las células beta para incrementar la producción de insulina. Cuando el alimento llega al estómago e intestino, otras hormonas específicas envían señales a las células beta para continuar con la producción de insulina.
Las células beta contienen un medidor de glucosa en sangre, que detecta cuando se eleva el nivel de glucosa en sangre, secretando una cantidad específica de insulina en el torrente sanguíneo.
Al ingerir alimentos, la concentración de insulina en la sangre se incrementa rápidamente en una persona que no tiene diabetes para hacerse cargo de la glucosa proveniente del alimento, trasportándola al interior de las células. El nivel de glucosa en sangre en una persona que no tiene diabetes no se incrementa por lo general, más allá de 1-2 mmol/l después del alimento.
La insulina que circula en el torrente sanguíneo hacia las diferentes células del cuerpo, se fija a la superficie de las mismas, en los receptores específicos, haciendo permeable la pared celular a la glucosa. La insulina estimula ciertas proteínas de la célula para que se aproximen a su superficie, atrapen la glucosa y la transporten al interior de la célula. De esta forma, en nivel de glucosa en la sangre se mantiene constante.
Ciertas células no requieren insulina para transportar glucosa a su interior. Estas células absorberán directamente la glucosa en proporción al nivel de glucosa en sangre. Tales células forman parte del cerebro, fibras nerviosas, retina, riñones, glándulas suprarrenales, vasos sanguíneos y glóbulos rojos. En los casos en los que no existe suficiente glucosa en el cuerpo, la producción de insulina se detendrá, reservando la glucosa a los órganos más importantes.
Cuando una persona con diabetes tiene un alto nivel de glucosa en la sangre, las células que no requieren insulina absorberán grandes cantidades de glucosa y a la larga esto será tóxico para las células y los órganos serán vulnerables a las complicaciones.
El cuerpo humano requiere de una pequeña cantidad de insulina entre comidas y durante la noche para asimilar la glucosa proveniente del hígado. Aproximadamente, el 40-50% de la producción diaria de insulina, en una persona que no tiene diabetes, se agrega entre comidas.
El exceso de carbohidratos de los alimentos se transforma en grasas y se almacena en el tejido graso. El exceso de grasa de un alimento se almacena de la misma forma. La habilidad para almacenar grasa en el organismo es prácticamente ilimitada. Las proteínas de los alimentos se utilizan en los diferentes tejidos. No existe una forma específica de almacenamiento de aminoácidos. La descomposición de los aminoácidos para producir glucosa, como en el caso del ayuno prolongado, implicará la degradación
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