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EDGAR MORIN


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  2.846 Palabras (12 Páginas)  •  303 Visitas

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LA NECESIDAD DEL PENSAMIENTO EN UN MUNDO GLOBALIZADO

Iván Avello Arias

Abstract

THE NEED OF THE THOUGHT IN A GLOBALIZATED WORLD

The Philosophy arises in Greece in a moment in which the transnacionalization of its trade makes that “ everything buys itself and everything sells “,yet the men, the essence of the corruption for Aristotle. The values and the way of being a Greek, his identity, gets lost and the gods enter in crisis, being replaced by the plutocracy with the disguise of “democracy”. Any coincidence with the current reality is a pure coincidence. We can only resort to ourselves, to the thought

Resumen

La Filosofía surge en Grecia en un momento en que laº transnacionalización de su comercio hace queº “todo se compre y todo se venda”, aún los hombres, la esencia de la corrupción para Aristóteles. Los valores y el modo de ser griego, su identidad, se pierde y los dioses entranº en crisis, siendo reemplazados por la plutocracia con el disfraz de “democracia”. Cualquier coincidencia con la realidad actual es pura coincidencia. Sólo queda recurrir a nosotros mismos, al pensamiento.

El modo en que afecta la globalización al pensamiento pareciera ser un tema típico de nuestro tiempo. Sin embargo, el fenómeno ya puede observarse en Grecia desde el siglo VII a.C., con la explosión comercial y la moneda, junto a lo que podríamos llamar internacionalización de los mercados o globalización. El contacto con otras culturas y el interés por venderles provoca en los comerciantes un especial interés por saber con quién están tratando, lo que les lleva a preocuparse por sus valores y convicciones, adoptando sus costumbres bajo el lema “el cliente siempre tiene la razón”. Los griegos descubrieron, no sin sorpresa, que pueblos a los que llamaban bárbaros no elevaban súplicas a sus dioses para que las mercaderías llegaran felizmente a puerto, sino que elaboraban cartas de navegación contemplando las estrellas y, lo más importante, llegaban con mayor seguridad y prontitud a los puertos de destino, incrementando las ganancias. Sabemos que los comerciantes griegos llegaron con sus productos hasta lo que después fue España, de modo bastante “competitivo” como se diría en la jerga de moda.

En toda la historia de la humanidad, es frecuente encontrar que las ciencias que impactaron y desplazaron a las antiguas creencias, están relacionadas directamente con la navegación o los viajes y con la necesidad de contar y calcular - el desarrollo de la matemática, la geometría y la astronomía no es un fenómeno típico sólo del Renacimiento,

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La necesidad del pensamiento en un mundo globalizado

ni tampoco la calculadora ratio romana, cálculo y cuenta de los haberes en bodega -. La confusión entre ser y tener no es algo del siglo XX, sino muy anterior.

Otro hecho conocido es que el pensamiento y la ciencia surgen en las colonias griegas, lugares a los que eran enviados los disidentes que criticaban el sistema de poder existente en las polis, asociado desde los orígenes con la religión; no olvidemos que el origen de la religión apolínea y la represión de la vitalidad y la sexualidad son más una medida económica que moral, ya que los agotados esclavos no estaban en condiciones de elevar la productividad luego de las orgías dyonisíacas (Cfr. Gernet y Boulanger, “El genio griego en la religión”). En cualquier caso, las medidas represivas, del tipo que sean, no suelen aplicarse a las elites que tienen el poder , dado que éstas son superiores o especiales y por lo tanto están más allá del bien y del mal, y se consideran autorreferentes.

Asimismo, la globalización hace tambalear las convicciones de los pueblos, siendo desplazada la autenticidad por la utilidad en un grado tal, que lleva a Aristóteles a preocuparse de que no se pierda el modo de ser propio de los griegos aristócratas, tratando de rescatar y conservar el éthos griego frente al mundo global determinado por la crematística, inquietud que origina su Ética.

El afán de estas breves páginas es hacer que nos detengamos a pensar que resulta muy difícil ser “originales” y que en la mayoría de los casos el original suele ser alguien que ignora la historia, o bien se ha tragado los cuentos clásicos, lo que Nietzsche llamaba falta de sentido histórico o el “egipticismo” de los filósofos y de los Helenistas, especialmente los alemanes al estilo Burckhardt, quien fuera su amigo. Para mí, el aporte más importante de los llamados postmodernos, o de algunos de ellos, para ser más preciso, es haber constatado que no se pueden entender los acontecimientos humanos si excluimos la economía y la política, lo que cualquier latinoamericano ha vivido en las últimas décadas, siendo el modelo chileno la consumación, en tanto la constitución “política” de 1980 institucionaliza el sistema económico “democrático” más conocido como economía “social” de mercado o capitalismo salvaje, herencia común de las dictaduras militares. Esto ya era conocido en Atenas como “democracia” o más bien, como lo denuncia Aristóteles en su Política, una plutocracia o gobierno de los ricos, más precisamente de los más ricos, puesto que la triquiñuela denunciada en esta obra es que todos tenían derecho a desplegar su retórica y demagogia en las democráticas asambleas, pero antes de votar los politikés tenían que hacer una ofrenda a los dioses y digna de ellos, de modo que sólo los más ricos votaban de hecho, no de derecho.

La importancia de la Retórica en Atenas es tal que, si alguien le ganaba a otro una discusión pública tenía el derecho de solicitar que el perdedor se convirtiera en su esclavo, otra denuncia de su Política.

Otro fenómeno no menos importante y peligroso es el advenimiento, -cuando no-, del llamado “intelectual de mercado”, autodefinición que un conocido periodista se autoinfligió cuando un colega le preguntó a qué se debían sus cambios tan radicales de opinión entre lo que afirmaba en plena dictadura de Pinochet y lo que señalaba después de ésta; obviamente implica que se vende al sistema económico político dominante y justifica lo injustificable, amparándose en lo de “renovarse o morir” o bien en el obvio y evidente fracaso de cualquier otro sistema de poder que no sea el del neoliberalismo, ante lo cual sólo cabe la antigua resignación o la vuelta atrás. Hubo otro que dijo algo

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Iván Avello Arias

imposible con todo desparpajo: “yo sólo intento interpretar el pensamiento del general Pinochet”, acaso ¿no sabía que los generales, en general, no tienen ideas generales, como señaló Ortega y Gasset durante el franquismo?. En todo caso, lo que de ninguna manera cabe para ellos es el cambio real, papel que ha cumplido

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