Extradicion
Enviado por hades_13_8 • 26 de Mayo de 2014 • 1.727 Palabras (7 Páginas) • 243 Visitas
EXTRADICIÓN.
1. CONCEPTO.
La palabra “extradición”, proviene del vocablo
griego ex, que significa fuera de, y del vocablo latino
traditio, onis, que indica la acción de entregar.
La definición gramatical y etimológica nos es útil
para fijar la antigüedad del término y para conocer que,
ya de entrada se refiere al acto de entregar fuera; sin
embargo, la extradición va mucho más allá de la acción
de entregar.
Muchas han sido las definiciones que han dado los
tratadistas para intentar perfilar un concepto que nos
aproxime a su definición y para ello podemos remitirnos
a las fuentes bibliográficas;1 pero para los efectos que
nos proponemos, quisiera establecer un término propio
de extradición que, es obvio, abreva de las definiciones
doctrinarias y extrae de ellas sus elementos
fundamentales.
Así, tenemos que la extradición es un acto de
Cooperación internacional, que tiene como finalidad la entrega de una persona que se encuentra en el
Territorio del Estado requerido hacia el Estado
Requirente, con objeto de facilitar el enjuiciamiento penal de la persona reclamada, o bien, la ejecución
de una sentencia previamente impuesta al extraditado
por partes de las autoridades judiciales del Estado
requirente.
Los fundamentos de la institución tienen que ver
con un asunto de mucha actualidad: la jurisdicción
internacional. Asistimos a lo que muchos han llamado
la jurisdicción universal o bien el establecimiento de
jueces internacionales.
Hoy están en la palestra temas como la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y su injerencia en los ordenamientos jurídicos
nacionales, la suscripción del tratado que crea la Corte
Penal Internacional y el enjuiciamiento de nacionales
por parte de otros gobiernos. Sobre éste último tema, en
particular, habremos de volver posteriormente, luego de
señalar algunos antecedentes históricos de la
extradición que nos sean útiles para determinar su
actualidad.
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La figura de la extradición, dice García Barroso, es
hoy una de las manifestaciones más tangibles de
solidaridad que une a los países del mundo en la lucha
contra el crimen. Es una de las instituciones jurídicas
que ha adquirido mayor relevancia en el derecho
contemporáneo y, sin embargo, muchos autores
consideran que fue practicada desde tiempos antiguos.
Desde Roma y Grecia, que regularon estatutos
especiales para los extranjeros, pasando por los
tratados de extradición que celebraban algunos
soberanos para la mutua entrega de algunos
delincuentes, obviamente basados en el libre arbitrio del
soberano, hasta la creación del derecho de asilo, la
extradición no mostraba el perfil que actualmente tiene;
sino que se limitaba a ser un acto de orden político,
supeditado a la voluntad soberana de un estado o un
monarca y regido particularmente por el principio de reciprocidad.
Esta connotación política dio a la extradición esa
particular naturaleza de acto acomodaticio a las
circunstancias históricas de cada periodo y cada lugar
en el que se estudiara.
Pero no es sino hasta el siglo XIX3 que la
extradición adquiere ese perfil de acto de cooperación
internacional que hemos señalado, y es precisamente
derivado de un interés común supranacional de castigar
los actos delictivos, sin limitaciones territoriales, y en la
recíproca confianza en la actividad judicial de los
gobiernos. Así, la institución nace al mundo de lo
jurídico en el campo del derecho internacional, bajo
esas dos premisas fundamentales.
Ciertamente, en los primeros años de su regulación, fueron principalmente reos políticos los extraditados y la decisión soberana de extraditar casi arbitraria. Pero con el tiempo, las circunstancias han dado lugar a otro tipo de extraditables y a otro tipo de procedimientos de extradición.
El aumento en las formas de delincuencia (tenemos ahora ejemplos tristemente muy recientes), el narcotráfico, el crimen organizado, los delitos informáticos, entre otras modalidades delictivas, han
socavado los cimientos de nuestras sociedades y han
provocado nuevas formas de combatir a la delincuencia,
entre las que se encuentran los tratados para la extradición de reos o los tratados para el combate de
delitos especiales como los celebrados en materia de terrorismo y narcotráfico.
El antiguo sistema de extradición ha sido reemplazado en nuestras días por un sistema más sencillo que se basa principalmente en la naturaleza del delito y la duración de la pena y que adhiere en un solo tratado a un mayor número de Estados. Prueba de ello son los todavía insuficientes tratados multilaterales de extradición que han sido firmados, como la Convención
Europea de Extradición o nuestra Convención sobre
Extradición de Montevideo.
3. NATURALEZA JURÍDICA DE LA
EXTRADICIÓN
Como he venido señalando, la extradición nació
como un acto político entre soberanos y evolucionó
hasta convertirse en una Institución Jurídica.4
Actualmente, la mayor parte de los sistemas que siguen
los estados en el procedimientos de extradición tienen
todavía resabios de ese origen, que se centran en un
elemento político fundamental: el de concebir a la
extradición como un acto de soberanía.5
El elemento político de la extradición es, sin duda,
un elemento indiscutible, presente siempre que se trata
un asunto de esta naturaleza; sin embargo, el avance
en la interpretación del derecho y el auge que ha
tomado el derecho internacional humanitario, además
de los aspectos que ya he señalado, han motivado que,
ahora más que nunca, la extradición sea una
institución de derecho público, un acto jurídico en
cuanto a que se encuentra estrictamente reglamentada
no sólo por el ordenamiento constitucional de cada
Estado, sino también por los diversos convenios
internacionales celebrados entre aquellos.
Como puede concluirse, la extradición, considerada
como acto jurídico, se relaciona estrechamente con tres
grandes campos del Derecho: el internacional, el
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