Sentencia Anicama
Enviado por AnthonyBS • 2 de Febrero de 2012 • 8.320 Palabras (34 Páginas) • 1.413 Visitas
Tema 3:
Teoría general de los derechos fundamentales
STC 1417-2005-PA/TC
Caso Anicama Hernández c/ ONP
I. Supuesto de hecho
Se cuestiona que la ONP denegara la solicitud de pensión jubilada de un trabajador que contaba con más de 20 años de aportaciones. La emplazada solicita que se declare improcedente la demanda, por considerar que la vía del amparo no es la adecuada para dilucidar la pretensión del recurrente, sino la vía judicial ordinaria, que cuenta con estación probatoria.
II. Problemas del caso
1/. En el ámbito de la justicia constitucional de la libertad, la tutela de los derechos fundamentales comprende a su contenido constitucionalmente protegido. En este caso, el Tribunal delimita el referido contenido constitucionalmente garantizado del derecho a la pensión, a partir de nociones propias de la teoría general de los derechos fundamentales. Por tanto, la corrección de esta sentencia depende de su corrección sobre los siguientes aspectos:
a/. ¿Maneja el Tribunal Constitucional un “concepto” positivista de Derechos Fundamentales?
b/. ¿Cuáles son las “clases” de derechos fundamentales que el Tribunal identifica en la Constitución de 1993?
c/. ¿Cuáles son las características de los derechos fundamentales de configuración legal?
d/. ¿A qué se refiere el Tribunal cuando alude a la distinta eficacia de los derechos fundamentales?
e/. Con base en la “Estructura de los derechos fundamentales”, ¿podría usted identificar cuáles son las normas del derecho a la seguridad social? (Para ello, utilice cuando menos un tratado internacional en materia de derechos en el que el Estado peruano sea parte?
f/. ¿Cuál es la diferencia entre un derecho fundamental y una garantía institucional?
g/. ¿Cuáles son las diferencias entre las nociones de “sustento constitucional directo” y “contenido constitucionalmente protegido”?
h/. ¿Derecho a la pensión o derecho a la seguridad social?
III. Los fundamentos jurídicos de la sentencia (extracto)
1. El inciso 2) del artículo 200º de la Constitución, establece que el proceso de amparo procede contra el acto u omisión, por parte de cualquier persona, que vulnera o amenaza los derechos reconocidos por la Constitución, distintos de aquellos protegidos por el hábeas corpus (libertad individual y derechos conexos) y el hábeas data (acceso a la información y autodeterminación informativa). En tal sentido, es presupuesto para la procedencia del proceso de amparo (y en general, de cualquier proceso constitucional) que el derecho que se alegue afectado sea uno reconocido directamente por la Constitución.
§1. Los derechos fundamentales de la persona humana
2. El concepto de derechos fundamentales comprende “tanto los presupuestos éticos como los componentes jurídicos, significando la relevancia moral de una idea que compromete la dignidad humana y sus objetivos de autonomía moral, y también la relevancia jurídica que convierte a los derechos en norma básica material del Ordenamiento, y es instrumento necesario para que el individuo desarrolle en la sociedad todas sus potencialidades. Los derechos fundamentales expresan tanto una moralidad básica como una juridicidad básica.” (Peces-Barba, Gregorio. Curso de Derechos Fundamentales. Teoría General. Madrid: Universidad Carlos III de Madrid. Boletín Oficial del Estado, 1999, pág. 37).
Consecuentemente, si bien el reconocimiento positivo de los derechos fundamentales (comúnmente, en la Norma Fundamental de un ordenamiento) es presupuesto de su exigibilidad como límite al accionar del Estado y de los propios particulares, también lo es su connotación ética y axiológica, en tanto manifiestas concreciones positivas del principio-derecho de dignidad humana, preexistente al orden estatal y proyectado en él como fin supremo de la sociedad y del Estado (artículo 1º de la Constitución).
3. Es por ello que el Capítulo I del Título I de la Constitución, denominado “Derechos Fundamentales de la Persona”, además de reconocer al principio-derecho de dignidad humana como el presupuesto jurídico de los demás derechos fundamentales (artículo 1º) y de enumerar a buena parte de ellos en su artículo 2º, prevé en su artículo 3º que dicha enumeración no excluye los demás derechos reconocidos en el texto constitucional (vg. los derechos fundamentales de carácter social y económico reconocidos en el Capítulo II y los políticos contenidos en el Capítulo III), “ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno”.
4. De esta manera, la enumeración de los derechos fundamentales previstos en la Constitución, y la cláusula de los derechos implícitos o no enumerados, da lugar a que en nuestro ordenamiento todos los derechos fundamentales sean a su vez derechos constitucionales, en tanto es la propia Constitución la que incorpora en el orden constitucional no sólo a los derechos expresamente contemplados en su texto, sino a todos aquellos que, de manera implícita, se deriven de los mismos principios y valores que sirvieron de base histórica y dogmática para el reconocimiento de los derechos fundamentales.
5. Así, por ejemplo, con relación al derecho a la verdad el Tribunal Constitucional ha sostenido que “[n]uestra Constitución Política reconoce, en su artículo 3º, una `enumeración abierta´ de derechos fundamentales que, sin estar en el texto de la Constitución, surgen de la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho o de la forma republicana de gobierno. Así, el derecho a la verdad, aunque no tiene un reconocimiento expreso en nuestro texto constitucional, es un derecho plenamente protegido, derivado (...) de la obligación estatal de proteger los derechos fundamentales y de la tutela jurisdiccional. (...) [E]l Tribunal Constitucional considera que, en una medida razonablemente posible y en casos especiales y novísimos, deben desarrollarse los derechos constitucionales implícitos, permitiendo así una mejor garantía y respeto a los derechos del hombre, pues ello contribuirá a fortalecer la democracia y el Estado, tal como lo ordena la Constitución vigente.
El Tribunal Constitucional considera que si bien detrás del derecho a la verdad se encuentran comprometidos otros derechos fundamentales, como la vida, la libertad o la seguridad personal, entre otros, éste tiene una configuración autónoma, una textura propia, que la distingue de los otros derechos fundamentales a los cuales se encuentra vinculado,
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