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METODOS DE CONSERVACION DE PASTOS Y FERTILIZANTES LIQUIDOS


Enviado por   •  11 de Octubre de 2012  •  4.614 Palabras (19 Páginas)  •  1.070 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

ALDEA UNIVERSITARIA FRANCISCO TAMAYO

EL PIÑAL-ESTADO TÁCHIRA

Métodos para la conservación de pastos y fertilizantes líquidos

INTEGRANTES:

• KATHERINE JARA

• INGENIERÍA AGROALIMENTARIA

• 1º TRIMESTRE

OCTUBRE 2012

INTRODUCCIÓN

Los sistemas de producción de leche y/o de carne basan la alimentación de los animales en las pasturas semipermanentes, complementadas en ciertas regiones con cultivos anuales. La actual intensificación determina altos requerimientos nutricionales y esto hace necesario contar con forrajes de alta calidad para no comprometer la producción de los animales.

Para mantener producciones estables y continuas durante el año, con cargas medianas a altas, es necesario compensar los déficit con el uso de forrajes conservados y/o granos. Los primeros pueden ser obtenidos con los excedentes de las pasturas o con cultivos sembrados para tal efecto.

Las técnicas de conservación que pueden utilizarse son la henificación, el henolaje y el ensilaje.

Es importante destacar que, cualquiera sea el sistema de conservación utilizado, éste no mejora la calidad del material original. Por lo tanto, la prioridad debe ser transformar un forraje recién cortado (muy inestable), lo más rápidamente posible y con las menores pérdidas, a un estado que permita la conservación prolongada del producto (estable), disminuyendo al mínimo las pérdidas en cantidad y calidad de materia seca.

Existe una diversidad importante de cultivos que pueden ser conservados, difiriendo en rendimiento de MS/ha y en calidad. La elección de un sistema de conservación dependerá principalmente de la especie disponible y las condiciones climáticas imperantes en la región.

NECESIDAD DE LA CONSERVACIÓN DE FORRAJES

La producción de forrajes verdes es estacional. Alcanza un máximo en primavera, puede no darse crecimiento estival por falta de agua y hay parada vegetativa en invierno.

Durante esas etapas en que no hay forrajes verdes surge la necesidad de alimentar al ganado con el forraje excedente de primavera y/u otoño. Pero el forraje verde es un producto perecedero y sólo puede conservarse transformado mediante técnicas especiales.

Para los animales resulta beneficioso recibir alimentos secos (henos) en épocas en que la hierba joven es demasiado acuosa. Y, por el contrario, el disponer de un alimento con un mayor contenido en agua (ensilado) será un complemento equilibrado en los períodos en los que domina la alimentación seca.

Con la aplicación de estas técnicas es inevitable una pérdida cuantitativa y cualitativa. No se va a poder conservar la totalidad de la materia seca del forraje recolectado con este fin y su valor nutritivo también va a resultar inferior. Lo que hay que buscar es minimizar esas pérdidas del modo más económico posible.

HENIFICACIÓN

La henificación es un proceso de conservación para estabilizar el material vegetal por evaporación de la mayor parte del agua que contiene.

Cuando en un vegetal separamos la parte aérea de la raíz, aquélla queda privada del suministro de agua y de elementos nutritivos. Pero sus células aún permanecen vivas durante un cierto período de tiempo a expensas de sus principios nutritivos, que permiten la respiración e, incluso, procesos de síntesis.

Una vez muertas (marchitamiento), comienzan a multiplicarse hongos y bacterias a costa del material vegetal, mientras haya suficiente agua que sirva como medio para los procesos enzimáticos. Así pues, el objetivo de la henificación es eliminar rápidamente el agua hasta que se alcance un nivel limitante para la actividad vegetal y microbiana. Esto se sitúa en torno a un 20 por 100, mientras que un forraje verde contiene alrededor de un 80 por 100.

Segado éste, se elimina vapor de agua por los estomas de las hojas y células exteriores a velocidad constante, hasta que alcanza un 65 por 100 de humedad. Entonces se cierran los estomas y sólo se evapora agua a través de las células exteriores de la epidermis. La velocidad decae progresivamente.

El resultado es que las hojas se desecan mucho más rápidamente que los tallos, que carecen de estomas. Una parte del agua que contienen se evapora después de su transferencia a las hojas.

A medida que la humedad se aproxima a un 30 por 100, el agua se desprende muy lentamente de los tallos, en especial de sus partes más gruesas, mientras que las hojas están casi en equilibrio con la humedad ambiente y se vuelven muy frágiles.

Alcanzado el 20 por 100 de humedad, la hierba ya se ha convertido en heno. Las operaciones de recogida, manipulación y almacenado de ese heno también se consideran integrantes del proceso de henificación.

Existe una serie de técnicas encaminadas a agilizar este proceso de evaporación de agua, a acelerar la muerte de la planta e impedir la actividad de hongos y bacterias.

EL HENO EN LAS RACIONES DE GANADO

La principal razón para incluir heno en las raciones de los animales rumiantes (vacas, ovejas y cabras) y en las de los caballos, es proporcionar energía para sostener las diferentes actividades productivas, como son la producción de carne, leche, lana y trabajo. También porque los rumiantes necesitan algo de alimento fibroso. Si se les da heno a temprana edad, los terneros desarrollan el rumen y se previene la anemia. Por otra parte, este tipo de alimento proporciona la energía a mucho menor costo que los alimentos concentrados. En el caso de los rumiantes y de los caballos los henos tienen mucha menos importancia como proveedores de proteínas, minerales y vitaminas, que como proveedores de energía. En cambio el heno tiene mucha mayor significación como fuente de vitaminas, minerales y proteínas, que como fuente de energía en el caso de los animales monogástricos (por ejemplo, las aves y los cerdos).

La falta de heno en la ración acarrea muchos problemas graves en lecheros de alta producción, como incidencia de cetosis y abomaso desplazado. Además de estos males atribuibles a las raciones exentas de heno, merece señalarse que el tenor graso de la leche puede llegar a ser un 1 por ciento menor cuando se da una ración exclusiva de silo y concentrados.

Los siguientes hechos fundamentales, explican brevemente las diferencias entre los animales, respecto al valor relativo del heno como fuente de los diversos elementos nutritivos:

• El heno contiene de un 40 a un 70 por cien de hidratos de carbono complejos (celulosas y hemicelulosas)

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