PEDAGOGIA

La comprensión real dé lo que es la pedagogía, en especial su carácter científico, requiere de un análisis multilateral y en diversas direcciones.

En primer término es necesario dilucidar la relación pedagogía educación, definiéndola en cada caso a partir de las múltiples

Conceptualizaciones que pueden existir de la educación. Todo lo cual nos introduce por intrincados caminos filosóficos, sociológicos, psicológicos y antropológicos.

No basta con aceptar la afirmación bastante generalizada en la actualidad de que la pedagogía es la ciencia de la educación; que lo más que nos indica, desde el punto de vista científico, es que la educación es el objeto de estudio de la pedagogía. Pero entonces, cabría preguntarse, ¿cuál es el campo de acción de la pedagogía?, ¿cuáles son las ciencias concomitantes a su objeto de estudio?,

¿Qué tipo de interacción se establece entre estas ciencias?, ¿qué grado de integración alcanzan, constituyen un verdadero sistema de ciencias o sólo es un conjunto de disciplinas necesarias al conocimiento pedagógico?, ¿cómo denominar a este sistema o conjunto

de ciencias: ciencias pedagógicas, ciencias de la educación, ciencias de la formación del hombre, etc.? o ¿realmente existe el sistema de ciencia con el grado de integración y coherencia que nos permita hablar de una ciencia pedagógica o una ciencia de la educación?

Evidentemente, éstos son algunos de los interrogantes más elementales que debemos hacernos cuando nos introducimos en el debate científico-teórico de la educación en la actualidad.

La solución de este debate también requiere, como lo hemos venido haciendo, de historiarlo, para ver el tránsito de las denominaciones que ha recibido la disciplina que se ha ocupado de la reflexión teórica acerca de la educación, lo que nos lleva a la conclusión que el término más tradicional e incluso de posible aceptación etimológica es el de pedagogía. Sin embargo, si preguntáramos a los propios maestros y profesores, que son los profesionales de la pedagogía, qué es ésta, las respuestas son muy imprecisas, vagas y en un espectro bastante variado. Situación que no se aleja de lo existente en la literatura pedagógica, incluso en aquella más allegada a las exigencias de la ciencia contemporánea. Por ello, otra premisa para la evaluación de este debate requiere atender las siguientes interpretaciones de la pedagogía: como ciencia, como tecnología, como arte, como filosofía y como teoría.

En estas cinco direcciones se ha estado moviendo en los últimos tiempos el análisis teórico de la pedagogía.

La primera cuestión por dilucidar es si estas direcciones son compatibles

o no, es decir, si son excluyentes, lo que equivale a decir que al asumir una de ellas estamos eliminando a las otras o alguna o algunas de ellas.

En mi opinión estas cinco interpretaciones son recurrentes y constituyen los aspectos insoslayables del análisis del problema de la pedagogía. Lo que nos indica que en el caso del análisis de su carácter de ciencia, que es el que nos ocupa, estas aristas deben ser contempladas.

Así vemos que la relación ciencia-tecnología es una realidad mundial de primer orden, ya que el progreso social toma concreción cuando los conocimientos científicos se materializan en la tecnología y la técnica. En la técnica encuentran su expresión los resultados prácticos de la ciencia, por lo que es su principal vía de aplicación y manifestación de la relación teoría-práctica. En el caso de la pedagogía las diferentes concepciones

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