ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Circulo Del 99


Enviado por   •  8 de Junio de 2015  •  1.656 Palabras (7 Páginas)  •  230 Visitas

Página 1 de 7

CIRCULO DEL 99

(Aportacion de nuestra amiga Verónica Sánchez)

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo

sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer

el desayuno y despertar al rey cantando y tarareando alegres canciones de

juglares. Una gran sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud

para con la vida era siempre serena y alegre.

Un día, el rey lo mandó llamar.

Paje - le dijo- ¿Cuál es el secreto?

¿Qué secreto, Majestad?

¿Cuál es el secreto de tu alegría?

No hay ningún secreto, Alteza.

No me mientas, paje. He mandado cortar cabezas por ofensas menores que

una mentira.

No le miento, Alteza. No guardo ningún secreto.

¿Porqué estás siempre alegre y feliz? eh? porqué?

Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra

permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa

que la corte nos ha asignado. Somos vestidos y alimentados y además Su

Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos

gustos, ¿cómo no estar feliz ?

Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey.

Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.

Pero Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero

no hay nada que yo esté ocultando.

Vete! Vete antes de que llame al verdugo!

El sirviente sonrio, hizo una reverencia y salio de la habitacion. El rey

estaba como loco. No consiguio explicarse como el paje estaba feliz

viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentandose de las sobras de

los cortesanos. Cuando se calmo, llamo al mas sabio de sus asesores y le

conto su conversacion de la mañana.

Porque El es feliz ?

Ah Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del circulo.

Fuera del circulo ?

Asi es.

Y eso es lo que lo hace feliz ?

No, Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.

A ver si entiendo, estar en el circulo te hace infeliz.

Así es.

Y él no está.

Así es.

Y cómo salió ?

Nunca entró !

Qué círculo es ése ?

El círculo del 99.

Verdaderamente, no te entiendo nada.

La única manera para que me entendiera, sería mostrárselo en los hechos.

Haciendo entrar al paje en el círculo.

Eso, obliguemoslo a entrar.

No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.

Entonces habrá que engañarlo.

No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito,

solito.

Pero no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?

Sí, se dará cuenta.

Entonces no entrará.

No lo podrá evitar.

Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese

ridículo círculo, y de todos modos entrar en el y no podrá salir?

Tal cual, Majestad, ¿está dispuesto a perder un excelente sirviente para

poder entender la estructura del circulo ?

Sí.

Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debe tener preparada una bolsa de

cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!

Qué más ? Llevo los guardias por si acaso ?

Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.

Hasta la noche.

Así fue. Esa noche el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron

hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí

esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela,

el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía:

ESTE TESORO ES TUYO. ES EL PREMIO POR SER UN BUEN HOMBRE.

DISFRUTALO Y NO CUENTES A NADIE COMO LO ENCONTRASTE.

Luego ató la bolsa con el papel, en la puerta del sirviente, golpeó y

volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban

desde atras de unas matas. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la

bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa

contra el pecho, miró hacia todos lados y entró en su casa. Desde afuera

escucharon la tranca de la puerta, y se arrimaron a la ventana para ver

la escena. El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado

sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa.

Sus ojos no podían creer lo que veían. Era una montaña de

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (9 Kb)
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com