¿Cómo Se Podría Explicar El Conflicto Que Nace Entre La Razón Y La Fe Durante La Edad Medieval?

Cuando se produce el traspaso del mito al logos los hombres comienzan a generar sus primeras reflexiones, a razonar, mejor dicho empieza a Filosofar y es aquí donde la cultura occidental comienza a tener problemas y aparece el conflicto entre la fe y la razón, donde la primera tuvo primacía sobre la razón durante la edad media.

Desde el punto de vista de la filosofía, esta confrontación es consecuencia del intento de la razón de reivindicar su lugar en el saber humano, su autonomía frente a cualquier tipo de imposiciones. Se trataría de no subordinar la filosofía a la teología, la razón a la fe. Desde el punto de vista de la fe, la historia de esta relación se centró principalmente en el tema de la compatibilidad o incompatibilidad entre ambas.

Si en la religión las almas religiosas confían en una espiritualidad divina, un Dios, la Filosofía inmediatamente nos hace cuestionar esta creencia ya que ¿cómo es posible que exista dicha alma religiosa si para el logos uno debe primero demostrar esta existencia divina de manera coherente y lógica?

Tras la caída del imperio, la iglesia católica toma el control político, económico y cultural de la época. El triunfo del cristianismo en el mundo occidental influyó decisivamente en el pensamiento filosófico. Por su parte, la filosofía permitió al cristianismo fijar y precisar sus propias creencias y crear con ellas una doctrina. Dado que la actitud filosófica suponía un peligro para la religión, el acercamiento no fue pacífico, aunque no todo pensamiento filosófico se vio como igualmente peligroso. Los primeros autores cristianos, los llamados Padres de la Iglesia adoptaron diferentes posturas ante la filosofía, unos la rechazaron y otros creyeron encontrar continuidad entre el cristianismo y la filosofía griega. “Dios es la fuente de todo conocimiento”

En la edad media se consideraba el uso de la razón para la iglesia, esta toma la razón para hacer entender sus enunciados, pero no para contradecirla y si alguien llegaba a usar la razón para contradecir a la iglesia era perseguido y asesinado por esta misma. La razón se ve subordinada a las necesidades de la iglesia. La iglesia otorga a los hombres la libertad de “razonar” pero a cambio pide que la razón no refute la fe cristiana, por el contrario, la justifique. Esto hace que en la edad media se produzcan muchas verdades dogmáticas.

Los filósofos medievales ofrecieron teorías distintas sobre que es el conocimiento y cual es su origen, enfatizando siempre en la existencia de Dios como verdad indiscutida. El conocimiento no puede ir jamás en contra de algún enunciado del cristianismo, y si esto ocurriese el conocimiento que se tiene es falso y por tanto no existe.

Para San Agustín (354-430), Dios es ser supremo y señor de todas las cosas, por lo tanto, el conocimiento humano y la ciencia son dones de Dios entregados a los hombres y solo por él el ser humano tiene la capacidad de pensar. Defiende la continuidad entre el cristianismo y la filosofía, identificando el cristianismo como la verdadera filosofía, si entendemos por filosofía la búsqueda de un saber que nos muestre el camino para la felicidad. Para él la verdad se encuentra en la palabra de Dios presente en las Escrituras. Y aquí encontrará una de las finalidades del esfuerzo intelectual: la comprensión del mensaje divino. La fe y la razón están perfectamente relacionadas:

• “Crede ut intelligas” (“creo para comprender”): sin la fe es imposible la plena comprensión de la realidad, por lo que debe servir de guía a la investigación racional.

• “Intellige ut credas” (“comprendo para creer”): la fe sin comprensión no es auténtica; la razón puede ayudarnos a mantener una fe más firme y convincente.

Por su parte San Anselmo (1033-1109), afirma que las ideas universales son expresiones de la naturaleza, y la idea de ser supremo y perfecto, lleva de por si, a la aplicación de la teoría de que un dios debe ser supremo y perfecto. Aspira también a la inteligencia o comprensión de los contenidos de la fe. Sin embargo, no se trata de que la razón nos permita llegar de modo independiente a la verdad religiosa; su visión de la capacidad de la razón es más moderada: el conocimiento racional nos permitirá vivir de un modo más profundo y verdadero lo que nos enseña la fe. La razón

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