Lectura Y Escritura Como Practicas Socioculturales

LECTURA Y ESCRITURA COMO PRÁCTICAS SOCIOCULTURALES

La necesidad que nace en las escuelas de trabajarla lectura y escritura desde una perspectiva sociocultural, es porque su ejercicio está impreso en todos los contextos sociales en los que se desenvuelven los individuos. Es imposible negar que cada hablante pone en la práctica sus saberes lecto-escriturales a diario; es más, no podríamos concebir la sociedad actual sin estas herramientas a la mano, ya que como afirma Ferreiro (2002) leer y escribir son construcciones sociales, y la escuela necesita entender esto, ya que es su responsabilidad de llevar a los individuos a una cultura letrada.

No podemos concebir una práctica social por excelencia como lo es la lectura y escritura desde una perspectiva parcelada,y secuencializada, como lo hace la escuela obligatoria, porque esta característica no es natural del lenguaje, Lerner (2001) afirma lo que:“… lo necesario es preservar en la escuela el sentido que la lectura y la escritura tienen como prácticas sociales para lograr que sus alumnos se apropien de ellas y puedan incorporarse a la comunidad de lectores y escritores, para que lleguen a ser ciudadanos de la cultura escrita” (pág. 27). En este sentido, es necesario preparar a los individuos para la vida, no solo para que estén listos para resolver los problemas que se presentan dentro del aula, ya que las exigencias que se pueden desplegar en los contextos extraescolares que requieran una competencia severa en los ejercicios de leer y escribir, son muchas.

Miremos por ejemplo la pretensión del alcalde de Bogotá Gustavo Petro de construir centros controlados de consumo de drogas ilícitas en esa ciudad, hecha el pasado 6 de agosto (2012). Si los individuos quisieran que se aprobara o no dicha propuesta, es necesario que tengan los argumentos pertinentes que sustente y justifique su apoyo o rechazo, sin embargo, para ello también es necesario que tengan una mente crítica para evaluar la situación conforme a las necesidades de su contexto social y no dejarse guiar de los argumentos (favorables o no) que hacen otras personas respecto al tema y que es muestra de sus intereses. De todo esto, observamos que es solo una de problemáticas que se presentan a diario en las comunidades, y dónde más se puede pretender formar a los individuos en los conocimientos exigentes que requieran una competencia lecto-escritural al nivel crítico-evaluativo que demanda la sociedad de hoy, sino es en las escuelas.

Si se quisiera crear mentes críticas, que analicen y evalúen el mundo, la escuela debe repensar las estrategias que utiliza hacia una perspectiva social centrada en los propósitos comunicativos del lenguaje, para ello, ésta debe funcionar como una microcomunidad de lectores y escritores que ponga en escena una versión social de las prácticas de leer y escribir (Lerner, 2001) que amplié sus horizontes de los métodos de alfabetizar

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