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Comunicación, Poder Y Saber


Enviado por   •  6 de Mayo de 2013  •  3.781 Palabras (16 Páginas)  •  379 Visitas

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Comunicación, Poder y Saber

Los procesos comunicacionales han impactado considerablemente a las sociedades contemporáneas, en el sentido que han cambiado la manera en que los individuos se vinculan entre sí, y la forma de comprender las relaciones intersubjetivas. En efecto, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han afectado la circulación y conservación del conocimiento científico, puesto que el auge tecnológico ha producido cambios dramáticos en el modo de adquirir y transmitir el saber. La masificación de la comunicación digital basada en la microelectrónica ha traído como consecuencia la modificación de la naturaleza del conocimiento.

La transformación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que se ha suscitado en esta época posibilitó que las redes desplegaran todas sus potencialidades. “Este cambio tecnológico sentó las bases de un nuevo paradigma tecnológico que se consolidaría en los años setenta, primero en Estados Unidos, para difundirse después rápidamente por todo el mundo dando paso a lo que he denominado, descriptivamente, la Era de la Información”. (Castells, 2009: p. 43) Esta era comunicacional se ha instalado impregnando la estructura social, redimensionándola e introduciendo un conjunto de dispositivos que han transformado la dinámica social. En el contexto de los cambios tecnológicos el saber científico también ha sufrido algunas transformaciones, es por ello que el objetivo del presente trabajo es mostrar cómo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han modificado la condición del saber.

Comunicación y Poder

La comunicación es un fenómeno que, a pesar de poseer una estructura mínima: emisor, receptor, contexto, código, se presenta como una noción que se resiste a determinaciones conceptuales. Se puede presentar con un rostro y con su opuesto sin que ello altere su naturaleza. Es por esta razón que es posible encontrar distintas perspectivas sobre lo que es la comunicación de masas. En efecto, esta noción se concibe como una actividad que implica la negociación y la convivencia:

El desafío es replantear la comunicación como un proceso de negociación y de cohabitación, de “refundar los valores de emancipación de la información y de la comunicación” (Wolton, 2010: 16) en la era del imperio, para seguir con lo que sugiere Fernández Serrato al hablar de las aperturas infocomunicacionales en y de nuestros tiempos.

Esta es la vitalidad de una nueva forma de pensar las teorías de la comunicación, tanto humanas como mediatizadas, partiendo de la hipótesis de que “ningún individuo ni sociedad pueden escapar a la comunicación” (Wolton, 2010: 24), considerando que hoy por hoy el tipo de relaciones sociales ha cambiado… (Browne, 2011: p. 135)

Esta visión emancipadora plantea que la comunicación se convierta en una ideología que pueda enfrentarse a la hegemonía de la economía transnacional cuya finalidad es la recolonización de la cultura, a partir de la conformación de un mercado controlado por grupos económicos de todo el mundo. Esto significa que la comunicación se percibe como un frente que se resista al proceso de una “nueva colonización” que pretende dominar e imponer una manera de vivir, la cual se encuentre subordinada al Dios- Mercado y a la eficacia mercantil como expresión de los consorcios económicos.

La concepción libertaria de la comunicación se erige como una forma de dominación que puede contrarrestar la influencia y acción del poder económico del capital transnacional sobre las sociedades menos desarrolladas. En efecto, la comunicación concebida como una ideología supone un conjunto de valores que perfilarían una manera de vivir y de relacionarse con el otro. Sin embargo, el fundamento que sustenta esta visión no se percibe claramente, lo cual la hace ver como una mirada utópica de la comunicación. En el sentido que el poder económico es quien domina y maneja la comunicación, por lo tanto, pensar que ésta pueda ser usada para neutralizar la hegemonía del capital transnacional no es una salida obvia. Asimismo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación fungen como dispositivo que permiten absorber tanto un discurso como su contrario, e introduce un alto grado de ambigüedad que relativiza la verdad de los hechos. En otras palabras, la comunicación con el desarrollo de las TIC se redimensionó convirtiéndose en un “dispositivo de poder” que se encuentra fundamentalmente en manos de los grupos económicos, en tanto que éstos son los dueños de los medios de información. Adicionalmente, es la comunicación la que se erige como un poder hegemónico, el cual es necesario hacerle frente y resistir contraponiendo otro tipo de discurso que permita establecer algunos límites y controles a esta lógica que permea todos los espacios de la sociedad.

La comunicación concebida como una forma de discurso opera en los distintos niveles de la sociedad, y se encuentra vinculada con el poder y con el saber. Sin embargo, para Mario Perniola (2006) la “nueva comunicación ideológica” -que él denomina “sensología”- se sustenta en un consenso que surge de aspectos afectivos y sensibles:

En otra parte utilicé el neologismo “sensología” para referirme a la transformación de la ideología en una nueva forma de poder, que da por sentado un consenso plebiscitario fundado en factores afectivos y sensoriales… Me pregunto ahora si podría considerarse la comunicación como esa nueva forma de ideología que bauticé con el nombre de “sensología”. Por ejemplo, ¿cabe considerar como neoideologías (según sugiere Fitoussi), o como sensología –lo cual no supone una gran diferencia-, las orientaciones colectivas en las que la comunicación jugó un papel muy importante, como neobelicismo y el neopacifismo, la globalización y la antiglobalización? ¿O bien la comunicación es un fenómeno diferente, que no se deja atrapar en un mensaje determinado y relativamente estable, en un modo de sentir, si no coherente, al menos relativamente constante? (p. 16)

La comunicación como una nueva forma de poder se funda en factores afectivos y sensoriales. Esta característica hace que la “nueva comunicación ideológica” carezca de la posibilidad de verificación y de prueba, puesto que absorbe y asimila simultáneamente tanto un discurso como su opuesto. Nos referimos a que los asuntos tratados de un modo comunicativo tienen la peculiaridad de mezclar y confundir a los opuestos, con el propósito de anularlos entre sí. Es por ello que la verificación de los argumentos se vuelve problemática, en el sentido que un planteamiento sea más radical e intransigente, en esa medida estimulará

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