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LAS CONDUCTAS PROSOCIALES EN EL TERCER GRADO DE EDUCACIÓN PREESCOLAR.


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2013  •  3.647 Palabras (15 Páginas)  •  726 Visitas

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LAS CONDUCTAS PROSOCIALES EN EL TERCER GRADO DE EDUCACIÓN PREESCOLAR.

PROFR. ANDRÉS GARCÍA GARCÍA

DOCENTE DE LA ESCUELA NORMAL PARA EDUCADORAS

“PROFR. SERAFIN CONTRERAS MANZO”

DE MORELIA, MICHOACÁN.

RESUMEN

Se presenta en este artículo la descripción y resultados de un ejercicio de caracterización sobre el desarrollo de las conductas prosociales en niños de tercer grado de educación preescolar efectuado como elemento preparatorio a la realización de prácticas docentes de estudiantes normalistas de la Licenciatura en Educación Preescolar. Se destaca la importancia de propiciar el desarrollo de las conductas prosociales desde la edad preescolar como un imperativo de las sociedades actuales y la consiguiente necesidad de lops docentes de comprender el desarrollo de este tipo de conductas como base para la intervención docente.

El conocimiento sustentado de las características de los niños puede considerarse como un prerrequisito fundamental cuando se emprende un proceso de intervención docente, un procedimiento altamente recomendable para realizar esta tarea lo constituye la recopilación de información a través de la observación directa en contrastación con referentes teóricos lo que permite obtener conclusiones sustentadas para configurar una caracterización cercana a las características reales del grupo con el que se trabajará. Dado su valor instrumental este proceso es un elemento relevante en la formación inicial de las futuras docentes del nivel de educación preescolar por lo que se encuentra sugerido reiteradamente en los diversos programas de estudio de la licenciatura.

Retomando la importancia que constituye el proceso señalado se presenta en este artículo una experiencia al respecto realizada con estudiantes del 2º grado grupo “B” de la Escuela Normal para Educadoras “Profr. Serafín Contreras Manzo” de la Ciudad de Morelia, Michoacán. Fundamentalmente se pretende compartir y poner a consideración los resultados del proceso realizado para obtener la caracterización respecto del desarrollo prosocial de los niños que conforman los grupos en los cuales realizaron las estudiantes normalistas, durante el ciclo escolar 2005 – 2006, jornadas de observación y práctica docente en la ciudad de Morelia, Michoacán y algunos municipios cercanos. Se presentan en primer término algunos elementos teóricos que permiten situar la temática abordada y posteriormente las principales conclusiones obtenidas a partir de la sistematización de la información recopilada a través de la observación y entrevistas a niños preescolares.

¿A que nos referimos cuando hablamos de conductas prosociales?

Colaborar, compartir, ayudar, consolar y dar cuidados entre otros comportamientos similares constituyen conductas humanas que fomentan la cohesión de los grupos sociales al fortalecer las relaciones interpersonales. A este conjunto de conductas se les ha agrupado bajo la denominación de conductas prosociales y se les suele definir como:

"... aquel comportamiento voluntario que pretende beneficiar a otro"

En ésta breve definición se destacan dos aspectos centrales necesarios de analizar:

El primero se refiere a la situación de que este tipo de conductas están orientadas hacia el beneficio de otros. Este hecho, que a primera vista se puede percibir como sencillo, reviste cierta complejidad para que se realice en la realidad, implica una serie de habilidades y disposiciones que son necesarias considerar. Como base fundamental se requiere de la capacidad y disposición para pensar en otros y de interesarse en sus problemas o dificultades. Se requiere también de ciertas dosis de observación y escucha activa así como de las habilidades sociales necesarias para identificar y comprender cuáles son las necesidades de apoyo que presentan los demás y poder elegir y ejecutar una acción contingente.

El segundo nos remite al hecho de que las conductas prosociales son principalmente conductas voluntarias, acciones realizadas por voluntad propia que el individuo efectúa sin una orden expresa o presiones externas. Este aspecto es sin duda importante pues nos permite distinguir cuando una conducta es eminentemente prosocial o se trata de una conducta de ayuda realizada como parte de la profesión o de acciones asignadas por otras personas sin que medie la iniciativa propia. Sin embargo, aún cuando una acción prosocial sea emprendida por voluntad propia los motivos que la orientan pueden mostrar ciertas diferencias necesarias de distinguir, básicamente se identifican dos tipos de motivaciones: altruistas o guiadas por un interés específico.

Las conductas guiadas por un interés específico se refieren a aquellas ocasiones en que las personas deciden realizar acciones que beneficien a los demás pero esperando obtener alguna especie de recompensa a cambio.

"Los psicólogos consideran que muchos comportamientos prosociales están motivados por factores como la esperanza de recompensas concretas, la aprobación social o el deseo de aliviar los propios estados internos negativos (por ejemplo la culpa o la tristeza que produce observar a una persona necesitada)"

Por el contrario, las motivaciones altruistas se refieren al deseo desinteresado de apoyar, consolar, compartir, etc. sin esperar nada a cambio de lo que se hace. Se considera por parte de diversos estudiosos que es necesario potenciar en mayor medida este tipo de conductas prosociales.

"... las conductas prosociales también incluyen los comportamientos altruistas, es decir, conductas prosociales motivadas por la simpatía hacia los demás o por el deseo de ajustarse a los principios morales interiorizados."

Menciona también Nancy Eisenberg que en general los psicólogos entienden que las conductas altruistas son morales, más que las conductas prosociales que están motivadas por factores como el deseo de evitar un castigo o de obtener una recompensa por la aprobación social, por ello, el desarrollo y potenciación del altruismo representa un especial interés para los psicólogos del desarrollo, los educadores y otras personas que trabajan con niños.

¿Cuál es la importancia social de analizar y promover las conductas prosociales principalmente altruistas?

En las últimas décadas se ha percibido que los grupos sociales parecen cada vez más desvinculados entre sí, cada individuo se centra en sus propios intereses y si acaso en los de las personas más cercanas afectivamente, pero colocar como referencia de nuestro actuar a las necesidades generales de los demás

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