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Rompecabezas


Enviado por   •  29 de Octubre de 2014  •  1.728 Palabras (7 Páginas)  •  205 Visitas

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Rompecabezas en el asesinato de Colosio

* El montaje de Salinas de Gortari

* Las piezas que no se han investigado

* El 23 de marzo, 14 años después

Con el paso de los años algunas piezas del rompecabezas que fue el asesinato de Luis Donaldo Colosio parecen encajar mejor. Preguntas sin respuestas, actitudes desconcertantes, publicaciones inesperadas, entrevistas reveladas posteriormente ahora pueden tener sentido.

El ejecutor está preso pero ¿Por qué disparó a Colosio? ¿Se le ocurrió en ese momento? ¿O quién es el autor intelectual?

El mismo día del asesinato de Luis Donaldo Colosio, como coincidencia increíble, se publicó la revista Siempre con una entrevista periodística realizada por su directora a Fernando Gutiérrez Barrios. El semanario tiene fecha del 30 de marzo de 1994, porque entonces sacaban a la venta la publicación con fecha de una semana posterior.

La entrevista fue hecha unos días antes del asesinato y en la misma, como si fuera una premonición, el ex secretario de Gobernación advierte de los riesgos de la violencia para la estabilidad del país. Ofrece además puntos de vista y análisis que parecieran buscar el objetivo de ubicarlo como candidato.

La misma noche del asesinato (19:15 horas del 23 de marzo de 1994), llegó a la redacción de algunos periódicos, antes de las 21 horas, un desplegado periodístico con el título: “Ante la Tragedia, Opciones Jurídicas del PRI”, en el que se destapaba a Fernando Gutiérrez Barrios como candidato sustituto en vista de que a esas alturas de la campaña ya ningún secretario de Estado podía ser nominado. El desplegado fue publicado al día siguiente.

¿Cómo era posible que en menos de dos horas alguien hubiera elaborado el análisis jurídico que aparece en tal desplegado para que se publicara en los diarios del día siguiente? Con tiempo suficiente también para llevarlo a los periódicos y ordenar su inserción.

El candidato del PRI acababa de ser asesinado y alguien tuvo la suficiente cabeza fría para hacer el desplegado “destapando” a Gutiérrez Barrios como nuevo candidato. Además, la revista política nacional mencionada antes publicaba una entrevista al mismo recién “destapado” que antes no había querido conceder entrevistas.

La imaginación, en estos casos, “vuela y hace conexiones”. Don Fernando era militar, igual que el “descuidado” jefe de la seguridad de Colosio, general Domiro García Reyes. Entonces, ¿era don Fernando el candidato de los militares?

Curiosamente, el mismo 23 de marzo de 1994 todos los gobernadores asistían a una reunión en la Ciudad de México, previamente convocada por el presidente del IFE. Todos, menos uno, Manlio Fabio Beltrones, ex secretario particular de don Fernando, que gracias a que no fue a la reunión se trasladó inmediatamente de Hermosillo a Tijuana y fue de los primeros en interrogar al asesino.

¿Un bello día para Carlos Salinas de Gortari?

Me reuní con Lázaro Ríos, entonces director editorial del periódico Reforma, en noviembre de 1996, le expuse los puntos centrales ahora contenidos en esta columna con la idea de publicarlos en el diario, pero antes de que le enviara mi colaboración aparecieron en la columna Templo Mayor, que se elabora en la redacción del mismo diario, por lo que decidí ya no mandarle nada.

Decía antes que la imaginación vuela. Recordaba entonces las películas sobre supuestos asesinos solitarios que habían en realidad sido inducidos al asesinato por medio de prácticas hipnóticas, valiéndose además de medios químicos y electrónicos para lograr la ejecución y que el asesino no recordara quién o quiénes lo habían enviado.

El Embajador del Miedo (The Manchurian Candidate, 1962), con Frank Sinatra y Laurence Harvey, luego el remake de Denzel Washington y Liev Schreiber, es una de ellas. La Conspiración (The Conspiracy Theory, 1997), con Mel Gibson y Julia Roberts, es otra. El mismo tema.

Podríamos pensar que de la misma manera fueron asesinados Martin Luther King y Robert Kennedy, utilizando un asesino inducido, o prefabricado.

Claro, el asesino también pudo haber sido comprado, a un precio seguramente muy alto.

Hay otros hechos que por lo menos llaman la atención. Al otro día de la nominación de Luis Donaldo como candidato del PRI (28 de noviembre de 1993), la televisión captó al presidente Salinas de Gortari que decía: “hoy es un bello día, ¿o no les parece un bonito día?, porque el PRI ya tiene candidato a la presidencia, se trata de Luis Donaldo Colosio”.

La expresión no cabía, sonaba hueca, infantil, o más que eso, parecían las palabras de un despechado que quiere hacer creer que no se siente mal porque sus días en el poder están por llegar a su fin. El famoso “al fin ni quería”. Lo malo de la personalidad que se proyecta de esa manera es que comienza a señalar al causante y a culparlo de todos sus males. Lo que eran virtudes se convierten en defectos, todo serán trabas.

Y efectivamente, Salinas fue encontrando tales trabas: “Su esposa está a punto de morir, será un mal presidente”. “Me mandó decir con Zedillo que si yo no paro a Camacho él lo va a hacer, qué se ha creído, ya le mandé decir

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