El genocidio en Ruando

El genocidio de Ruanda fue una masacre genocida de tutsis y hutus moderados en Ruanda por los miembros de la mayoría hutu. Durante el período aproximado de 100 días desde el 7 abril a mediados de julio de 1994, se estima que 500,000-1,000,000 ruandeses fueron asesinados, y la integración en vez de la conquista de la sociedad existente.

La población se unieron, primero en clanes, y luego, en 1700, a alrededor de ocho reinos. Uno de los reinos, el Reino de Ruanda, gobernado por el clan tutsi Nyiginya, se convirtió cada vez más dominante de la segunda mitad del siglo XVIII y se expandió a través de un proceso de conquista y asimilación, logrando su mayor extensión bajo el reinado del rey Kigeli Rwabugiri. Rwabugiri amplió el reino al oeste y al norte y las reformas administrativas iniciadas; éstos ubuhake incluido, en el que los clientes tutsis cedidos ganado, y por lo tanto el estado privilegiado, a clientes hutus o tutsis, a cambio de un servicio económico y personal, y uburetwa, un sistema de prestación personal en el que los hutus se vieron obligados a trabajar para los tutsis jefes. Cambios de Rwabugiri profundizaron las divisiones socio-económicas y de poder entre los hutus y los tutsis.

Época colonial

La Conferencia de Berlín de 1884 asignó el territorio de Alemania y comenzó una política de gobernar a través de la monarquía en Ruanda; Este sistema tenía la ventaja añadida de permitir la colonización con un pequeño número de tropas europeas. Colonos europeos, convencidos de los tutsis habían emigrado a Ruanda desde Etiopía, creían los tutsis eran más caucásica de los hutus y eran, por lo tanto racialmente superiores y más adecuado para llevar a cabo tareas administrativas coloniales. Rey Yuhi V Musinga dio la bienvenida a los alemanes, a los que utiliza para fortalecer su gobierno. Fuerzas belgas tomaron el control de Ruanda y Burundi durante la Primera Guerra Mundial, y el país se aprobó formalmente el control de Bélgica por un mandato de la Sociedad de Naciones en 1919.

Los belgas inicialmente siguió el estilo alemán de gobernar a través de la monarquía, pero a partir de 1926 se inició una política de dominación colonial más directo en línea con el sistema utilizado en el Congo belga. Se simplifican el sistema de caciquismo, reduciendo su número y concentrarla en manos de los tutsis, ampliaron la escala y el alcance de uburetwa y supervisaron un proceso de reforma de la tierra por los jefes tutsis, en el que se incautaron las zonas de pastoreo tradicionalmente bajo el control de los colectivos hutus y privatizadas, con una indemnización mínima. En la década de 1930, los belgas introdujeron proyectos de gran escala en la educación, la salud, las obras públicas, y la supervisión agrícola. Así, el país se modernizó pero tutsi supremacía mantuvo, dejando el trabajo forzado hutu privados de sus derechos y están sujetos a gran escala. En 1935, Bélgica presentó etiquetado tarjetas de identidad a cada individuo como tutsi, hutu, Twa o por naturalización. A pesar de que había sido previamente posible que todo hutu ricos para convertirse honorífico tutsi, los documentos de identidad prevenir cualquier movimiento adicional entre clases. La Iglesia católica se convirtió cada vez más importante en Ruanda, ya que el gobierno belga se basó en el conocimiento local del clero; muchos ruandeses convirtió católicos como medio de promoción social. En el período de entreguerras, la Iglesia católica favoreció tutsi matriculación en sus escuelas de las misiones, que enseñaron habilidades francesas y clave requeridas para puestos de servicio y liderazgo civil.

La revolución y hutu-tutsi relaciones después de la independencia

Después de la Segunda Guerra Mundial, un movimiento de emancipación hutu comenzó a crecer en Ruanda, impulsado por el aumento de resentimiento de las reformas sociales de entreguerras, y también una simpatía creciente por los hutus en la Iglesia Católica. Misioneros católicos cada vez veían a sí mismos como responsables de capacitar a los menos privilegiados hutu en lugar de la élite tutsi, lo que lleva rápidamente a la formación de un clero considerables hutu y la élite educada que proporcionó un nuevo contrapeso al orden político establecido. La monarquía y prominente tutsi sintieron la creciente influencia de los hutus y comenzaron a manifestarse a favor de la independencia inmediata en sus propios términos. En 1957, un grupo de académicos hutus escribió el "bahutu Manifiesto". Este fue el primer documento para etiquetar los tutsis y los hutus como razas separadas, y pidió la transferencia de poder de tutsis a hutus en base a lo que denominó "ley estadística".

El 1 de noviembre de 1959, un sub-jefe de hutus, Dominique Mbonyumutwa, fue atacado en Kigali por los partidarios de la pro-tutsi fiesta. Mbonyumutwa sobrevivió, pero comenzó a propagarse rumores de que había sido asesinado. Activistas hutus respondieron matando tutsis, tanto los civiles de élite y ordinarias, que marca el inicio de la Revolución de Ruanda. El tutsi respondido con ataques de su propio, pero en esta etapa los hutus tenido pleno apoyo de la administración belga que quería derribar la dominación tutsi. A principios de 1960, los belgas sustituyen la mayoría de los jefes tutsis con hutus y elecciones comunales organizados mediados de año que volvió una abrumadora mayoría hutu. El rey fue depuesto, una república dominada hutu creado, y el país se independizó en 1962.

Como la revolución avanzaba, tutsi comenzó salir del país para escapar de las purgas hutus, estableciéndose en los cuatro países vecinos de Burundi, Uganda, Tanzania y Zaire. Estos exiliados, a diferencia de los banyarwanda que emigraron durante la pre-colonial y era colonial, eran considerados como refugiados en los países de acogida, y comenzaron casi inmediatamente a manifestarse a favor de un retorno a Ruanda. Formaron grupos armados, conocidos como inyenzi, que lanzaron ataques en Rwanda; estos fueron infructuosos, y dieron lugar a nuevos homicidios de represalia de tutsis y otros exiliados tutsis. En 1964, más de 300.000 tutsis había huido, y se vieron obligados a permanecer en el exilio durante las próximas tres décadas. La discriminación pro-hutu continuó en la propia Rwanda, aunque la violencia indiscriminada contra los tutsis redujo un tanto tras un golpe de Estado en 1973, que trajo el presidente Juvenal Habyarimana al poder.

En, la densidad de la población de Rwanda se encuentra entre las más altas de África. La población de Ruanda había aumentado de 1,6 millones de personas en 1934 para 7,1 millones en 1989, lo que lleva a la competencia por la tierra. Historiadores como Gérard Prunier creen que el genocidio de 1994 puede atribuirse en parte a la densidad de población.

Guerra civil ruandesa

En la década de 1980, un grupo de 500 refugiados ruandeses en Uganda, liderados por Fred Rwigyema, luchó con el rebelde Ejército de Resistencia Nacional en la guerra de Bush de Uganda, Yoweri Museveni, que vio a derrocar a Milton Obote. Estos soldados se quedaron en el ejército de Uganda tras la inauguración de Museveni como presidente de Uganda, pero al mismo tiempo comenzaron a planear una invasión de Ruanda a través de una red encubierta dentro de las filas del ejército. En octubre de 1990, Rwigyema lideró una fuerza de más de 4.000 rebeldes de Uganda, avanzando en Ruanda bajo la bandera del Frente Patriótico Ruandés. Rwigyema murió a los tres días del ataque, y Francia y Zaire desplegó fuerzas en apoyo del ejército ruandés, lo que les permite repeler la invasión. El diputado de Rwigyema, Paul Kagame tomó el mando de las fuerzas del FPR, organizar una retirada táctica a través de Uganda a las montañas Virunga, una zona agreste del norte de Ruanda. A partir de ahí, se rearmó y reorganizó el ejército, y llevó a cabo la recaudación de fondos y reclutamiento de la diáspora tutsi.

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