Magazine Traducido
Enviado por dracoloc • 24 de Enero de 2015 • 1.342 Palabras (6 Páginas) • 190 Visitas
Actriz “indispensable para el desarrollo de la comedia del país”, como reza el premio que obtuvo el pasado año, Verónica Forqué debutó en los años setenta y desde entonces no ha dejado de alternar teatro, televisión y cine, con los directores de más prestigio. Con cuatro premios Goya en su haber, ahora estrena en teatro la comedia 'Buena gente'.
En activo desde finales de los setenta, no ha habido muchos días en los que Verónica Forqué (Madrid, 1955) no tuviera un plató o un escenario al que acudir. Hija de la escritora y actriz Carmen Vázquez Vigo y del director José María Forqué, inició su andadura a sus órdenes, para luego pasar a manos de Almodóvar, Colomo, Trueba o Berlanga, artífices de sus cuatro premios Goya y de su indiscutible estatus de estrella de la comedia. Apuntalaron con solidez su popularidad series como Ramón y Cajal o Pepa y Pepe. En el teatro, nunca abandonado, se las vio bien jovencita con Núria Espert, en una versión legendaria de Divinas palabras. Luego llegarían ¡Ay Carmela!, Doña Rosita la soltera o, más recientemente, Shirley Valentine. Ahora prepara el estreno de la comedia Buena gente, obra en la que encarna a una mujer madura, madre soltera de una hija discapacitada, y que además se queda en paro. Sin embargo, un encuentro fortuito podría cambiar su vida para siempre. Incluso para bien. La dirige David Serrano y la escribió el premio Pulitzer David Lindsey-Abraire.
“Yo no me acabo de creer que el ciudadano tenga algún tipo de poder real para cambiar las cosas. Ahora hay mucha ilusión con Podemos. Vamos a ver qué pasa”
¿Es usted de las actrices que opinan que el escenario es el hábitat natural del intérprete?
Yo creo que sí. Ofrece posibilidades infinitas. Puedes hacer un monólogo sobre un ama de casa insatisfecha con su vida que le habla a una pared y tres semanas después estar pateándote el país explicando cómo hemos llegado hasta aquí en esta España de los claroscuros y de la Inquisición, y contando lo que no está en los libros de historia sobre reyes y nobles, desmitificándolos completamente.
Esto último era el eje de su penúltima función, Así es, si así fue. ¿De aquellos polvos vienen estos lodos?
El presente siempre está condicionado por el pasado. La España de los pícaros, de los que intentan sacar provecho de lo que sea a costa de lo que sea, es una constante en nuestra historia. Parece que ahora vivimos una época donde los que gobiernan el mundo son los grandes conglomerados económicos, pero en realidad siempre ha sido así. Hasta el punto de que yo no me acabo de creer que el ciudadano tenga algún tipo de poder real para cambiar las cosas. Ahora todo el mundo tiene mucha ilusión con Podemos. Es aire fresco, gente más joven. Vamos a ver qué pasa.
¿Ve más fácil el desarrollo de la libertad en lo privado?
A pesar de nuestra tendencia a echarle la culpa de todo a los demás, la responsabilidad de nuestra vida está en nuestras manos. Otra cosa es que nos acomodemos y nos paralice el miedo al cambio. La libertad ha de ayudarnos a ser honestos con nosotros mismos hasta el último día de nuestra vida. Y tenemos la obligación de transmitir ese concepto a nuestros hijos, que asimilan mejor lo que ven que hacen sus padres que lo que dicen. A vivir en libertad se aprende con el ejemplo.
¿Y esto no cree que sea extrapolable a la sociedad?
La guerra del 36 está todavía ahí, y a los de mi generación se nos educó en el miedo. En el “no hagas”, “no digas”, “no te signifiques”. La gente vivió aterrorizada durante décadas. Hay mucho miedo a perder el trabajo y lo poco que tienes. Y pasividad. Estamos consintiendo que nos roben ante nuestras narices sin hacer nada por evitarlo. Pero por otro lado lo entiendo. No podemos estar todo el día en carne viva. Eso no hay quien lo soporte.
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