LA ELABORACION DEL GUION: PRINCIPIOS BASICOS
Enviado por magaliji • 5 de Diciembre de 2013 • Tesis • 2.193 Palabras (9 Páginas) • 734 Visitas
LA ELABORACION DEL GUION: PRINCIPIOS BASICOS
Salvo casos excepcionales, las emisiones de radio no se improvisan, sino que emiten sobre la base de un texto previamente escrito. Aun en la charla o comentario, si bien la idea sería que el comentarista pudiera improvisar su charla con desenvoltura y en forma ordenada y lógica, de cien personas solo hay una o dos que pueden hacerlo así.
Por otra parte, en radio, donde el control del tiempo es muy estricto, sino escribimos y dimensionamos el material, corremos el riesgo de que nos sorprenda el final de nuestro espacio sin haber llegado a desarrollar nuestro tema.
Y, cuando pasemos a formatos más complejos (dialogados, dramatizados), que exigen la intervención de varias voces e inserción de música y sonidos, el guion se torna, obviamente, imprescindible.
1. ELL ESQUEMA PREVIO
LA DOCUMENTACION
Generalmente, un programa educativo no surge de nuestra imaginación, sino de un estudio previo del tema. Tenemos que investigar, documentarnos, leer libros y artículos, consultar a especialistas del tema. Hacernos una serie de notas o fichas con los puntos centrales del tema que nos podemos desarrollar. Reunir datos concretos, ejemplos ilustrativos, casos, hechos. (Ya sabemos que en radio, lo concreto, los ejemplos, tienen mucha más fuerza que las abstracciones). Con la información seleccionada ordenándola, elaboraremos una sinopsis que sería el germen conceptual de nuestro guion.
La otra fuente inspiradora para escribir nuestros guiones es más amplia, es la vida misma. La observación atenta y sensible de lo que pasa a nuestro alrededor. Salga a la calle, recorra las barriadas populares, converse con la gente, grave esas conversaciones, para luego, en su casa, escucharlas y reflexionar sobre ellas. Vaya al campo. Hable cm los campesinos. En una palabra inmerjase en la realidad, indague sobre el terreno los problemas que vive el pueblo. Incluso en programas de temas informativos, no se quede sólo con los datos de los libros o la entrevista con el técnico. Vaya a investigar al médico rural en su puesto sanitario. Palpe el aspecto humano de la cuestión.
LA SELECCIÓN DE LOS CONTENIDOS
Una vez reunido y ordenado el material, comienza la tarea radiofónica propiamente dicha. Lo primero es seleccionar; determinar con claridad cuál es el contenido, el mensaje central que se quiere comunicar; tener una idea clara de lo que queremos decir. Por obvio que se parezca, muchos programas de radio fallan, resultan confusos y poco significativos, porque la idea central no fue determinada con claridad.
Luego dosificar ese contenido. Si se trata de un programa seriado, habrá que dividir el tema y determinar cuál va a ser la idea central que nos proponemos comunicar en cada una de las emisiones. Elegir la idea básica, el leit-movit, la imagen generadora de cada emisión. Pero aun si el tema va a ser tratado en forma unitaria, en única emisión, esta debe ser construida siempre sobre una idea vertebral, sobre una imagen generadora central.
Recuerde que todo programa de radio implica una selección de contenidos. Usted nunca podrá decirlo todo sobre un tema dado: tendrá que escoger, relevar uno o dos aspectos que considere fundamentales. Lo esencial es que ese par de ideas básicas queden claras para el oyente, sean desarrolladas con la necesaria redundancia y lo motiven para una reflexión fecunda.
LA ELABORACION DEL ESQUEMA
Pero no se lance a escribir el guion todavía. Antes escriba un breve esquema. Aclárese a usted mismo por donde va a empezar, que va a poner después, como va a ir desarrollando su tema, que sucesivos pasos ira dando y como ira encadenándolos; y cuál va a ser la conclusión final.
Hasta que no tenga un esquema claro no se ponga a escribir Es posible que ya puesto a realzar el guion, el esquema previo le vaya modificando, enriqueciendo. No hay que atarse rígidamente a él. Pero aun así, con todo lo que tiene de provisorio, es imprescindible.
Una de las razones por las cuales lo es, se relaciona con la necesidad de dimensionar los tiempos. En radio, el tiempo es nuestro gran tirano; no se lo puede eludir. Nuestro guion tiene que durar tantos minutos y ni uno más. Al hacer un esquema , asigne a cada parte o escena un determinado” minutaje” y compruebe si la suma total corresponde al tiempo real de que dispone para su programa , en caso contrario, reajuste el plan de tiempos, suprima alguna cosa, abrevie, sintetice. Y luego al escribir su guion, trate de ceñirse a esa distribución de tiempos. Sí no trabaja en base a ningún plan, las primeras secciones le saldrán excesivamente largas y el resto ya no le entrará. Tendrá que apretarlo demasiado. Y, sobre todo, se quedara sin el espacio requerido para desarrollar debidamente la conclusión final, que es fundamental.
Escribir un guion de radio es una pequeña labor de arquitectura para lograr que todo lo importante tenga cabida y, a la vez, los distintos elementos del programa se encadenen y se traben unos con otros fluidamente. Por eso es imprescindible visualizar el totum del guion antes de empezar a escribirlo, partir de un plan previo, de una sinopsis de la emisión.
LA REDACCION
Ahora sí, nos entregamos de lleno a la redacción del guion. Vamos a escribir para radio, esto es, para un medio oral; tenemos que verter los contenidos seleccionados en lenguaje radiofónico. Veamos lo que esto implica.
EL ESTILO
En primer lugar, un estilo coloquial. Puede que su programa llegue a miles de personas. Pero no escriba usted para una multitud. Escriba para un solo oyente. Converse con el como si ambos estuvieran a solas y no hubiera nadie más escuchándolo.
Recuerde que, cuando el oyente escuche la emisión en la intimidad de su hogar, no se sentirá parte de una muchedumbre. Es necesario que él se sienta el destinatario personal del programa. Visualice la emisión radial, no como una plaza pública o un enorme estadio, sino como un ámbito pequeño e íntimo.
EL LENGUAJE: ESCRIBIR ESCUCHANDOSE
Aunque este escribiendo un guion, no olvide nunca que el lenguaje hablado es diferente al escrito. Debemos poner por escrito nuestro texto; pero él está destinado, no a ser leído con la vista como un texto impreso, sino a ser oído. Tiene que sonar con la llaneza, la naturalidad, y la espontaneidad del lenguaje hablado. Incluso, a veces, con las imperfecciones del lenguaje hablado.
El mejor consejo que puedo darle es: escriba escuchándose. A medida que escriba, lea en voz alta lo que va escribiendo. En ocasiones, incluso, adelántese: pronuncie primero la frase y luego escríbala. Díctese a sí mismo. (Aun corriendo el riesgo de que, si llegan a entrar a su escritorio sus familiares o compañeros
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