Competencias En La Educación
Enviado por PILOGU • 7 de Diciembre de 2011 • 3.168 Palabras (13 Páginas) • 443 Visitas
SER COMPETENTE, ¿PARA QUÉ?, ¿QUIENES?, ¿POR QUÉ?
Desde el inicio de la reforma educativa, cuando la palabra competencia comenzó a hacer mella en el vocabulario del magisterio de educación básica, hubo muchas confusiones. Las mismas que inician cuando se busca romper una rutina preestablecida y muchas veces practicada.
Los maestros se enfrentaron paulatinamente a situaciones diversas: desde no saber el concepto de competencia aplicada a la educación, hasta ignorar por completo cómo planear una clase bajo estos requisitos. ¿La solución? Obviamente fue capacitación. En este sentido, la queja magisterial no se hizo esperar, quienes se animaron a impartir los primeros “talleres” sobre la RIEB, se encontraban más perdidos, y sólo se dedicaron a repetir lo que a ellos les habían dicho.
Pero vayamos al origen de esta nueva propuesta educativa, la cual de nueva no tiene nada, pues ya desde las últimas décadas del siglo pasado, la educación y la capacitación basada en competencias, cobraron un auge inusitado en el mundo, de manera especial, en aquellos países cuyo objetivo fue preparar a sus jóvenes con una formación profesional, que fuera pertinente, eficaz y eficiente acorde con los cambios económicos, políticos y sociales que se desarrollaban en el mundo.
EL ORIGEN
La globalización obligó de alguna manera a modificar los estándares y requerimientos de sus trabajadores con el fin de responder a la nueva organización del trabajo, producto de la formación de nuevos bloques económicos e intereses políticos.
Aunado a todo ello, el vertiginoso ritmo de la producción de la información, promovió que la educación, otrora basada en el conocimiento, ahora fuera necesaria centrarla en el sujeto en formación.
Aquella que un día fue una “sociedad del conocimiento”, ahora se convertía en una sociedad de la información, donde ya no era necesario acudir a un libro o a un maestro para saber algo, tan solo dar un click en una computadora y todo el conocimiento del mundo (entiéndase, DEL MUNDO, en todos los idiomas imaginados y sin restricciones) estaba ahí.
¿Cómo pues enseñar a los estudiantes algo que ya tienen a la mano sin necesidad de levantarse temprano? Y fue ahí donde entraron las nuevas teorías educativas, dando fundamento a la Reforma Integral de la educación Básica, la cual en México inicia en 2004 para el preescolar, en 2006 para secundaria y en 2009 para primarias.
Pero ¿cuál es el origen de esta transformación?, ya hemos dicho algo que vislumbra el inicio: la globalización, la intensa producción de información, los cambios políticos y económicos, pero el motivo más importante, el ingreso de México a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, comúnmente llamada OCDE.
Cuando nuestro país ingresa, se abren nuevos panoramas y perspectivas que deben ser acatados, así pues, dando un paseo por la historia, cuando la Conferencia Mundial sobre “La educación es para todos”, llevada a cabo en 1990 en Jomtien, Tailandia; se pusieron de acuerdo en “universalizar la educación primaria y reducir masivamente el analfabetismo para finales de la década”. En esta conferencia se firma la Declaración Mundial sobre Educación para Todos y se enfatiza la necesidad básica de aprendizaje enfatizando que la educación es un derecho humano fundamental y que será obligación de los gobiernos, realizar todos los esfuerzos necesarios para lograr la cobertura total.
Tal vez en este momento, recuerde usted el programa La nueva Escuela Urbana, instaurado por el entonces presidente Vicente Fox Quezada, cuyo lema integraba “cobertura total” y “Mejoramiento cualitativo de la educación en escuelas de nivel básico”. En este nuevo concepto, ya se promovía un proceso de aprendizaje activo centrado en el estudiante, una adaptación de los contenidos curriculares que fueran significativos para el niño con un sistema de promoción y evaluación flexibles, donde el número de alumnos reprobados fuera mínimo si no es que nulo.
En este tenor, se buscaba también una relación más estrecha entre escuela y comunidad, con la formación de valores participativos y democráticos a través de estrategias que permitieran dichos acercamiento con los padres de familia. Aquí cabe hacer mención que se dio tal apertura en algunos centros escolares, que hubo planteles donde los padres eran quienes hacían y deshacían, por lo que su participación después de esas desagradables experiencias, fue limitada al papel que hasta entonces habían tenido.
También se buscó la dotación de materiales bibliográficos y tecnológicos a las escuelas y la constante capacitación docente. No debemos olvidarnos en estos momentos de la entrada de Enciclomedia para las primarias y de las bibliotecas de aula y escolares en todos los niveles. Aunque el propósito era loable, la falta de capacitación del personal, hizo que Enciclomedia no fuera aprovechada correctamente, y esto nos lleva a criticar la falta de organización, planeación y sobre todo de supervisión de los programas que se establecían. Actualmente, muchos de esos equipos están completamente olvidados, descompuestos y/o arrumbados en algún lugar.
Dentro de este proyecto, la promesa de disminución de trámites administrativos a cambio de un mejor aprovechamiento del tiempo frente a grupo, hizo que muchos maestros vieran con agrado dicha idea, sin embargo, sólo fue un ofrecimiento ya que el papeleo siguió siendo el pan de todos los días.
PERO TAMBIÉN…
Pero volviendo a nuestro tema, lo orígenes de las competencias como concepto educativo, viene desde 1996 cuando Jacques Delors publica un informe titulado “La educación encierra un tesoro” de donde surgen “Los cuatro pilares de la educación” , estos son: Aprender a hacer, Aprender a conocer, Aprender a vivir y Aprender a ser.
Aprender a conocer, combina una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias, lo que supone además aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
Ahora seguramente comprende usted la disminución de contenidos que se notaron al ponerse en funcionamiento los nuevos planes de estudio. Muchos docentes argumentaron que antes sí se enseñaba y que ahora sólo era una “embarrada” de conocimientos. Efectivamente, maestros, lamento decirles que así es, pero no con la visión que de manera equivocada hemos creado. Acorde con esta nueva perspectiva de aprender a aprender, no se trata de enseñarles todo de todo a los estudiantes, sino enseñarles lo básico que les ayude a investigar, desarrollar, aprender y cuestionar lo demás. Arduo papel ¿no es cierto?, pues
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