Sexualidad Humana Contemporanea

Ya la índole compleja de la respuesta es un elemento que hay que tener en consideración: en el mundo de hoy la sexualidad no tiene un rostro único; la vivencia se escribe en plural, puesto que en el contexto en el cual los hombres y las mujeres de hoy viven su vida, y por consiguiente también su sexualidad, es pluralista. Ya que todos son libres de vivir su sexualidad como a ellos les guste y mejor les convenga.

La sexualidad se ha visto siempre afectada por estos mecanismos: se ha regulado socialmente mediante una rígida malla de obligaciones prohibitivas, para evitar que la base instintiva que la sustenta se impusiese y que la arbitrariedad de la conducta del individuo disgregase el tejido social. Ya que en algunas culturas o lugares esta prohibido o es mal visto que los padres hablan sobre la sexualidad con los hijos, además de que es un tema que se debe de tratar desde casa para que los hijos estén bien informados sobre estos temas y así cuando les hablen algo referente en la escuela ellos ya tengan un conocimiento previo.

En el ámbito de la sexualidad es algo que está claro si revisamos la historia de las costumbres: se nos presenta plagada de un sufrimiento indescriptible de los individuos a causa de su incapacidad para adecuarse a las normas morales dictadas por el grupo. En la cultura contemporánea destaca como clara línea de tendencia el esfuerzo, ambivalente en sus resultados, pero ciertamente positivo, en su intento, de liberar a la sexualidad de la esfera del tabú para restituirle dignidad y fuerza de convencimiento sin recurrir a otras esferas de autoridad moral.

En el contenido del tabú la sexualidad ha recibido fuertes críticas de que si debe de hablar este tema con los hijos o de seguir esperando a que se les hable de este tema en las escuelas ya que el saber estos temas a temprana edad hace que crezcamos con una madurez personal y colectiva.

Liberada de los mecanismos de control y entregada nuevamente al individuo, no siempre previamente educado para ella, la sexualidad se ha con vertido en objeto de amplio consumo, tanto en sentido privado como en sentido público. Cautiva de la civilización consumista, donde crece la demanda del tener y disminuye la demanda del sentido, la sexualidad se convierte en objeto de intercambio materializado. El ejercicio de la actividad sexual asume la dimensión de un banco de prueba del propio valor. La sexualidad en los últimos años se ha visto como objetos de cambio o como una mercancía en el cual la mujer ha sido violentada y sin que nadie pueda defender sus derechos y hacer que ellas vivan su sexualidad libremente.

Los adolescentes y jóvenes han deriva una conducta sexual medida cuantitativamente por la prestación que se consigue ofrecer, por una fuerte reducción de la sexualidad a acto sexual, preferentemente genital. Los adolescentes en la actualidad ven la sexualidad simple y sencillamente como tener sexo con cualquier persona o como un acto sexual sin involucrar los sentimientos, por eso en la actualidad hay muchas enfermedades de transmisión

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