Normalidad y anormalidad

NORMALIDAD Y ANORMALIDAD

ASPECTOS A EVALUAR SOBRE NORMALIDAD Y PATOLOGIA

Para tener claros los conceptos normal y anormal en relación con la conducta de las personas dentro de la sociedad, podemos observar las definiciones que ofrecen algunos autores como Vidal (1986 ), quien define que: “Es normal lo que se manifiesta con cierta frecuencia en la población total, según la edad, el sexo, la raza, la procedencia, etcétera”. Y Bergeret (1980), menciona que desde un criterio estadístico “la normalidad se enfoca en la relación con los demás, con el ideal o la regla”. Por lo tanto, lo anormal, desde el criterio estadístico se define como una desviación de la norma.

El concepto de normalidad y anormalidad son relativos, y a pesar de que son establecidos por la sociedad, estos pueden variar según el contexto cultural en el que se encuentran enmarcados, ya que la definición no es precisamente universal dado que se moldean en función a los valores de cada modelo sociocultural.

Si bien la normalidad o anormalidad no son una guía de diagnóstico exacta, como lo podrían ser las evaluaciones clínicas o estadísticas, si se tiene encuentra este concepto, ya que a partir de ello se evidencia el comportamiento del individuo, que resulta ser una función parcial del entorno en el que el mismo se desarrolla.

Definitivamente el motivo de la evaluación y diagnostico no es juzgar o dividir a las personas entre normales y anormales. El objetivo de esta valoración es procurar la salud mental de los individuos y de la sociedad en general. Para el desarrollo de este enunciado analizaremos cada uno de los componentes que definen la salud mental según la OMS:

 “La salud mental es un estado sujeto a fluctuaciones provenientes de factores biológicos y sociales, en el que el individuo se encuentra en condiciones de conseguir su síntesis satisfactoria”.

Según esta definición y para dar un diagnóstico correcto respecto a la salud mental de una persona es necesario evaluar:

Los Factores Biológicos: El funcionamiento del cerebro, analizando cómo y porque expresa las emociones de determinada forma, esto se logra evaluando los componentes neurofisiológicos, conductual y cognitivo

Los Factores Sociales: Las costumbres, conjunto de creencias, hábitos y el amiente que lo rodea son fundamentales a la hora de evaluar la salud o la enfermedad mental, ya que, dependiendo de la cultura, se pueden entender los estados del individuo como normal o patológicos. Un ejemplo de esta valoración subjetiva se presenta en culturas donde el matrimonio de hombres adultos, con niñas es algo normal, pero si se pone en otro contexto cultural es visto como pedofilia. Desde este punto de vista podemos se puede observar claramente como los patrones de conducta desadaptativos son considerados o descartados dependiendo del contexto cultural. Esto es así porque cada grupo o sociedad dispone de un sistema de normas y no existen conductas generales a nivel global que se unifiquen o concuerden sobre una normalidad o anormalidad absoluta pues siempre se dará un dictamen sujeto al contexto.

Una vez realizada las anteriores precisiones y definiciones queda dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Qué es una personalidad normal? ¿En qué aspectos la personalidad del paciente con trastornos neuróticos pudiera considerarse anormal?

Existen varias dificultades a la hora de definir cuando una personalidad es normal o no. Una de ellas es la relativa a los criterios que se asuman para esto, ya que existen muchas propuestas, cada una con excepciones y debilidades, por lo que habría que utilizar todo un sistema de ellos, de manera que unos compensen las deficiencias de los otros.

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