La Virtud
Enviado por 10641609 • 9 de Octubre de 2014 • 13.091 Palabras (53 Páginas) • 275 Visitas
RESEÑA DEL CONCEPTO ONTOLOGICO CLASICO DE VIRTUD.
Jorge Enrique Ibáñez Najar [1]
Resumen
De acuerdo con la presentación de los más importantes exponentes del pensamiento clásico, desde Sócrates hasta Santo Tomás, todo el valor de la virtud reside en la acción. A su vez, de la reseña del concepto ontológico clásico de virtud, encontramos que todas dependen de cuatro, que son las principales o cardinales, a saber: La Sabiduría, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza. El estudio demuestra cómo hay que volver al pensamiento clásico para encontrar de nuevo el sendero de la virtud.
Abstract:
In agreement with the presentation of the most important philosophers of the classic thought, from Sócrates to Saint Tomas, all the value of the virtue resides in the action. Besides, studying ontological classic concept of virtue , we found that all these resume in the four cardinal virtues, that is to say: wisdom, justice, strength and temperance: The study showes that it’s necessary to return to classic thought to recover the footpath of virtue.
Palabras claves:
Virtud. Sabiduría. Justicia. Fortaleza. Templanza
SUMARIO: 1. Introducción. – 2. El pensamiento Socrático. – 3. Platón y el pensamiento de la Academia. – 4. Aristóteles y el Liceo. – 5. Los estoicos. – 6. El Epicureismo. – 7. El Escepticismo. – 8. Los eclécticos. – 9. El cristianismo. - 9.1. La Patrística. - 9.2. La Escolástica. Bibliografía.
1. Introducción. Como lo enseña el profesor Jiménez Laube, el arte, la técnica, es el conjunto de reglas estructuradas que orientan la obra al fin que persigue, o lo que es lo mismo, un sistema de reglas extraídas de la experiencia -pero luego pensadas lógicamente- que nos enseñan la forma de hacer algo para que el resultado sea el buscado y no el que la naturaleza, la suerte o el azar imponga, por lo que, señala, el conocimiento del arte nos otorga el poder de repetir a voluntad los procesos, escapando de la naturaleza y del azar [2].
Son tipos de arte el poietico, el práctico y el teórico -creador de teorías (doctrinas)-.
Conforme se verá a continuación, de acuerdo con el pensamiento clásico, desde Sócrates, pasando luego por la Academia de Platón, por Aristóteles, los Estoicos, los Epicúreos, los Escépticos y los Eclécticos, cuyo mejor exponente fue Marco Tulio Cicerón, y extendiendo el pensamiento clásico hasta Santo Tomás, quien lo retomó-, todo el valor de la virtud reside en la acción.
En efecto, para Sócrates, sea que la virtud se pueda enseñar o no, que se sepa cuál es su contenido y si es única o no, el hombre no sufrirá ningún daño si realmente es un hombre como es debido, un practicante de la virtud. Para Platón, el bien supremo del hombre es el desarrollo auténtico de su personalidad como ser racional y moral; el recto cultivo de su alma, el bienestar general y armonioso de su vida y la felicidad deben alcanzarse mediante la práctica de la virtud. Para Aristóteles, no interesa saber qué es la virtud, lo cual dice, no tiene ninguna utilidad; lo que importa es llegar a ser virtuosos, para lo cual es preciso considerar, en lo que atañe a las acciones, la manera de practicarlas, pues los actos son los señores y la causa de que sean tales o cuales los hábitos. A juicio de Cicerón, el ciudadano adquiere el sentido de la dignidad personal obrando siempre con decoro, que es el reflejo de la virtud, fundamento de nuestros deberes. Finalmente, la moral de Santo Tomás tiene un eje: el hábito moral y por ello la finalidad de la acción humana es lograr formar en el hombre hábitos buenos (virtudes), desterrando los malos (vicios), de lo cual concluye que la virtud humana es esencialmente un hábito operativo.
De ahí que Cicerón señalara que “apartarse de las ocupaciones públicas por entregarse a estos estudios sería contra el cumplimiento del deber, ya que el oficio de la virtud radica todo en la acción” [3]. De esta manera se entiende por qué la valoración ética es valoración de acciones y no de intenciones o de personas.
Porque la acción para ser virtuosa debe ser realizada en concordancia con los deberes propios de la virtud, Jiménez Laube [4] divide la virtud, atendiendo al resultado posible de la acción en honesta /deshonesta, útil/ inútil.
Virtudes de las Virtudes Virtud Deberes propios de la virtud Vicios
Honestidad Prudencia Fidelidad: Culto, piedad, gratitud, vindicación, respeto Insidia Daño moral
Magnificencia Justicia Veracidad: sinceridad, lealtad, palabra, equidad. Maldad y Dolo Error
Equidad Legalidad: Respeto y cumplimiento de las leyes Astucia Engaño
Libertad Crueldad Ofensa
Tranquilidad Fortaleza Dureza Injuria
Seguridad Repulsa
Necesidad Templanza Rechazo
Decoro
Amor
Ahora, del estudio clásico de la virtud, encontramos que todas dependen de cuatro, que son las principales o cardinales, a saber: Sabiduría, Justicia, Fortaleza y Templanza, y a cuyo incumplimiento se deberían todas las maldades y torpezas. A fortiori, el cumplimiento de cada una de estas cuatro virtudes, impide la comisión de acciones dañinas, ya que las virtudes nos presentan un conjunto de deberes (officiis) sacados de la experiencia de torpes acciones anteriores. Con el cumplimiento de estos deberes se evita la comisión de las faltas y con ellas se evita la aparición de los daños.
Este es un estudio descriptivo del pensamiento clásico acerca de la virtud, a manera de estado de arte, y no un estudio analítico del mismo y mucho menos un ensayo crítico. Además, sólo comprende los más importantes exponentes del pensamiento clásico, lo que no significa que sobre la virtud no se pueda hacer un estudio histórico desde la mitología y la tragedia griega hasta los filósofos presocráticos. Los sofistas tenían una concepción ética y de acuerdo con ello su propia percepción acerca de las virtudes, la cual se aprecia en los diálogos socráticos. Sus exponentes son Gorgias, Calicles, Menón, Protágoras, Hipias y Pródicos. Tampoco es un estudio comparativo del pensamiento clásico con el pensamiento moderno, contemporáneo o postmoderno.
2. El pensamiento Socrático. Toda la filosofía griega tiene su raíz en Sócrates (399), quien formuló la teoría del arte (mayéutica), consistente en hacer dar a la luz la verdad. Sócrates consideró al hombre desde la interioridad (conócete a ti mismo, por tu interioridad a la luz).
Como lo señala Copleston, Sócrates estaba convencido
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