La UTOPIA

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La Utopía

Carlos Díaz

Sheccid Garcia

Ximena Morelos

Alba Rodriguez

Andrea Ximena Salazar

Una constante del ser humano es buscar maneras para mejorar lo que no está bien, para vivir mejor, para simplificar la vida. Es la razón por la cual tenemos cultura y ciencia, medicina y leyes.

Las personas tenemos un fino ojo para los imperfectos y una afilada lengua para quejarnos acerca de ellos; pero también tenemos una fuerte voluntad y un agran capacidad intelectual e imaginativa que nos permiten, en grupo pues somos seres sociales, establecer objetivos y organizarnos para cumplir con ellos. Tenemos una gran adaptabilidad y capacidad de cambio al tomar una decisión, al llevarla a cabo con voluntad y si somos correctamente guiados.

Somos seres complejos, nos separa del resto de los animales el hecho de que tenemos conciencia, es decir que podemos racionalizar nuestros actos, podemos entender que lo que hacemos tiene consecuencias; tenemos, además, memoria e inteligencia para tomar lo que hemos aprendido de intentos anteriores y buscar la manera de llevarlo a otro nivel, a que tenga una mayor utilidad, a que nos sirva mejor y eso conlleva una gran responsabilidad para con nuestra propia especie y para con las especies con quienes compartimos nuestro azul orbe.

Pero no sólo necesitamos de las cosas y no sólo podemos mejorar éstas, somos, como decía aristóteles, animales políticos y buscamos siempre el agruparnos en sociedades donde a su vez nos relacionamos, nos dividimos los trabajos y buscamos alcanzar los fines de la especie. Para la mayoría de los seres vivos el objetivo es perpetuar la especie, continuar reproduciéndose para evitar la extinción, sin embargo, la vida humana es un constante descubrir de nuevas necesidades y maneras de cuidar de nuestros tripartitos seres: mente alma y cuerpo.

Así pues, año tras año, siglo tras siglo, hemos encontrado más y mejores maneras de cuidarnos, organizarnos y procurar nuestro bienestar físico, mental y espiritual. En uno de los últimos intentos por definir y concretar un poco más los elementos que harían que nosotros y la sociedad en general viviera de una mejor manera, se ha reeditado la Cartilla Moral cuyo enfoque se basa en los respetos que debemos tener para con nosotros, quienes nos rodean y en general para la sociedad y el mundo en el que vivimos de manera que progresemos hacia una mejor vida haciéndose cada uno, en sus roles y en cada una de las instituciones, cargo de sus derechos y obligaciones. Nosotros lo hemos imaginado así:

Institución Religiosa

Probablemente esta institución es de las más difíciles de regular para lograr la armonía entre todos los habitantes de un estado, la diferencia de creencias y de opiniones puede ser conflictiva, por eso el pilar de cualquier estado sano siempre deberá de ser la laicidad. El libre culto de creencias, ideas y tradiciones es la clave para una armonía entre todos. El laicismo más que un concepto, es una forma de vida, basada en la experiencia humana, en la tolerancia, la libertad, la igualdad, la fraternidad, el progresismo y la democracia, llevándonos estos mismos principios laicos, a dar una constante y gran lucha, que es la búsqueda de una sociedad justa, progresista y fraternal, que dicte una enseñanza laica, aconfesional, con instituciones públicas imparciales, garantes de la dignidad de la persona y los derechos humanos, sin exclusiones religiosas, raciales, de origen, políticas, sexuales, en conclusión, de ningún tipo. Lo que cualquier estado tendrá que procurar es la prudente armonía entre alma y cuerpo, asegurando no solo de satisfacer las necesidades materiales de su pueblo, sino que también aquellas del espíritu, si no se llegan a satisfacer las primeras, será imposible realizar el bien.

Es por eso que la institución religiosa es tan esencial para cualquier estado promueve el bien, la introspección de nuestro ser, la reflexión, pero no hay que confundir el papel de esta institución con el de las iglesias. El rol de la iglesia será ofrecer sus servicios de acercamiento (al dios que pertenezca a esa religión) para sus creyentes, ser una mediador entre dios y sus discípulos, sin embargo esta jamás deberá interferir en las decisiones políticas de los ciudadanos, ni las del gobierno, tampoco deberá segregar a la sociedad incitando algún tipo de fobia contra los no creyentes o creyentes de otras religiones.

Así es como la Iglesia es un excelente medio para promover la religiosidad entre la gente, conservar tradiciones, incitar a la espiritualidad y el engrandecimiento de esta, pero jamás deberá de funcionar como una herramienta de control o gozar de beneficios por sobre de otras instituciones.

En palabras de Joseph Ratzinger, mejor conocido como el papa Benedicto XVI; “El estado no impone la religión, sino más bien da espacio a las religiones con una responsabilidad hacia la sociedad civil, por lo que da espacio a estas religiones que sean factores en la construcción de la sociedad.

Institución Social

Primero, el respeto a nuestra persona, en cuerpo y alma. Es el respeto de uno mismo.

Uno de los valores humanos más importantes del comportamiento es la dignidad. Ser digno es un valor que se le hace a una persona que se respete a sí misma y que respete a la vez la dignidad del otro. Todos somos igualmente dignos, y todos somos iguales ante la ley. Cada persona se guía por su moral y ética que nos permite vivir en paz dentro de una sociedad, para que no se rompa el orden social.

Segundo, el respeto a la familia. Nuestra familia es una parte muy importante de nuestras vidas. Nos ayuda a mejorar nuestra personalidad y a formar nuestro carácter; nos enseña valores, y nos enseña a tener éxito en la vida. Este respeto se tiene que dar de parte de cada miembro de la familia. Los menores son los que más necesitan ser aconsejados por parte de sus mayores, y ellos siempre le estarán dando ejemplos para vivir dignamente.

Tercero, el respeto a la sociedad humana en general, y a la sociedad particular en que nos toca vivir. También podemos incluir el respeto a las leyes y normas, que al seguir estas dejamos de generar abusos y violencia que hay dentro de una sociedad. Así, siguiendo una cantidad de costumbres para que una sociedad viva en armonía

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