El ascenso de la burguesía y el nuevo tipo de hombre: el burgués emancipado
anayeli26nTutorial2 de Junio de 2014
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4.6. El ascenso de la burguesía y el nuevo tipo de hombre: el burgués emancipado.
EL ESTADO BURGUES
Para iniciar a hablar del Estado burgués debemos de mencionar algunos precedentes históricos que marcaron el transito del feudalismo hacia el capitalismo, como parte del desarrollo dialéctico de la sociedad, en la cual las viejas relaciones de producción eran ya caducas de acuerdo a el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, y se encontraban en una indisoluble contradicción que únicamente podría ser superada a través de un proceso revolucionario que en esa etapa histórica de la humanidad, le competía a la burguesía, como portadora del desarrollo social para el época.
Para comprender un tanto mejor el grado de desarrollo de la producción material como base real de la cual partir para explicar el pensamiento de los hombres, al entender que es el ser social el que determina la conciencia social, en este sentido creemos que es necesario caer sobre las siguientes delimitaciones históricas hechas por F. Engels en su obra “Carlos Marx” escrita a mediados de junio de 1877 y publicada en Brunswick, Alemania, en el almanaque Volos-Kalender, 1878:
Al surgir las ciudades y con ellas una industria artesana independiente y un tráfico comercial, primero interior y luego internacional, se desarrolló la burguesía urbana, y conquistó, luchando contra la nobleza, todavía en la Edad Media, una incorporación al orden feudal, como estamento también privilegiado. Pero, con el descubrimiento de los territorios no europeos, desde mediados del siglo XV, la burguesía obtuvo una zona comercial mucho más extensa, y, por tanto, un nuevo acicate para su industria. La industria artesana fue desplazada en las ramas más importantes por la manufactura de tipo ya fabril, y ésta, a su vez, por la gran industria, que habían hecho posible los inventos del siglo pasado, principalmente la máquina de vapor, y que a su vez repercutió sobre el comercio, desalojando, en los países atrasados, al antiguo trabajo manual y creando, en los más adelantados, los modernos medios de comunicación, los barcos de vapor, los ferrocarriles, el telégrafo eléctrico. De este modo, la burguesía iba concentrando en sus manos, cada vez más, la riqueza social y el poder social, aunque tardó bastante en conquistar el poder político, que estaba en manos de la nobleza y de la monarquía, apoyada en aquélla. Pero al llegar a cierta fase -en Francia, desde la gran Revolución-, conquistó también éste y se convirtió, a su vez, en clase dominante frente al proletariado y a los pequeños campesinos
El desarrollo de las relaciones capitalistas de producción convirtió a la burguesía en la clase económicamente dominante, lo que inevitablemente tenía que llevarla también a la dominación política. Y alcanzó esta meta en el curso de revoluciones burguesas más o menos decisivas (en Inglaterra, en el siglo XVII, y en Francia en el
XVIII), o mediante una avenencia política con la clase de los señores feudales (como en Alemania, en los años de 1848 a 1870).
En el curso de la lucha por la conquista del Poder político, la burguesía, en los siglos XVII y XVIII, se manifestó en contra de los privilegios feudales y de los estamentos, en favor de las libertades democráticas, de la "igualdad" de todos los hombres ante la ley. La burguesía hacía pasar sus intereses de clase por los intereses de todo el pueblo, de toda la nación. Ilusión que venía a reforzar el hecho de que, no sólo la burguesía, sino todas las masas populares explotadas, se hallaban interesadas en la supresión del régimen feudal, ya caduco. Y, como resultado de la victoria de las revoluciones burguesas, la dominación política de los señores feudales, de la nobleza, fue sustituida por la dominación política de la burguesía. El Estado feudal desapareció así de la escena, dejando el puesto al Estado burgués.
Todo este escenario de intensificación de las contradicciones entre los viejos estamentos y la naciente burguesía era parte del desarrollo de “La gran industria -que- creó el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América.
El mercado mundial imprimió un gigantesco impulso al comercio, a la navegación, a las comunicaciones por tierra. A su vez, estos, progresos redundaron considerablemente en provecho de la industria, y en la misma proporción en que se dilataban la industria, el comercio, la navegación, los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesía, crecían sus capitales, iba desplazando y esfumando a todas las clases heredadas de la Edad Media.”
La monarquía feudal absoluta, aún actuando como instrumento de lucha contra la dispersión feudal, no dejó por ello de ser la defensora de los señores feudales, de su propiedad de la tierra y de sus privilegios. Cuando el poder económico y la influencia política de la burguesía, en Inglaterra y Francia, al llegar los siglos XVII y XVIII, comenzó a amenazar la dominación de los señores feudales, el poder real abrazó la defensa de la nobleza.
Asimismo en Europa la existencia de Estados nacionales y absolutistas sentaba ya las bases para el asalto del poder por manos de la burguesía. El absolutismo supero el fraccionamiento feudal, pero transfirió el sistema de dependencias individuales a un nuevo y único centro de poder. El desarrollo en la producción conllevo hacia el mercantilismo, el ascenso de la burguesía, la aparición del individualismo y la formación del Estado liberal, encadena el pensamiento absolutista con el pensamiento liberal. Basta para ejemplificar esto, como Locke partió de las ideas de Hobbes, para subvertirlas a los intereses de la burguesía emergente.
“En 1648, la burguesía, aliada con la nueva nobleza, luchó contra la monarquía, contra la nobleza feudal y contra la Iglesia dominante. En 1789, la burguesía, aliada con el pueblo, luchó contra la monarquía, contra la nobleza y contra la Iglesia dominante. La revolución de 1789 había tenido su prototipo (por lo menos en Europa) únicamente en la revolución de 1648, y la revolución de 1648 lo había tenido únicamente en la sublevación de los Países Bajos contra España. Cada progreso en el seno de las fuerzas productivas significaba para la burguesía un paso hacia adelante, y una lucha implacable contra todo el orden social feudal, en esta época la burguesía jugo un papel sumamente revolucionario, comprendiéndolo como un estadio determinado de la producción, como una necesidad materialmente histórica e ineludible.
Sin embargo este tránsito hacia la sociedad burguesa, hacia el modo de producción capitalista no pudo producirse sin fricciones, en esta época resulta que la libertad de la hablaban los burgueses, consistía en un concepto abstracto que cristalizo en la libre posesión de mercancías, que para el caso del proletario resulto en el libre uso de su fuerza de trabajo, y la igualdad burguesa se tiño de burla para los campesinos que lucharon en la revolución francesa, pues esta igualdad era únicamente ante la ley, en la cual la única diferencia entre el burgués y el proletario es que uno vende su fuerza de trabajo como una mercancía más, que posee un valor de cambio determinado por su coste de producción, mientras el otro es el comprador de esta fuerza de trabajo para ponerla en función de la producción con fines de lucro, por lo tanto ambas son personas jurídicamente iguales.
La base de las relaciones de producción del capitalismo es la propiedad privada de la clase dominante sobre los medios de producción. Los capitalistas explotan a la clase de los obreros asalariados, emancipados de la dependencia personal, pero obligados a vender su fuerza de trabajo, puesto que carecen de medios de producción. Las relaciones de producción del capitalismo brindaban amplias posibilidades de desarrollo a las fuerzas productivas. Aparece y progresa rápidamente la gran producción maquinizada, basada en el aprovechamiento de fuerzas naturales tan poderosas como el vapor y, más tarde, la electricidad, y en la amplia aplicación de la ciencia. El capitalismo lleva a cabo la división del trabajo no sólo dentro de cada país, sino también entre los distintos países, creando así el mercado mundial y, luego, el sistema mundial de economía.
Verdaderas revoluciones de signo burgués, a saber: la revolución inglesa, norteamericana y la revolución francesa que tuvieron como secuela la descolonización de los dominios españoles en América y el ingreso de numerosas naciones a la vida republicana. Este cambio en la base económica de la sociedad que responde a un desarrollo en espiral ascendente de los procesos sociales tiene a su vez una influencia determinante en la transformación en la supra estructura social, que comprende tanto como la estructura jurídico-política del Estado, tanto como en lo ideológico.
La sociedad toma un nuevo matiz, sin duda alguna el capitalismo es un estadio más desarrollado de la sociedad, pero a su vez, al continuar desarrollándose las fuerzas productivas estas relaciones de producción resultaran tal cual y como lo fueron las feudales a principios del siglo XVIII para las diversas fuerzas sociales del progreso. Al considerar a la sociedad en su conjunto y estudiarle desde sus bases materiales y su interrelación con la naturaleza, al determinar la unidad y lucha de contrarios como el motor de desarrollo de las sociedades humanas, alejados de cualquier idealismo que nos separe de la realidad objetiva podemos claramente asegurar que el capitalismo como formación económico-social es una etapa por ser superada, no es algo inmutable, pues las sociedades no lo son.
Con
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