Ensayo de Emilio y fábulas de Samaniego
piry_453629 de Septiembre de 2014
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Ensayo de Emilio y fábulas de Samaniego
Tanto Emilio o de la Educación como las fábulas de La Fontaine, Iriarte y Samaniego son obras que nos dejan una enseñanza. En Emilio, Rousseau expresa sus ideas de manera clara. En el primer libro que leí de esta obra, él da una serie de pasos que se deben cumplir para educar bien a una persona. Me gustaron mucho los puntos de vista de Rousseau cuando habla de errores que cometen muchos adultos cuando tratan de educar a un infante. Seguramente él mencionó estos errores porque observó que la educación típica no era la mejor y que al final de cuentas, no lograba sus objetivos.
La idea de Rousseau acerca de la educación la he relacionado con las inteligencias múltiples de Gardner. Él diferencia la inteligencia del conocimiento, así que una persona inteligente no es precisamente aquélla que sabe mucho, sino que, utilizando el conocimiento que posee, resuelve problemas que se le presentan de manera fácil, o también posee habilidades específicas que la hacen especial. Mientras que para Rousseau, el hombre más bien educado es aquél que sabe sobrellevar los bienes y males de la vida. La idea de ellos dos es muy parecida porque muy probablemente se piensa entre la sociedad que las personas mejor educadas son las más inteligentes, o bien, las que más conocimientos tienen. Sin embargo, que una persona posea muchos conocimientos no quiere decir que sea inteligente o que esté muy bien educada. Gracias a Emilio he entendido el verdadero significado de educar a una persona.
La educación de un niño no debe de empezarse por pensar que el educar a una persona es una costumbre, si así piensan los padres, entonces el niño recibirá una educación de muy mala calidad. Rousseau inventó a un niño a quien él debería educar; no pensaba convertirlo en algo excepcional sin antes haberlo hecho un verdadero hombre, pues el oficio que en realidad quería enseñarle al niño era el de vivir.
Rousseau menciona cuatro máximas que básicamente se resumen así: hay que dejar que los niños usen todas las fuerzas que tienen (primera máxima); cuando tengan una necesidad física, hay que ayudarles (segunda máxima); cuando se les brinda ayuda no hay que exagerar y no hay que cumplir caprichos (tercera máxima); y se deben seguir sus manifestaciones con cuidado (cuarta máxima); también habla de la importancia que tiene el que una madre comprenda los gestos y palabras de su hijo.
La educación de una persona no comienza el primer día de clases, sino el primer día de su existencia. Desde que al bebé se le permite o se le niega hacer ciertas cosas, comienzan los padres a educarlo. Uno de los errores comunes que Rousseau menciona es que al bebé se le cubría con tantas vendas y fajas que impedían que el niño se moviera libremente y que comenzara a aprender, además, el niño tomaría posturas malas y eso perjudicaría sus miembros. Mientras que en lugares en donde al bebé no lo atan, éste crece sano y sin complicaciones.
La relación entre Emilio y las fábulas es que el propósito de ambos es el de educar. Enseñar no es algo que únicamente aplique para los niños, pues aunque una persona sea adulta no quiere decir que ya esté educada. Es por eso que creo que la edad de una persona no determina su madurez ni su experiencia; una persona puede ser muy vieja y sin embargo inexperta. Por eso se debe de tener mucho cuidado en la persona que supuestamente vaya a educar a un niño, porque no es posible que una persona no educada trate de educar a otra. Las personas nacemos en un estado en el que no tenemos muchas capacidades, es por eso que con el crecimiento y el desarrollo, nuestra personalidad va tomando forma. Las características de la personalidad de una persona dependen de la educación y la formación que ésta haya adquirido desde el día que nació.
Leí algunas fábulas de Samaniego, de Iriarte y La Fontaine. Las fábulas
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