La Educación En La Formación Y Desarrollo Del Hombre
Enviado por SebastBretton • 16 de Mayo de 2012 • 1.943 Palabras (8 Páginas) • 983 Visitas
La formación integral implica una perspectiva de aprendizaje intencionada, tendiente al fortalecimiento de una personalidad responsable, ética, crítica, participativa, creativa, solidaria y con capacidad de reconocer e interactuar con su entorno para que el hombre construya su identidad cultural. Busca promover el crecimiento humano a través de un proceso que supone una visión multidimensional de la persona, y tiende a desarrollar aspectos como la inteligencia emocional, intelectual, social, material y ética.
Dicha formación integral ha sido concebida también como un proceso continuo de desarrollo de todas las potencialidades del ser humano que lo orienta hacia la búsqueda de su plenitud, el aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a emprender y aprender a convivir. La formación del ser humano comprende el desarrollo del espíritu, a través de la cultura; del intelecto, mediante la vida académica; de los sentimientos y emociones, por la convivencia y la vida artística; de la integridad física, a través del deporte y la orientación para la salud; y de la vida social, mediante actividades cívicas.
La pregunta crucial es si en la sociedad venezolana y en sus instituciones educativas están ofreciendo una educación integral, concebida ésta como un proceso complejo, abierto e inacabado, mediante el cual se contribuye no sólo a desarrollar competencias profesionales, sino también, y fundamentalmente, a forjar en los educandos nuevas actitudes y competencias intelectuales; nuevas formas de vivir en sociedad movilizadas por la significación de los valores de justicia, libertad, solidaridad y reconocimiento de la diferencia, tanto por el sentido de lo justo y del bien común; nuevas maneras de relacionarse con una memoria colectiva, con el mundo en que se vive, con los otros y con nosotros mismos; lo que implica la sensibilización ante las dimensiones éticas de la existencia.
La formación del hombre ha sido motivo de reflexión a lo largo de muchos años. Morín plantea que venimos de un proceso de enseñanza que reduce, separa y fracciona los problemas (los convierte de multidimensional en unidimensional), separando las disciplinas lo que hace imposible aprehender lo complejo. Desde la escuela primaria “….nos enseñan a aislar los objetos (de su entorno), a separar las disciplinas (más que a reconocer sus solidaridades), a desunir los problemas, mas que a vincularlos e integrarlos. Nos induce a reducir lo complejo a lo simple….” (p.15). Esta simplicidad, vale destacar, no ha sido casual, ha sido el producto de una sistematizada utilización del Método Científico, que desde que el individuo se inicia en la escuela ha venido siendo empleado para establecer la rígidas pautas que permiten cuantificar todos los fenómenos que se observan.
El concepto de una “cabeza bien puesta” significa poseer una aptitud general para plantear y analizar problemas, y además, contar con principios organizadores que permitan vincular los saberes y darles sentido. Se refiere al desarrollo de la competencia particular o especializada, en donde la educación debe estimular el pleno empleo de la inteligencia en general que se realiza en función de principios de la lógica que implica operaciones de conjunción, inclusión, implicación, diferenciación, oposición, selección y exclusión. Fomentar el desarrollo del pensamiento que vincule los aspectos anteriores vuelve inseparable al pensamiento complejo, trata siempre de buscar interrelaciones reciprocas entre el todo y las partes, la unidad dentro de lo diverso y lo diverso dentro de la unidad.
Por otra parte, el proceso de enseñanza y la búsqueda de la verdad va más allá de conocer y pensar y no se trata solamente de tratar de llegar a una verdad totalmente cierta, es dialogar con la incertidumbre y convivir con ella. “La incertidumbre histórica está vinculada con el carácter intrínsecamente caótico de la historia humana…” -Morín (ob. cit. p.63)-. Esta situación caótica se percibe en la cotidianidad mediante las crisis económicas, sociales, políticas, ambientales, y religiosas; donde se vislumbra una realidad compleja, dialógica y borrosa. Aprender a vivir en -y con- la incertidumbre debe hacerse más flexibles y ecológicos en la toma de decisiones, y además hace creativos a las personas en el diseño de alternativas y estrategias. Morín en su texto presenta tres principios que se transcriben a continuación:
“El primer principio de la ecología de acción es que toda acción, una vez ejecutada, entra en un juego de interacciones y retroacciones dentro del medio en el que se lleva a cabo. El segundo principio es la estrategia que se establece para la obtención de un objetivo. Esta va a establecer guiones para la acción y elegir uno, en función de lo que se conoce de un entorno incierto. La estrategia busca sin cesar juntar informaciones y verificarlas, y modifica sus acciones en función de las informaciones recogidas y de las casualidades con las que se encuentra en el camino. Una estrategia lleva en sí misma es la conciencia de la incertidumbre que va a enfrentar y, por eso mismo, implica una apuesta; la apuesta significa integrar la incertidumbre en la fe o en la esperanza. Está implicada en los compromisos fundamentales de nuestra vida.” (p.67)
Esto refuerza que la toma de decisiones debe realizarse desde la complejidad, y debe abarcar todas las dimensiones donde se interrelacione el ser humano. Es por esto que, durante el proceso de enseñanza -Morín (ob. cit.)- se debe:
• Proporcionar una cultura que permita distinguir, contextualizar, globalizar, dedicarse a los problemas multidimensionales.
• Preparar las mentes para que respondan a los desafíos que plantea para el conocimiento humano la creciente complejidad de los problemas.
• Prepara las mentes para que enfrenten la incertidumbre que no dejan de incrementarse, no solo haciéndoles descubrir la historia incierta y aleatoria del universo, de la vida, de la humanidad, sino favoreciendo en ellas la inteligencia estratégica y la apuesta a un mundo mejor.
• Educar para la comprensión humana entre los seres cercanos y los que están alejados.
Por otra parte, la historia de la humanidad está marcada de revoluciones, levantamientos y sublevaciones que pretendían dar un cambio positivo a la evolución de la especie. A pesar de estos reajustes violentos, la marcha
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