La neurociencia del estrés
123456natyTrabajo19 de Mayo de 2016
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El Estrés visto desde la Neurociencia[pic 6]
I. Conceptualización de la Neurociencia
Las investigaciones por conocer y entender al ser humano han sido abordadas desde diversas perspectivas, una de ellas es la neurociencia, disciplina que incluye muchas ciencias que se ocupan de estudiar, desde un punto de vista inter, multi y transdisciplinario la estructura y la organización funcional del Sistema Nervioso, particularmente del Cerebro.
Para la enciclopedia Wikipedia, “las neurociencias son un conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura, la función, el desarrollo de la bioquímica, la farmacología, y la patología del sistema nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la conducta.”[1] Para Hipócrates, el cerebro es el responsable exclusivo de las alegrías, los placeres, la risa y la diversión, y de la pena, la aflicción, el desaliento y las lamentaciones. Gracias al cerebro, de manera especial, adquirimos sabiduría y conocimientos, vemos, oímos y sabemos lo que es repugnante y lo que es bello, lo que es malo y lo que es bueno, lo que es dulce y lo que es insípido.
En este sentido, es conveniente establecer que la Neurociencia adopta al sujeto como un organismo biológico cuya base se encuentra en el funcionamiento cerebral y las interrelaciones que de éste se puedan generar con diversos objetos de estudio de forma multidisciplinar; la clave en este abordaje parte de no tomar al sujeto como una máquina que siente, sino en comprender que sus bases estructurales de vida y funcionamiento, las redes neuronales, se configuran a partir de la experiencia y las interacciones con diversos agentes internos o externos a su organismo, ello derivará en una adaptación cerebral individual que se soporta en una estructura común a todo ser humano, el Sistema Nervioso Central, cuyas conexiones neurales, por aprendizaje, marcarán la diferencia entre todos los individuos, lo cual podría homologarse al código genético, en el cual todos los seres humanos comparten bases nucleotídicas, pero sus agrupaciones formarán un ser particular[2].
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En el nivel más alto, las neurociencias se combinan con la psicología para crear la neurociencia cognitiva, una disciplina que al principio fue dominada totalmente por psicólogos cognitivos. Hoy en día, la neurociencia cognitiva proporciona una nueva manera de entender el cerebro y la conciencia, pues se basa en un estudio científico que une disciplinas tales como la neurobiología, la psicobiología o la propia psicología cognitiva, un hecho que con seguridad cambiará la concepción actual que existe acerca de los procesos mentales implicados en el comportamiento y sus bases biológicas.[pic 8]
Las neurociencias ofrecen un apoyo a la psicología con la finalidad de entender mejor la complejidad del funcionamiento mental. La tarea central de las neurociencias es la de intentar explicar cómo funcionan millones de células nerviosas en el encéfalo para producir la conducta y cómo a su vez estas células están influidas por el medio ambiente. Tratando de desentrañar la manera de cómo la actividad del cerebro se relaciona con la psiquis y el comportamiento, revolucionando la manera de entender nuestras conductas y lo que es más importante aún: cómo aprende, cómo guarda información nuestro cerebro, y cuáles son los procesos biológicos que facilitan el aprendizaje.
La evaluación de las situaciones realizadas por el cerebro determinan el estrés, es decir la vivencia subjetiva es la que la determina. Izaguirre (2015)[3], los que han sido capaces de adaptar su cuerpo a la situación extrema han tenido, sin duda alguna, mayores posibilidades de sobrevivir. En un mundo cada vez más complejo, las emociones nos ayudan a orientarnos. El organismo ha tenido una adaptación biológicamente importante, ya que ante un peligro inminente se genera un estrés agudo. Entonces son las emociones las que conllevan a determinar el estado de estrés. Así la emoción incluye: a) el análisis de situaciones significativas, sean éstas externas o internas (estímulos emocionales); b) diversos niveles de procesamiento y c) respuestas que presentan cambios fisiológicos, incluyendo cambios autonómicos, comportamientos observables que van desde la expresión vocal o los gestos hasta secuencias de comportamiento, además de estados internos, subjetivos referidos como sentimientos.
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II. Conceptualización del Estrés
Hoy en día, es muy común hablar de estrés, en la vida diaria, en el trabajo, y en diversas situaciones, ¿pero qué es el estrés? Soriano y Guizado, en Fundamentos de Neurociencia, definen el estrés como “intento del organismo de establecer el equilibrio homeostático y adaptarse a situaciones biológicas y/o psicológicas y/o sociales consistentes en un conjunto de cambios en el ámbito fisiológico (alteraciones de diferentes sistemas del organismo) y psicológico (alteraciones en las percepciones y cogniciones) donde interactúan los sistemas nerviosos y endocrino”[4]. Por consiguiente podríamos indicar que el estrés es una condición dinámica en la que un individuo se enfrenta a una oportunidad, restricción o exigencia relacionada con lo que desea y de lo cual el resultado le parece incierto e importante. Por su parte Selye (1936) define el estrés como un estado del organismo manifestado por un síndrome inespecífico que consiste en una serie de cambios dentro del sistema biológico que buscan hacer frente a la emergencia.
El estrés es una sensación en la que el cuerpo se ve involucrado en un periodo de tensión, fatiga y angustia; cuando éste se manifiesta, sucede que, ciertos procesos fisiológicos del cerebro se ven alterados en sus funciones naturales, por lo tanto, el sujeto que la padece se hallará en un estado en el cual se perturbará la eficacia para llevar a cabo ciertas tareas.
Para la enciclopedia virtual Wikipedia, de acuerdo con el evento estresante, la manera del cuerpo a responder al estrés, es mediante el sistema nervioso simpático de activación que da lugar a la respuesta de lucha o huida. Debido a que el cuerpo no puede mantener este estado durante largos períodos de tiempo, el sistema parasimpático tiene tendencia a hacer regresar al cuerpo a condiciones fisiológicas más normales (homeostasis).[5]
Cuando nos enfrentamos a una situación estresante nuestro organismo intentará hacer frente al problema mediante la activación del sistema nervioso simpático, la corteza y médula de las glándulas suprarrenales. De acuerdo a esto se segregarán cortisol y adrenalina para que empiecen a funcionar los recursos energéticos que enfrentarán la situación. En este orden de ideas, podemos evidenciar algunas características dignas de una situación estresante, por ejemplo: se dilata la pupila, el cerebro lleva sangre a músculos haciendo que estos se tensionen, se le dice tanto al estómago como a los riñones que dejen de funcionar, también se contraen los capilares de la piel, en caso de que pueda haber una herida, aumenta la sudoración y las palpitaciones, los pulmones dan más oxígeno y todo esto porque el cerebro percibe el momento como aversivo y es que “El cerebro es un perfecto buscador de amenazas” (Lupien, 2011)[6].
Actualmente, la definición de estrés involucra el proceso de valoración y autoevaluación con un rol que puede tomar dos formas[7]:[pic 10]
I) Valoración primaria: un patrón de respuesta inicial en el cual la persona evalúa la situación, como por ejemplo:
- Valoración de amenaza: se produce cuando la persona anticipa un posible peligro.
- Valoración de desafío: se presenta ante una situación en la cual existe una valoración de amenaza, pero existe la posibilidad de ganancia y la persona cree que puede manejar el estresor por medio de sus recursos.
- Evaluación de pérdida o daño cuando ha habido algún perjuicio, como una lesión o enfermedad incapacitante, algún daño a la estima propia o social, o bien haber perdido algún ser querido.
- Valoración de beneficio, no genera reacciones de estrés.
II) Valoración secundaria: se busca determinar las acciones a realizar para enfrentar el estresor y se tiene la percepción de que se poseen habilidades de afrontamiento. La interacción entre la valoración primaria y secundaria determina el grado de estrés y la intensidad de la respuesta emocional.
El estrés siempre ha estado presente en nuestro diario vivir, en los años primitivos, el estrés influenciaba al hombre en la función de huir o atacar ante una situación de peligro que atentara en contra de la supervivencia, este tipo de experiencias eran de corta duración.[pic 11]
¿Pero qué sucede en nuestro cerebro al experimentar estas situaciones?. Al detectar situaciones de peligro, se genera en nuestro cerebro y organismo un conjunto de cambios con un patrón muy general de respuesta que permiten adecuar nuestro organismo a las demandas del medio externo. [pic 12]
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