Química I Tema III – Elementos y Compuestos

Universidad Autónoma de México

Colegio de Ciencias y Humanidades – Plantel Sur

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2015-2016

Química I

Tema III – Elementos y Compuestos

Profesor: Alejandro Olvera Arellano

Turno: Matutino

ÍNDICE

 Código   Cap.        

TEMA III     ELEMENTOS Y COMPUESTOS

3.1                El Aire                

3.1.1           32        Robert Boyle: los Corpúsculos simples Elementales.                         

3.1.2           33        Johann J. Becker & Georg Ernst Stahl:  el Espíritu Flogisto.                

3.1.3           34        Joseph Black: el Aire fijo.                                                            

3.1.4           35        Henri Cavendish: el Aire inflamable.                                                       

3.1.5           36        Carl W. Scheele; Joseph Priestley: el Aire desflogistizado.                    

3.1.6           37        Daniel Rutherford: el Aire flogistizado y el Aire Remanente                

3.3                   Los Fenómenos Eléctricos                                

3.3.1           38        Tales de Mileto; W. Gilbert; C.F.Cisternay. La Electricidad: ámbar y vítrea.                 Benjamín Franklin: el para-rayos y el fluido eléctrico. La    Conducción eléctrica            

3.3.2            39        Luigi Galvani: impulso-reflejo. El Conductor Bio-eléctrico.                    

                Alessandro Volta: el Acumulador eléctrico (la Pila).                                            

3.3.3           40        William Nicholson & Anthony Carlisle: la Electrólisis del agua                  

                Humphrey Davy: la Electrólisis de las Sales fundidas.                                              

3.3.4           41        Michel Faraday: Generación eléctrica. Electroquímica:Celda,electrolito, ion.

3.1.1         Robert Boyle: los Corpúsculos simples Elementales.

Boyle era “escéptico”(1627-1691)porque ya no estaba dispuesto a aceptar ciegamente las antiguas conclusiones que se habían deducido de los primeros principios. A Boyle le desagradaban especialmente los antiguos intentos de identificar los elementos del universo por medio de meros razonamientos. En lugar de ello, definía los elementos de una forma real, practica. Un elemento –tal como se había considerado desde el tiempo de Tales- era una de las sustancias simples primarias de las cuales se componía el universo. Pero ahora cualquier supuesto elemento debería ser examinado con el fin de ver si era realmente simple. En sus escritos, a la química la asignó la tarea de estudiar las sustancias y sus propiedades, sin otros objetivos colaterales que eran la preocupación de los alquimistas y de los iatroquímicos. Fue un ferviente de la teoría corpuscular. Los últimos corpúsculos de los diversos elementos se diferenciaban en el tamaño, la forma y el movimiento. Estos corpúsculos estaban siempre en movimiento, movimiento que aumentaba con la temperatura.

Expresa también sus ideas sobre la naturaleza de los elementos químicos. Según su punto de vista, sólo el análisis permite reconocer a los verdaderos elementos.

 El solo hecho de que Boyle exigiese un enfoque experimental al definir los elementos, no significa que supiese lo que eran los diversos elementos. Boyle estaba convencido de la validez del punto de vista alquimista de que los metales no eran elementos y que un metal podía convertirse en otro. Pero Boyle se equivocó con esto, los metales demostraron ser elementos.

Wojtkowiak, B (1987). Historia de la Química de la Antigüedad. 1ªed. Acribia, Zaragoza, Es. (Pág. 24)

3.1.2          Johann J. Becker & Georg Ernst Stahl:  el Espíritu Flogisto.                

El químico y físico alemán Georg Ernest Stahl (1660-1734). Propuso el principio flogisto, de una palabra griega que significa “hacer arder”. Desarrolló un esquema –basado en el flogisto- que pudiera explicar la combustión. Stahl mantenía que los objetos combustibles eran ricos en flogisto, y los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto, y, por tanto, no podía seguir ardiendo. Sostenía que el enmohecimiento de los metales era análogo a la combustión de la madera, y afirmo que los metales contenían flogisto, pero no así cuando estaban enmohecidos. También considero que el aire resulta útil en la combustión solo que de un modo indirecto.

En sus trabajos experimentales Stahl intentó evaluar la afinidad química de los óxidos de los metales y de los álcalis, así como la fuerza de los diferentes ácidos, aunque su preocupación principal estaba en proponer una teoría satisfactoria que explicara los procesos de combustión, calcinación de los metales y respiración

Wojtkowiak, B (1987). Historia de la Química de la Antigüedad. 1ªed. Acribia, Zaragoza, Es. (Pág. 33)

3.1.3        Joseph Black: el Aire fijo.        

El químico escocés Joseph Black (1728-99) dio otro importante paso adelante. La tesis que le mereció una graduación en medicina, trataba sobre un problema químico, y publico sus resultados en 1756. Lo que hizo fue calentar fuertemente la piedra caliza (carbonato calcio). Este carbonato se descompuso, liberando un gas y dejando cal (oxido de calcio) tras de si. El gas liberado pudo recombinarse con el dióxido d calcio para formar de nuevo carbonato de calcio. A este gas lo llamo “aire fijo”.

Propuso una teoría que fue objetico de numerosos debates entre los químicos de la época. Propuso la idea de que los carbonatos calcinados liberaban “aire fijo”, no siendo capaces además de producir efervescencia en presencia de ácidos.

Wojtkowiak, B (1987). Historia de la Química de la Antigüedad. 1ªed. Acribia, Zaragoza, Es. (Pág. 36)

3.1.4        Henri Cavendish: el Aire inflamable.  

Henry Cavendish (1731-1810). Era un excéntrico acaudalado que investigó en diversos campos, pero que se guardaba para si los resultados de su trabajo y pocas veces los publicaba.

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