Farge, Arlette. La atracción del archivo. Traducción de Anna Montero Bosch. Ed. Estudios universitarios. Valencia, 1991.vo

Farge, Arlette. La atracción del archivo. Traducción de Anna Montero Bosch. Ed. Estudios universitarios. Valencia, 1991.

Arlette Farge, reconocida historiadora francesa nacida en 1941, titulada en derecho e historia del derecho es directora de investigaciones en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), se ha ocupado principalmente de estudiar los fenómenos y comportamientos populares a partir de diversos archivos policiales y también ha dedicado su atención a la historia de las relaciones entre hombres y mujeres, sus obras se han inscrito en una lógica de las multitudes y en el estudio del siglo XVIII. Farge presenta una de sus principales obras en 1989 titulada Le goût de l’archive, traducido en español durante 1991 como La atracción del archivo, en la que se ocupa del funcionamiento, desarrollo, cualidades y la problemática de los archivos y aquellos que lo enfrentan como los historiadores y los investigadores.  

En el primer capítulo de la obra, titulado millares de huellas, la historiadora Arlette Farge empieza por hacer una alegoría a la primera aproximación a los archivos y a los documentos (especialmente del siglo XVIII) que se encuentran allí, a esto le presta atención especial al mencionar que un documento "a primera vista, ya se puede saber si ha sido consultado o no, aunque sólo sea una vez desde su conservación. Un legajo intacto es fácil de reconocer"1, para la autora los archivos pueden definirse como uno de los medios de los que se sirve la monarquía para administrarse y que se han conservado con el paso del tiempo, además de requerir de un archivero que colecciona y clasifica los archivos para su uso. A partir de metáforas la autora describe las partes y el uso de un archivo: "El archivo se presta a evocaciones marinas, puesto que se divide en fondos"2, de este modo permite una descripción de un conjunto de documentos llamado fondos que contienen algún elemento en común, o lo define como un edificio desconcertante y colosal que suele atrapar, el archivo debe diferenciarse de los documentos escritos, ya que los últimos han sido hechos con la intencionalidad de ser leídos, al contrario de la funcionalidad de los archivos.

Farge sigue por describir lo que es un día en la Biblioteca del Arsenal (la Bastilla, Francia) empieza por el proceso de encontrar un archivo, para luego abrirlo y comprender su temática, esto genera diversas sensaciones en el investigador como si "al desplegar el archivo, se hubiese obtenido el privilegio de tocar lo real"3, se encuentra un sentimiento de placer, sorpresa y contemplación que residen en la interpretación del documento y las preguntas que nos plantea. Los manuscritos son importantes para la autora, esos no se pueden fotocopiar al ser muy frágiles pero son captados por microfilms dañinos para los ojos, los microfilms puede hacer que se olvide la aproximación táctil a los documentos y que sus interpretaciones sean diferentes al ser una letra muerta, la atracción del archivo pasa por ser un ejercicio artesano entre el aprendizaje de la escritura y el ejercicio maduro de los estudiosos.

El segundo capítulo la autora lo titula Sobre la puerta de entrada en el que desarrolla una descripción detallada y concisa sobre la biblioteca, su arquitectura e incluso las pinturas murales con las que cuenta, la ubicación en la sala del archivo es primordial, es por esto que se crea permanentemente una guerra invisible para conseguir

1. Farge, Arlette. La atracción del archivo. Traducción de Anna Montero Bosch. Ed. Estudios universitarios. Valencia, 1991. Pp. 7.
2. Ibid. Pp. 9
3. Ibid. Pp. 14.

el primer puesto de la sala desde temprano, guerra de todos los días y que causa indiferencia y miradas furtivas, pues, “un buen puesto en una sala de archivo es uno de los bienes más preciados que puede existir” 4.

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