Paradojas De La Videosfera

Regis Debray comienza hablando sobre como en el posmodernismo al ver algo que conocemos, recordamos algo del pasado, porque los argumentos de la “posmodernidad” nos recuerdan ideas anticuadas que creíamos haber olvidado en el “premodernismo”. Al ir avanzando en la historia la humanidad va pensando en el pasado, no el inmediato, sino el lejano, hoy en día vivimos en una era (Era 3) donde las mediaciones son omnipresentes, tienen la inmediatez que se usaba antes (Era 1) sin uso de sus maquinas, para estudiar y entender las imágenes del pasado, como la religión. Hoy en día la omnipresencia de la electrónica reencanta lo visible al suprimir las distancias y demoras, causando que se hagan cambios como la perdida de cultura científica en las elites del Tercer Mundo y la prevalencia de una mentalidad conservadora religiosa. Esta omnipresencia nos trae el mundo exterior del “telemando”, donde todos operamos con solo los dedos y los ojos, podemos “practicar” el zapping que nos da una gran cantidad de poder ya que almacena la información por los medios audiovisuales, miniaturiza el mundo y lo domestica, permitiendo que lo podamos apoderarnos de el como si fuera un objeto. La sociedad electrónica tiene su lado primitivo ya que los videos reactivan nuestras virtudes anticuadas, las imágenes anónimas y autorreferentes se convierten en ídolos y nosotros sus entusiastas, nos concentramos en adorar a la imagen y no lo que representa. “la pantalla a color” no da la emoción de la presencia inmediata con los ídolos que vemos en esta, la pantalla es un vehículo para que estos ídolos puedan transmitir sus ideas.

Debray pasa a apuntar las diferencias entre el cine y la televisión hoy en día, a pesar de los mandatos comerciales el cine todavía se concibe como una artesanía, no producto, como un arte con más fin que el de vender, existe un abismo entre el productor de cine y el programador de televisión. Como Debray dice al principio del capítulo: “Hay comunicación cuando la oferta se ordena de acuerdo con la demanda y arte cuando las ofertas de las imágenes pueden concebirse independientemente a de la demanda”, la televisión con sus estudios constantes de mercadeo y consumidores ansiosos de gastar tendrías sus “obras” como producciones hechas justo para hacer que gusten que enganchen al público y así obtener ganancia, por el otro lado en el cine, el cual tiene como fin mostrar una idea una realidad distinta a la vivida, está hecha sin ningún estudio de mercadeo previo y cae en la categoría de arte. Debray dice por lo tanto la televisiones el espejo de la sociedad que la constituye, esta hecha para ser consumida, se ha estudiado tanto a los integrantes de una sociedad especifica en la que los productores de televisión, ya tienen las formulas para poder elaborar un producto exitoso el cual no tenga que poner a pensar a la gente, simplemente hace que se interesen en el y que lo siga. Mientras que en las emisiones en las producciones de televisión todo tiene que estar respaldado por números por consumo efectivo que se traduzca en ingresos monetarios seguros, las tomas las escenas y los diálogos del cine tienen otra razón de ser; la del simple hecho de tener coherencia interna con la obra en si, no con el publico, por eso es que la televisión tiene a ser sedentaria y en cambio el cine a viajar. No obstante el cine y la televisión no son tan diferentes entre si las dos se dirigen a las masas y deben ser agradables, pero la manera en que lo logra cada una es muy diferente. Mientras la televisión es hecha a partir de estudios de mercadeo previos y formulas estudiadas por medio de las cuales se logra categorizar y acceder al cliente ; el cine agrada por la coherencia que tenga la obra en si misma . La televisión es un lugar en la casa donde el espectador se puede sentir parte de todo, no tiene que pensar que debe analizar, el contenido simplemente con el control remoto se puede cambiar, al de canal en canal, de mundo en mundo, hasta encontrar el que más le guste; el cine por otro lado, es un lugar público donde cada uno de los presentes se siente solo. En el cine el consumidor al no poder hacer zapping se ve obligado a hacer un esfuerzo mental a seguir imagen tras imagen y engancharlas para darle forma al contenido que esta viendo, es por lo tanto una reunión que envuelve a sus invitado en un acto personalizante, la televisión es un acto que se puede hacer en solitario pero el televidente al no hacer ningún acto de esfuerzo mental sino simplemente dejarse guiar por el contenido que ha sido previsto para el esta haciendo parte de un hecho social totalmente despersonalizando. Aquí el autor comienza a hace hincapié en las diferencia de estos 2 hechos; el social y el moral. La televisión ha de ser una replica, por así decirlo,

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