Resistencia Al Cambio

Resistencia al cambio

La humanidad nos ha enseñado que, en definitiva, el ser humano posee una notable capacidad de adaptación, puede hacer frente a los cambios y en general los acepta como algo natural. ¿Por qué la palabra “cambio” asusta tanto a muchas personas?

La gente se resiste a los cambios e intenta evitarlos, cuando les produce un empeoramiento de situaciones con respecto al contenido de las tareas, las condiciones y carga de trabajo, los ingresos, las relaciones, el poder personal, el estilo de vida.

RAZONES DE LA RESISTENCIA AL CAMBIO.

Falta de convicción de que el cambio es necesario. Si no se informa adecuadamente no se explica del porqué del cambio.

Aversión al cambio impuesto. Cualquier persona resiente un cambio que se le impone y sobre el que no puede manifestar opinión alguna.

Temor a lo desconocido.

Resistencia a ocuparse de asuntos impopulares. Los gerentes y directores, al igual que otras personas, a menudo prefieren evitar una realidad desagradable y la adopción de medidas impopulares, incluso si se dan cuenta de que eso no se podrá hacer en tiempo indefinido.

Temor a la inadaptación y al fracaso. Algunas personas pueden sentirse inseguras y dudar de sus capacidades para esforzarse por aprender nuevas técnicas y alcanzar nuevos niveles de rendimiento.

Perturbación de las prácticas, hábitos y relaciones. Como resultado de un cambio en la organización, prácticas y hábitos de trabajo bien establecidos y plenamente dominados pueden pasar a ser obsoletos, y relaciones familiares se pueden alterar o destruir. Esto puede causar frustración e insatisfacción.

Falta de respeto y confianza en el promotor del cambio.

Toda persona que ha estado sometida a muchos cambios innecesarios y frustrantes, o que se ha visto perjudicado por los cambios que se le habían presentado como beneficiosos suelen ser muy recelosos con respecto al nuevo cambio. En este caso, la resistencia al cambio es solo un síntoma y el problema real es solo una gestión de cambio agitada, confusa e insensible a las preocupaciones y sentimientos del personal. Lamentablemente, aquellos que se resisten al cambio, son los que más lo necesitan y requieren de una atención y apoyo especial.

El cambio no es un fin en sí mismo

El cambio no es un fin en sí mismo es un medio necesario para ajustarse a nuevas condiciones y sostener o aumentar la competitividad, el rendimiento y la eficiencia.

En un mundo en que los cambios tecnológicos, sociales y de otro tipo se están produciendo a un ritmo y con frecuencia sin precedentes, el personal y las organizaciones tienen la necesidad no solo de cambios, sino también de una estabilidad y continuidad relativa. Por esta razón, una de las tareas esenciales del consultor consiste en hallar un justo equilibrio entre el cambio y la estabilidad y en ayudar al cliente a mantener

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