Espacios abandonados, recuperación del territorio por medio de la huerta y el jardín a partir de la enseñanza de la identidad a estudiantes de la institución educativa mayor
Enviado por Osculo Bye • 17 de Septiembre de 2023 • Trabajo • 3.732 Palabras (15 Páginas) • 55 Visitas
ESPACIOS ABANDONADOS, RECUPERACIÓN DEL TERRITORIO POR MEDIO DE LA HUERTA Y EL JARDÍN A PARTIR DE LA ENSEÑANZA DE LA IDENTIDAD A ESTUDIANTES DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA MAYOR DE MOSQUERA
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Por Dania Alejandra Torres Rueda
Universidad Pedagógica Nacional
Licenciatura En Biología
Sexto Semestre
Bogota D.C
2022
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PALABRAS CLAVE
Territorio, identidad, jardín y huerta
INTRODUCCIÓN
La recuperación de territorios en pro de la construcción de espacios formativos en aspectos ecológicos, sociales, políticos o educativos es una práctica que llevan a cabo muchas comunidades populares para sustentar necesidades básicas como lo es la alimentación a partir de ollas comunitarias, o como en el caso de este trabajo, el desarrollo de la huerta o jardines comunitarios, como Mota lo explica: “Por tanto, la identidad y la etnicidad se empiezan a relacionar con la recuperación de territorios y construcción de territorialidad, recuperación cultural y manejo de autonomía y de control cultural, migración hacia nuevos espacios geográficos y construcción de lugar, relaciones productivas y procesos laborales” (2006). No obstante, comprender la dificultosa tarea de recuperar territorios, en tiempos donde el sistema económico neoliberal en el contexto de la globalización se ha apropiado de estos con finalidades económicas, es relevante para entender el valor cualitativo en las comunidades. La privatización y compra de terrenos ilegales o mejor llamados “invasiones” en barrios populares es un actual acontecimiento que recodifica los espacios donde las personas pueden habitar, en ese sentido la mayoría de territorios de estratos bajos del país no cuentan con espacios de esparcimientos dignos y al contrario siempre están descuidados ya sea por contaminación, falta de recursos o usados por el microtráfico, en el caso de Colombia, “esto no es más que una problemática compleja desde el punto de vista socio-económico y cultural” (Salcedo, 2008).
Además de la continua migración de habitantes venezolanos, fortalece dinámicas de desigualdad en los barrios más pobres del país como en el caso de Planadas, en donde la desesperanza sólo se contrarresta con organización, así lo menciona Salcedo “con el término utopía a la dura prueba después de la cual pudieron crear nuevas redes, ver más allá, comprometerse con nuevos espacios políticos y encontrar nuevas oportunidades de educación y formación” (2008. P,33). Partiendo de la construcción de las colectividades populares, la huerta comunitaria y el uso de plantas ornamentales para jardines comunitarios es un producto de la reconstrucción del espacio por parte de estas. La huerta comunitaria “nace como propuesta para administrar y/o gestionar espacios como plazas, parques, iglesias o centros sociales, con el objetivo de dignificar la vida y la alimentación en los barrios más desfavorecidos” (Linn, 2007).
Los jardines comunitarios son una herramienta que se han usado desde mucho tiempo atrás, ya que con ellos se ha buscado establecer relaciones económicas y valores sociales que requiere una comunidad, a partir de estos espacios las poblaciones generan relaciones interpersonales que mejoran su calidad de vida y la socialización con el otro, como lo explican en (Morán, 2010) “en la Primera Guerra Mundial comienzan a ensayarse estas experiencias, con la campaña Dig for Victory en Reino Unido, por ejemplo. También en Estados Unidos se fomentan los Liberty Gardens en este momento, y posteriormente en el periodo de entreguerras, durante la Gran Depresión del 29, se establecen jardines urbanos denominados Relief Gardens.” demostrando así que gracias a la implementaciòn de estos jardines depsues de conflictos las comunidades lograban tener más cercanía con sus espacios, por otro lado en Colombia será hasta en la década de los setenta cuando los jardines comunitarios surjan como una herramienta de “apoyo comunitario, en un momento en el que la crisis de la energía y la recesión económica se dejan sentir especialmente en los barrios más pobres” (Morran, 2010), pero no es sino hasta los noventa que el gobierno en turno empieza a ligar las tareas de jardinería comunitaria con la autogestión, el desarrollo local, la integración social y la educación ambiental. en la actualidad gran parte del enfoque recreativo de estos proyectos de jardines son el reverdecimiento urbano, otorgando herramientas al ciudadano para que inserte plantas a la ciudad, como lo explica Moran “se reconoce además el aumento de la calidad de vida que supone tener acceso a alimentos frescos, ecológicos y de calidad en los terrenos próximos a las ciudades” (2010).
Ahora bien, hablando de la aplicación de las huertas comunitarias es una práctica de nivel internacional donde habitantes pobres de potencias mundiales como “Estados Unidos de América, han hecho huertas comunitarias con la finalidad de auto gestionarse” (Carrero, 2020. P, 7), hay otros casos similares como lo es en el caso de Pennsylvania . En un caso Sudamericano como el argentino, podemos evidenciar que la necesidad alimentaria es significativa en países donde su producción de alimentos satisficiera a más de “300 millones de personas, pero que, debido a las dinámicas globalizantes relacionadas con la exportación de estos, más de 10 millones de habitantes sufren de hambre” (Cittadini, González, González, Carrozzi, Génova , Porta. 2002, 2). El crecimiento poblacional en los centros urbanos grandes, rectifica el hecho de desarrollar huertas y su importancia para las masas latinas, pues el contexto de marginación propiciado por políticas privatizantes, ayuda a las familias más segregadas. Para dar luces de un ejemplo en Bogotá, nos encontramos con el caso de los Altos de la Estancia en Ciudad Bolívar pues este recoge todos los elementos mencionados previamente, otro caso que vale la pena mencionar es el de las distintas huertas constituidas en la localidad de Fontibón, pues estas han corroborado a puntos transversales a la soberanía alimentaria como lo es la recuperación del medio ambiente y la educación ecológica a habitantes de distintas edades.
La juventud necesita de la construcción de nuevos espacios que le ayuden a alejarse de dinámicas arraigadas a la violencia y el consumo de sustancias psicoactivas, la huerta es una forma para resignificar conceptos y espacios que son utilizados para acceder a esto. Por esto la recuperación de territorios para la formación de huertas trasciende el aspecto de la alimentación a la conformación de nuevas juventudes con nuevas identidades y maneras de concebir el espacio.
JUSTIFICACIÓN
El presente proyecto se enfocará en la enseñanza de la identidad por medio de una huerta y un jardín a estudiantes de grado sexto de la institución mayor de mosquera, ya que debido hay un evidente abandono de la zona producidos por la falta de sentido de apropiación del territorio que tiene los estudiantes y el bajo apoyo económico que hay, la construcción de la identidad de estos estudiantes se verá impulsada gracias a las sesiones pedagógicas y didácticas que se plantean en el documento. Este trabajo permitirá mostrar los cambios que la población puede desarrollar para ayudar a construir su identidad y a su vez para realizar procesos de recuperación y cuidado del territorio, y también profundizar los conocimientos teóricos sobre los procesos de cuidado por la vida, identidad y apropiación del territorio. Además, ofrecerá una mirada integral sobre el daño al territorio producido por la falta de conciencia, a fin de colaborar con la concientización de la población local.
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