Etica A Nicomaco
Enviado por juancarlosllanos • 23 de Octubre de 2013 • 1.159 Palabras (5 Páginas) • 232 Visitas
Prólogo del intérprete al lector
En el cual se le declara el modo del filosofar de este filósofo, y la orden que ha de
seguir en leer estos libros con los de república.
El allanar un camino y reparar los malos pasos de él, cosa cierta es que, aunque
ello sólo no es bastante para llevar a uno al puesto para donde lleva aquel camino,
convida, cierto, a lo menos para que más gentes se aficionen a lo andar, que se
aficionarían si no estuviese reparado. De la misma manera, si el modo de proceder de un
actor y la orden de sus escritos se declara en el principio, muchos más se aficionarán a lo
leer, que no si sin luz ni declaración ninguna se hubiese de andar por su lectura. Por esto
me ha parecido declarar al benigno lector el modo de proceder Aristóteles en toda su
moral filosofía, para que, animado con este general conocimiento, con mejor esperanza
de aprovechar, entre en su lectura. Trátase, pues, Aristóteles en la moral filosofía, de la
misma manera que un prudente arquitecto en el hacer de un edificio. Porque el arquitecto
lo primero que hace es trazar en su entendimiento la forma y traza que le ha de dar al
edificio, las alturas, los repartimientos de aposentos, y todo lo demás que requiere aquella
suerte de edificio que determina edificar. Hecha ya su traza, procura los medios y
materiales de que lo ha de edificar: la madera, el ladrillo, la teja, la clavazón, la piedra, y
las demás cosas de que se ha de hacer el edificio, las cuales procura reconocer si son
tales cuales deben ser para el edificio, y así hace labrar la madera, picar la piedra, cocer
bien el ladrillo, y, después, conforme a la traza de su entendimiento, echa sus cimientos,
levanta sus paredes, hace sus pilares, cubre su tejado, reparte sus estancias: y así da el
remate a su edificio. De esta misma manera se trata este filósofo en su moral filosofía, en
la cual pone como por su último fin, dibujar una república regida bien y con prudencia,
porque éste es el último fin de la felicidad humana, digo de la que se puede alcanzar en
esta vida, que de la otra él poca noticia tuvo, o, por mejor decir, ninguna. Pero como los
materiales de que se ha de edificar esta república son los hombres, como en el edificio las
piedras y maderos, antes de hacer su edificio de república, la cual es la materia de la otra
obra, procura en ésta, que a la otra precede, disponer la materia, que son los hombres y
tratar de sus costumbres y obras y de las demás cosas que para alcanzar los hombres su
último fin han menester. Esta es, pues, la materia o argumento de este libro: tratar de la
felicidad del hombre, en qué consiste y por qué medios se alcanza; y porque los medios
son los hábitos de virtud, mediante quien fácilmente los hombres en buenos actos y
Ética a Nicómaco –– Aristóteles
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ejercicios se ejercitan, por esto trata de las virtudes, como de medios por donde se
alcanza la felicidad. Disputa, pues, en el primer libro, cuál es el fin o blanco adonde todos
los hombres procuran de enderezar sus obras para alcanzarlo, como el ballestero sus
tiros para dar en el blanco, y prueba ser éste de común parecer de todos la felicidad,
aunque cuál sea esta felicidad, no todos concuerdan; pero dejadas aparte opiniones de
juicios lisiados, de parecer de todos los que bien sienten de las cosas, prueba consistir en
el obrar conforme a razón perfecta, pues lo mejor que en los hombres hay, y aquello con
que en alguna manera frisan con Dios, es el uso de
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