Como Enseñar A Leer Y Escribir A Niños De Tercer Grado De Preescolar
Enviado por mayralor • 17 de Diciembre de 2012 • 2.592 Palabras (11 Páginas) • 3.401 Visitas
INTRODUCCIÓN
Actualmente nos vemos como individuos, sumergidos en una sociedad que tiene prisa y muchas de las veces ignoramos el por qué y para qué de las cosas. Es por lo mismo, que este aceleramiento obliga o requiere de compromisos cada vez más complejos para poder en todo momento ser alguien competitivo y sobresalir en el grupo social en el que nos encontramos.
Es vital para ello, la comunicación; comunicar es dar a conocer ideas, sentimientos, conocimientos, etc., es querer ser escuchados, y con esto poder detener de pronto un poco la realidad que existe a nuestros alrededores y llegar a ser tomados en cuenta.
Teniendo en mente, que el lenguaje es una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva y que al mismo tiempo es una herramienta del pensamiento fundamental para integrarse a una cultura y acceder al conocimiento de otras para interactuar en la sociedad de la que hablamos, y aferrándose a una expectativa un poco más ambiciosa, para aprender, causa interés observar cómo es que se enseña este proceso.
A los pocos días del comienzo del ciclo escolar 2012 – 2013, el interés de los alumnos que tengo a mi cargo por el lenguaje escrito, es evidente y lo manifiestan a través de cuestionamientos como: ¿qué es lo que dice aquí maestra?, ¿dónde dice mi nombre?, ¿qué letra es esta?, etc.
Es por ello, que se decide proponer diferentes actividades que favorezcan y enriquezcan competencias de lectura y escritura a través de diferentes modalidades de trabajo. Sin dejar a un lado las otras competencias que procura beneficiar la educación preescolar.
DESARROLLO
La lecto-escritura es una estrategia que apoya a que los alumnos se den cuenta que la lectura y escritura son dos competencias que se dan una a consecuencia de la otra; ya que existe una conexión lógica, para que el niño aprenda a escribir tiene que tener una comprensión de lo que se está escribiendo o por lo menos saber que las letras trasmiten algo; porque si no es así, solo el infante estaría realizando ejercicios de copiado y esto quedaría en una actividad de rayar una hoja sin sentido.
El propósito fundamental de la lecto-escritura es el construir nuevos significados, trabajar de manera dinámica para que surja de los alumnos la curiosidad por conocer nuevas palabras y/o conceptos.
Para la enseñanza de la lecto-escritura en el nivel inicial, debemos tomar en cuenta los conocimientos previos del niño y las interrogantes que se originen en él sobre el sistema de comunicación, y así llegar a incrementar nuevos aprendizajes para que puedan utilizarlos en su contexto.
Partir desde este tipo de estrategia ayudará a tener en claro que una competencia conllevará a la otra de manera natural, siempre y cuando se consiga el interés por los párvulos.
Sin embargo, para que lo dicho anteriormente tenga un impacto positivo verdadero se requiere la realización de una planeación educativa, la cual constituye una de las actividades más importantes que realizan todos los maestros en educación básica; en la cual se consideran las competencias que se quiere logren apropiarse los alumnos.
Es por ello, que se necesita de una reflexión, donde se prevean los desafíos que se implican conseguir en relación con los propósitos fundamentales que enmarca el Programa de Estudio 2011 Guía de la Educadora, además de las características del grupo como lo son: las necesidades e intereses de los alumnos, el contexto, las experiencias profesionales del maestro, etc.
Entonces, teniendo en conocimiento lo anterior, se tiene una preocupación por ejercer actividades que realmente favorezcan habilidades de lecto-escritura en un grupo de tercer grado de preescolar y no llegar a caer en aquellas que simplemente reflejarán un conocimiento banal sin convertirse en un aprendizaje significativo.
Con esto, se quiere hacer referencia a las ya tan trilladas planas de “palitos”, “bolitas”, “líneas”, etc. que muchas de las educadoras realizan sin algún sentido. No con ello, se dice que sean totalmente insignificantes, sino que se debiera de procurar y tener presente ante todo el propósito del cual se parte al sugerirlas a los alumnos, además del espacio y tiempo que se les debe dedicar ya que de alguna u otra forma, sirven para enriquecer movimientos finos (ojo-mano) que se verán influenciados al momento de escribir letras o palabras convencionales.
A raíz de esto, se puede llegar a aseverar que muchas de las veces no es tanto el desarrollo que se tiene previsto al sugerirle al infante alguna actividad sino la estrategia que se utilice para crear un ambiente de interés y satisfacción en la situación; porque si bien se puede mencionar, las actividades mencionadas en el párrafo anterior pudieran llevarse ocasionalmente y en espacio de tiempos pequeños y como sugerencia con la ayuda de alguna canción como “la pelotita”, “la tortuga perezosa”, “el gato”, etc.
Dado a que dentro del nivel preescolar no se mantiene una metodología rigurosa para enseñar, ni aprender competencias de lecto-escritura; sino que parte del supuesto de la vida misma de los niños, es decir, de las conversaciones matutinas, de las reflexiones espontáneas, de un comentario u opinión, etc.
Se pueden realizar distintas actividades, que de la misma forma, pueden aplicarse para los seis campos formativos que plasma el Programa de Estudio 2011 Guía de la Educadora, como ya se había mencionado anteriormente. Sin embargo, se considera que estas mismas actividades pueden inclinarse u originarse a través de las operaciones del pensamiento, dicho de otra forma, como docentes podemos empezar el camino hacia una comunidad de lectores y escritores dentro de nuestras aulas, diseñando actividades que enseñen a pensar a nuestros alumnos.
Estas operaciones son observar, comparar, clasificar, reunir y organizar datos, resumir, buscar supuestos, formular hipótesis, aplicar principios a nuevas situaciones, formular críticas, tomar decisiones, imaginar e interpretar, que hace referencia los autores Louis E. Raths, Arthur Jonas, Arnold M. Rothstein y Selma Wassermann (1999:223-224), y coincide ya en la práctica con ellos ya que para llegar a que el niño se interese por leer y escribir necesita de inferencias y actividades precias, que por lo general y dadas a estar operaciones de pensamiento darán como resultado la libertad para que el párvulo exprese ideas, emociones, opiniones, creencias, etc. sin temor a satisfacer las expectativas del docente, es decir, no es otra cosa que empezar a ejercitar el lenguaje oral de los niños para poder llegar a destrezas más complejas.
Durante la situación didáctica “El elefante”, el cual se lleva a cabo actualmente, los niños de preescolar 3 “A” del Cendi Burocracia Estatal No. 1 han ejercido
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