Dilthey Y Sus Temas Fundamentales.

1.Dilthey y sus temas fundamentales

El pensamiento de Dilthey desborda el marco temporal dentro del cual se encuentra, lo separa del siglo XIX su preferencia por las ciencias del espíritu y, del siglo XX su preferencia por la metafísica. La influencia de su pensamiento no solamente se extendió hasta el siglo XX, sino que su pensamiento nos resulta todavía, a día de hoy, un problema. Dilthey, desarrolló su pensamiento en un momento en el cual dominaba una filosofía preponderantemente positivista, lo que le hacía ver su propia filosofía constitutivamente problemática, puesto que se le presentaba como problemático el momento histórico que le tocaba vivir; como dice Ortega y Gasset “Dilthey no tuvo tiempo, porque su tiempo fue un puro contra tiempo 1”. Para una mejor comprensión del autor acudiré a una visión cuasi esquemática de su biografía acompañada de su pensamiento, puesto que pensamiento y vida se encuentran íntimamente unidos.

Wilhem Dilthey nación en Biebrich, en 1833, llegó a Berlín en 1850

“Cuando hacia 1850 llegué a Berlín, ¡cuánto tiempo hace y cuán pocos quedan de lo que vivieron!, había llegado a su mayor altura el gran movimiento en el que fue lograda la constitución definitiva de la ciencia histórica y, merced a ello, de las ciencias morales en general. El siglo XVII produjo la ciencia físico-matemática, mediante una colaboración sin par de los pueblos cultos de entonces; mas la constitución de la ciencia histórica ha partido de Alemania-aquí, en Berlín tuvo su centro- y yo gocé la inestimable dicha de vivir y estudiar aquí en aquel período. 2”

Allí se encontró con los gigantes de la historia, escuchó a Bopp, el fundador de la lingüística comparada; a Böckh, el archifilólogo; a Ritte, el geógrafo; Jacobo Grimm, a Mommsen, a Ranke, a Niebuhr. Estos gigantes formaron la “escuela histórica”. Pero sin duda alguna, la figura que más influyó a Dilthey fue la de Trendelenburg, de quien procede en gran parte la visión que le levó a desarrollar su pensamiento filosófico, le ayudó a ve la estrecha relación que existe entre la historia y el pensar filosófico. Dilthey se propuso investigar la naturaleza y la condición de la conciencia histórica, dicho de.

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1 ORTEGA Y GASSET, Guillermo Dilthey y la idea de vida 2-Obras completas, V, 7-9. Discurso pronunciado ante sus amigos y discípulos, en la fiesta íntima que con ocasión de sus setenta años éstos le dedicaron

otro modo, se propuso llevar a cabo una crítica de la razón pura basada en la concepción del mundo histórico-filosófica Cabe señalar que el propósito que perseguía Dilthey no era en modo alguno la solución al problema, como muchos han supuesto, sino que era el planteamiento radical del problema mismo A la edad de veintiséis años, Dilthey vislumbró lo que iba a ser su pensamiento, y dedicó su vida entera, de casi ochenta años, a elaborar esa idea. En 1833 publicó su casi único libro formal Introducción a las ciencias del espíritu, del cual como es sabido, quedó terminado solamente el primer volumen. Este primer y único tomo, no era más que una mera introducción a su gran obra, Ciencias del espíritu, en la cual iba a lograr su fundamentación de las ciencias del espíritu. En 1882 ocupó en Berlín, la cátedra que dejó vacante el filósofo Lotze. Durante estos años su pensamiento evolucionó, podemos apreciar dicha evolución en su Estudio de la historia de las ciencias del hombre, de la sociedad y del Estado, publicado en 1875, donde expone que es necesario buscar un fundamento seguro para que las ciencias del espíritu, (anteriormente denominadas como ciencias morales y políticas) puedan encontrar, como diría Kant “el seguro camino de la ciencia”. A partir de este momento, Dilthey se dedicó a realizar escritos que aparecían en publicaciones periódicas, más concretamente en las Sitzungsberichte de la academia de Berlín, en los cuales podemos apreciar el crecimiento de su pensamiento. La producción diltheyana es aparentemente fragmentaria, pero este fragmentarismo viene dado por su modo de filosofar. Dilthey a la hora de filosofar no pierde en ningún momento de vista el problema, es más, prefiere no sacar conclusiones, puesto que él no se centra en un tema en concreto; su máxima es elevar la “vida” y lo hará abarcando diversos campos de investigación que estarán en constante entrecruzamiento, éstos serán: el teórico-científico, el histórico-científico y el hermenéutico-psicológico. El entrecruzamiento que se da entre estos tres ámbitos desembocará en el tema principal, un tema que precisa de un necesario desequilibrio, el tema principal es la comprensión de la vida y la conciencia de sí misma. Tras la publicación de Introducción a las ciencias del espíritu, proseguido de sus escritos y sus múltiples investigaciones de historia, del hombre del Renacimiento y la Reforma, y de los siglos XVI y XVII. Podríamos decir que su producción sería una verdadera fenomenología del espíritu, pero no en un sentido sistemático-metafísico como hizo Hegel, sino en un sentido empírico-evolutivo.

Lo anteriormente expuesto es solamente una interpretación más de la historia evolutiva del pensamiento de Dilthey, puesto que resulta muy complejo hacer una única, completa y definitiva interpretación. Si quisiéramos conseguir la auténtica interpretación, tendríamos que analizar independientemente cada campo que estudió Dilthey, pero al hacerlo, perderíamos de vista ese entrecruzamiento, que resulta ser la clave de su pensamiento, el que genera ese necesario desequilibrio y como se ha dicho muchas veces, hace que su filosofía sea constitutivamente inconclusa.

Tras esta breve exposición del pensamiento Diltheyano y del Dilthey mismo, me dispongo a ahondar en su pensamiento, haciendo una exposición de éste.

El propósito fundamental que persigue Dilthey con su filosofía es fundamentar las ciencias del espíritu, demostrar que tienen un estatuto ontológico propio. Para ello, toma aparentemente un punto de partida kantiano, Dilthey querrá llevar a cabo una crítica de la razón histórica, su problema aparece cuando ve que el sujeto cognoscente de la filosofía moderna no era el sujeto que él buscaba, llegó a decir “por la venas del sujeto cognoscente que construyeron Locke, Hume y Kant no circula sangre verdadera, sino enrarecido jugo de la razón como actividad meramente intelectual 3”. Dilthey desechará el sujeto cognoscente de la filosofía y buscará un sujeto concreto, como diría el pensador español, Miguel Unamuno, “ni lo humano ni la humanidad, ni el adjetivo simple, ni el adjetivo sustantivado, sino el sustantivo concreto: el hombre. El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere-sobre todo muere-4“,

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