CONOCIMIENTO CIENTIFICO Y PENSAMIENTO COTIDIANO

En el transcurso de un día cualquiera, cada persona elabora una larga serie de pensamientos a partir de su contacto con la gente y las cosas que lo rodean en este caso hablamos de los niños en edad preescolar. El contacto sensible con el mundo y la actividad intelectual aplicada a ese contacto producen todo un almacén de imágenes, ideas recuerdos y proyectos, que son nuestros pensamientos cotidianos.

El pensamiento cotidiano es normal sencillo y espontaneo. El conocimiento científico no guarda una diferencia tajante, absoluta, con el conocimiento de la vida cotidiano. La necesidad que el ser humano tiene de tener las respuestas y explicaciones del mundo da paso al conocimiento científico.

La importancia de impulsar y fomentar una propuesta alternativa para la enseñanza de la ciencia en la educación preescolar, radica en incidir en la formación de los futuros ciudadanos en el desarrollo de habilidades de pensamiento que permitan a los niños usar el pensamiento racional para exponer de manera clara sus ideas, fundamentarlas y aceptar las de otros, bajo un clima de respeto y cordialidad.

Para los niños (a), los sucesos impredecibles y sorprendentes deben tener alguna explicación. Su forma de jugar y de explorar el mundo que los rodea muestra que creen que existen las relaciones de causa-efecto, así como leyes fundamentales que gobiernan la realidad. Y, como asumen que dichas leyes funcionan, éstas afectan a sus propias acciones, así como a su comprensión.

Sus suposiciones les ayudan a seguir aprendiendo. Al igual que los científicos, los niños (a) tienen un sistema teórico que les hace comprender de una forma determinada su entorno, e ir ampliando su conocimiento de él.

El satisfacer su natural curiosidad es primordial para su desarrollo cognitivo y para su comprensión del orden y relación dentro del medio ambiente. En el Jardín de Niños es necesario aprovechar al máximo esa curiosidad, brindando a los alumnos, experiencias a través de las cuales vallan afinando su percepción de lo que les rodea, que tengan oportunidad de manipular y actuar frente a seres y hechos del mundo físico para poder, así, descubrir paulatinamente las relaciones existentes entre estas y las que los unen a ellos mismos con una realidad natural.

El desarrollo del pensamiento científico se entiende en este caso, como el proceso educativo para la adquisición de capacidades y habilidades de pensamiento en el niño, mediante las cuales se forma un sujeto crítico y reflexivo.

Una constante en el trabajo escolar es la diferencia que se establece entre los aprendizajes que el niño lleva consigo a la escuela y que son producto de la relación con su medio ambiente que son: familia, comunidad, grupos a los que se pertenece y que no son tomados en cuenta en el preescolar o lo son escasamente, ya que la prioridad de ésta es enseñar aquellos programas (PEP2011) definidos como prioritarios para el desarrollo integral de los niños. Me refiero con esto al conocimiento cotidiano y al científico respectivamente. Dado que el conocimiento cotidiano proviene de los ámbitos no escolares, en los que hay hasta cierto punto, decisiones individuales en las elecciones que se hacen, éste ocurre en lo que se caracteriza como vida cotidiana.

La formación de un espíritu científico, el primer obstáculo es la experiencia básica, es la experiencia colocada por delante y por encima de la crítica, que, esta sí, es necesariamente un elemento integrante del espíritu científico.

A los tres años, aparecen los por qué, al no perseguir la causa mecánica de los fenómenos, el cómo no le interesa, y sus por qué son indiferenciados; éstos no tienen como propósito descubrir la causa final de los hechos, porque al no comprender las causas físicas de los mismos, él se los explica mágicamente. El período preoperatorio y el animismo resultan de una confusión o disociación entre su mundo interior o subjetivo y el universo físico. Al creer que los objetos de la naturaleza son seres animados, les atribuye vida, conciencia, voluntad, e intencionalidad.

La educadora pondrá gradualmente al alcance de los niños materiales y elementos que le permitirán descubrir el porqué de los hechos y fenómenos de la naturaleza, dar oportunidad de observar, preguntar, explorar y experimentar, en razón directa con los intereses infantiles y de acuerdo con una planificación bien meditada que ayudará a asegurar el cumplimiento de los propósitos de la educación preescolar.

El aprendizaje incluye la observación, la manipulación de materiales, la relación causa y efecto, el desarrollo de los hechos y la búsqueda de soluciones para los variados problemas que se presentan.

En este tema trato de explicar brevemente con un claro ejemplo de lo que alguna vez viví.

En alguna ocasión, en la escuela donde practicaba, la maestra no podía asistir

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