Autobiografía Educación Escolar
Enviado por gonzalovilla • 5 de Julio de 2018 • Apuntes • 3.656 Palabras (15 Páginas) • 172 Visitas
[pic 1] | Universidad de Santiago de Chile | [pic 2] |
Autobiografía Educación Escolar
Asignatura: | Taller de Práctica Profesional 1 | |
Profesora: | Bárbara Ossandon Buljevic | |
Estudiante: | Gonzalo Villablanca | |
Fecha de Entrega: | 03 de Noviembre de 2015 |
Índice
Introducción | Página 3 |
Etapa Escolar básica 1 (5 a 9 años) | Página 4 |
Etapa Escolar básica 2 (10 a 13 años) | Página 7 |
Etapa Escolar Media (14 a 17 años) | Página 10 |
Introducción
Las siguientes experiencias y momentos que se relataran en esta autobiografía pedida por la Profesora Bárbara Osandon son lo que hoy me conforma como individuo al mundo. Cada uno de los minutos que viví en las diferentes instituciones escolares los guardo en lo más profundo de mí ser.
Malas, muy malas, excelentes y buenas sensaciones se presentan en los caminos de mi vida (si lo vemos a niveles moralistas) y con ello, siempre trate de sacar alguna enseñanza o aprendizaje, lo cual, me ayudo a enfrentar los nuevos desafíos adquiridos en cada etapa de mi educación escolar (la cual curse durante 12 años).
Si te interesara conocer mi vida escolar te invito a leer las siguientes páginas. No me molesta que me critiques o te rías por los momentos que relatare, al contrario, me sentiré muy horrando que te des el tiempo de conocer las locuras de este muchacho que tiene aún mucha curiosidad por el mundo que lo rodea.
De ante mano, muchas gracias.
Etapa Escolar 1 (de los 6 a 9 años)
Todo comienza el día 5 de marzo de 1996, era un día miércoles en la mañana. Mis padres me despertaron a las 7 a.m. para que me vistiera y tomara desayuno. El Colegio que asistiría a mis clases se llamaba Monseñor Manuel Larraín (en el cual curse hasta 4 básico y cerraron el año 2010) un edificio muy pequeño y que estaba ubicado en la población donde toda mi familia vivía. Mi madre también estudio en esta institución, por lo cual, desde que salimos de nuestra casa, me relato todo lo que recordó de su periodo vivido hasta octavo básico (último curso que realizo en este colegio). Llegando al colegio, mis padres fueron hasta la sala para despedirse y desearme un gran año académico.
Entrando a la sala lo primero que recuerdo son tres cosas, mi Profesor jefe, el cual se llama Rene, una de las niñas más lindas que he visto y una patada voladora en mi cara por un compañero que lloro durante toda la clase pidiendo que volviera su madre.
Pasando este primer día de clases las cosas se pusieron rutinarias, me levantaba a la misma hora todos los días, mi madre no me iba a dejar al colegio, me iba en la micro del recorrido 300, con mi hermano mayor llamado Sebastián (El seba estaba cursando 5 básico en el mismo colegio) y aprendía con mucho gusto todo lo que dictaba el profesor, porque me sentaba al lado de mi hermosa compañera (la cual le gustaba explicarme todo lo que no entendía) y con esa motivación cerré el primer semestre con promedio 6,1.
Después de las vacaciones de invierno y extrañando mucho a mi compañera de puesto, volví el segundo semestre muy entusiasta, pero fue extraño, habían menos compañeros y con los que acostumbraba jugar a la pelota se pusieron violentos, lo que llevo a que las peleas fueran más habituales y que mi madre asistiera muy seguido a la oficina del director. El semestre se desarrolló con este inconveniente y termine con un promedio de 6.3, mejor que en el primero, pero con la mala noticia de que aquella musa se iría del colegio por la razón de cambiarse a uno que le quedara más cerca de su casa. Una pena que costo desaparecer y que recuerdo como mi primer amor.
Luego de mis vacaciones de verano en Pichilemu, inicie mi segundo año de educación básica, no hay muchas cosas que recuerdo de este periodo, más que pase a la jornada de la tarde y mi hermano menor Diego entro a Kínder con solo 5 años de edad. Ahora me tocaba ser el encargado de llevar a clases a mi hermano como antes lo realizaba el Seba, una tarea muy importante a mi parecer, entendiendo la edad con la que estábamos asistiendo al colegio. Nos íbamos en bus y mi nueva profesora se llamaba Norma.
Este cambio de jornada y el compromiso de llevar a Diego al colegio no alteraron en nada mi rendimiento académico, lo cual, reflejo en el término del año escolar muy buenas calificaciones, especialmente en matemática y ciencias naturales. Lo que también recuerdo era la crítica constante de mi profesora con respecto a las jornadas laborales y el sobre estrés que se presenta en la sociedad, no lo veía en mis compañeros, pero si en mi casa y en mis vecinos, eso me dio a entender lo difícil que es para los padre cumplir a cabalidad con la responsabilidad de asistir a la escuela, específicamente a las reuniones de apoderados, porque las reuniones de Sebastián, Diego y las mías eran todas a la misma hora y solo mi madre podía ir.
Nuevamente estaba en mi periodo de vacaciones de verano (no volveré a nombrar esta etapa, porque solo sirve para dar a entender que iniciare un nuevo año escolar) y con ello vino la crisis económica del 98 y la clasificación de Chile al mundial de Francia, lo cual, tercero básico fue a base de contar las experiencias previas vividas en dictadura y lo difícil de mantener a la familia sin que el padre (que en ese tiempo era la base económica de la casa de pueblo chileno) no tuviera trabajo. Un año difícil, hubo días que pase mucha hambre y el colegio me entrego alimentación. Que dura era la vida y el futbol era mi anestesia cuando el hambre apretaba. Termine ese periodo escolar con la mejor calificación de mi clase y la profesora me dijo que después de esta mala racha nada me podría detener, sus palabras exactas fueron: “Si el hambre no nos ganó, entonces, nada lo hará”, aun lo creo así.
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