Factores de riesgo cardiovascular según el estilo de vida de los universitarios en Colombia

Factores de riesgo cardiovascular según el estilo de vida de los universitarios en Colombia.

 Tesis: ¿cómo contribuye el estilo de vida en la disminución de riesgo cardiovascular de los universitarios de Colombia?

Anderson Botina Benítez.^[1]

Introducción.

Nunca antes fijarse en nuestro estilo de vida y sus hábitos había sido tan trascendental para los universitarios, el alcohol, el cigarrillo y el licor ahora se conocen más que por un nombre comercial y se les denomina factor de factor de riesgo, según la OMS se define como la característica o exposición de un individuo, que aumente la probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión. Por lo tanto no es necesario ser experto en el tema para reconocer si soy o no un candidato potencial para tener dicho factor, puesto que todos lo estamos, sin embargo, en este ensayo hablaremos de la relevancia de nuestra educación primaria, de los mal llamados vicios adquiridos desde edad temprana de aquellos hábitos que pueden acercarnos de forma segura y estadísticamente mortal a una realidad que no solo le pertenece a la tercera edad y que ha sido prevenible y se conoce como enfermedades cardiovasculares.

Factores de riesgo cardiovascular según el estilo de vida de los universitarios en Colombia.

Hace muchos años el común denominador era pensar que las enfermedades cardiovasculares solo le afectaban a quienes padecían de “mala suerte”, sin embargo, para la ciencia fue todo un reto demostrar que no era así, que, como todo en la vida, esto debía tener un trasfondo, después de años de estudio se logra determinar como FACTOR DE RIESGO, a todo aquello que predispone a una persona a sufrir de determinado padecimiento, en este caso, una enfermedad cardiovascular (ECV).  Estadísticamente es común encontrar las múltiples enfermedades que prevalecen sobre la población universitaria y que, sin duda alguna, deterioran la calidad de vida y aprendizaje para aquellos que la padecen. Según la revista de Salud Pública “el 75% de las ECV que son susceptibles a ser modificadas con intervenciones adecuadas y oportunas, se han mantenido como por ejemplo el sedentarismo, dieta inadecuada y tabaquismo” (García M y García Z, 2012:7). Es necesario, a su vez, recordar que el factor económico puede ser un gran diferenciador en este tema, ya que, si un país cuenta con los recursos y a su vez una inversión bien dirigida, los jóvenes podrán acceder a los tratamientos tanto farmacológicos como de promoción y prevención continua por parte del personal idóneo.

Crear conciencia en el estilo de vida de los universitarios sería la meta e idea principal, y esto obedece a que si cada joven presta atención a sus hábitos desde  temprana edad, todos estos factores de riesgo posibles, se convierten en modificables, eso quiere decir que si tenían hábitos que afectaban no a corto plazo su salud, tales como, fumar o una vida sedentaria, y en vez de esto empiezan a dejar el cigarrillo y comienzan con actividad deportiva, tan mínima como caminar quince minutos diarios, ya esto anterior será un factor modificable de forma tal, que no será considerado un factor de riesgo, otros ejemplos claros son, si quizá el refrigerio era del lugar más cercano sin importar su detalle, entonces nos devolveríamos en el tiempo, llevaríamos lo mismo que nos empacaban nuestras madres en el colegio, algo saludable, probablemente cumpliendo con los requisitos necesarios para poder llamarlo comida saludable rica en fibra y completamente casero, así como también remontándonos a la niñez, recordáremos a nuestros padres haciéndonos tener “miedo” de adquirir ciertos comportamientos, como cuando veíamos a un señor fumar y nuestra madre decía: “ Mira ese señor que está fumando o bebiendo licor, en un futuro va a terminar en una cama tosiendo y muy enfermo”, automáticamente nuestro mayor deseo era NO llegar a ser ese señor en un futuro o mejor, no tener sus malos hábitos, si hoy en día recordaremos lo cerca que estamos de ser “ese” señor o de adquirir sus erradas costumbres, entonces quizá ese niño interior saldría a flote casi gritando que no quiere ser como “Él” y esa parte dormida de nuestra conciencia recordaría que aún está a tiempo de cambiarlo.

Siguiendo en la línea recta con el tiempo y haciendo un enfoque importante y del cual se basa este ensayo, el tiempo pasa a ser la variable que va en contra de cualquier factor que se pueda o quiera modificar, ya que al llegar a la adolescencia nos volvemos más autónomos en nuestras decisiones, si bien todo en exceso es malo, precisamente en esta etapa es donde rayamos los excesos, podemos llegar a ser figuras fitness con anatomía muscular completamente marcada o podemos ser conocidos como bebedores tempranos, sin embargo, es necesaria esta etapa para entender la importancia de los balances, de tener una vida en la medida de lo posible balanceada; muchos de estos universitarios alternan la vida estudiantil con la laboral, y así es mucho más difícil alcanzar un nivel  en el que los hábitos sean lo más saludable o menos dañinos posibles. Es por esto que las rutinas entran a formar parte de estos hábitos modificables, los horarios que se deben respetar para cada comida, la actividad física que puede iniciar solo con un poco más de caminata, como caminar dos cuadras más para alcanzar el transporte público, dejar el carro en el parqueadero más lejano al lugar donde vamos o tomarse quince o veinte minutos para caminar por el parque más cercano, así como lo es también el NO consumo de sustancias que dañen y vuelvan adicto al cuerpo, como lo son el tabaco, las sustancias alucinógenas, licor y cualquier tipo de hábito que genere una dependencia dañina y progresivamente mortal.

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