Historia Oral
Enviado por 178816 • 25 de Agosto de 2014 • 5.492 Palabras (22 Páginas) • 280 Visitas
En el contacto con las diversas ciencias sociales, la historia oral incorporó a su propio corpus de conocimientos los aportes relacionados con un método cualitativo muy específico, las historias de vida, que tradicionalmente habían sido consideradas como parte del interés y del método de la antropología, la sociología y la psicología, pero no de la historia. Con la apertura y la reconstrucción crítica de la “historia social”, entró a formar parte de los intereses metodológicos y productivos del campo de la historiografía. Así, los practicantes de la “historia oral”, los del “enfoque biográfico”, los estudiosos de la “tradición oral” y en general, los involucrados con la “oralidad”, comparten temas, conceptos, enfoques, métodos, experiencias de trabajo y espacios institucionales e informales para la discusión y la comunicación.
La historia oral tiene interés en considerar el ámbito subjetivo de la experiencia humana concreta y del acontecer sociohistórico; y porque va a intentar destacar y centrar su análisis en la “visión y versión” de experiencia de los actores socialesLECTURA CRÍTICA EN LA INTERNET
La Internet crece a un ritmo exponencial: la World Wide Web, el uso del correo electrónico, y la cantidad de listas de correo, grupos nuevos, foros de debate y otros marcos para la interacción, así como la tasa de participación en ellos, atraen cada vez a un mayor número y variedad de personas de todo el mundo. Después de todo, ésta es la meta que se propone la Internet: convertirse en un medio generalizado, abierto a cualquiera, sin barreras que impi¬dan el libre flujo de las ideas y la información.
No obstante, siguiendo una línea de análisis y crítica que, a esta altura, esperamos resulte familiar para el lector, queremos destacar que el éxito mismo de la Internet en es¬tos términos plantea, de hecho, problemas nuevos, aun cuando también proporciona oportunidades significativas y valiosas. Todavía dista de ser un medio inclusivo, sobre todo desde una óptica global. Sin embargo, en la medida en que avanza hacia ello y que fomenta la expresión del in¬dividuo sin restricciones, surgen una ventaja y un inconve¬niente: la ventaja de contar con información de millones de procedencias y con innumerables puntos de vista, y el inconveniente de contar con información de millones de procedencias y con innumerables puntos de vista. Quiene
participan en este entorno necesitan leer y evaluar tanto material, de fuentes tan diversas, que se vuelve imposible para ellos sostener una actitud crítica y exigente hacia él, CAianto más rica la sustancia, mayor el desperdicio y el caos, El mero caudal y cantidad de voces crea una especie de efecto nivelador; todo parece surgir del mismo lugar y, a primera vista, nada parece mucho más confiable que el resto. Esta circunstancia convierte la capacidad para esti¬mar el valor y la credibilidad del material hallado en la Internet en una habilidad esencial, si pretendemos'benefi¬ciarnos activamente con la información a nuestro alcance.
En el capítulo anterior establecimos una diferencia entre las dos clases de lectores menos condescendientes, a los que denominamos usuarios críticos e hiperlectores. Se¬gún se indicó, éstos no representan dos tipos de personas, sino dos patrones (que se superponen) de interacción con las nuevas tecnologías de información y comunicación, en los cuales nos incluimos muchos de nosotros en ocasiones diversas. Asimismo, probablemente sea imposible (y hasta indeseable) ser siempre lectores críticos que estudian todo tipo de material en forma exhaustiva. Reconocer en qué si¬tuación se requiere una evaluación es en sí misma una de las destrezas del buen usuario crítico. En este capítulo nos ocuparemos en mayor profundidad de las características de estas dos formas de lectura, trataremos las relaciones que se plantean entre ambas y exploraremos los funda¬mentos en virtud de los cuales adquirir una mirada analí¬tica constituye un objetivo educacional importante.
Dados el volumen y la variedad de información y fuentes a las que puede accederse on line, un lector críti¬co, en términos generales, debe ser capaz de evaluar rápi¬damente los niveles de credibilidad una y otra vez. Cada nuevo participante de un debate on line, cada nueva pági¬na Web, cada nuevo e-mail origina situaciones en las que podrían llegar a nuestra pantalla elementos falsos, peligro-
LECTURA CRÍTICA EN LA INTERNET
sos, ofensivos o inútiles. Como veremos en detalle, una de las condiciones que impone la lectura crítica es contar con un amplio conjunto de normas generales o heurísticas, que ofrezcan al lector un rápido panorama sobre la clase de material con que está tratando, aunque las aplique en forma inconsciente, como suele suceder. Es cierto que es¬tas normas generales son imperfectas -en el mejor de los casos constituyen aproximaciones- y siempre se corre el riesgo de confundirse con ellas. Tal vez incluyan o exclu¬yan demasiado. No obstante, dado el volumen de material con que se trabaja, la necesidad de contar por lo menos con un criterio inicial, sin demoras, aun cuando sea defi¬ciente, se convierte en una especie de principio digital de emergencia.
El usuario crítico
Para el primero de estos dos tipos de lector hemos emplea¬do el nombre usuario crítico; elegimos la palabra "usua¬rio" porque se trata de una persona que se conecta con la Red motivada por un objetivo bastante específico: una pre¬gunta en particular que requiere respuesta, un problema que debe resolver, determinada información que necesita para un fin en especial. Por ende, su primer imperativo consiste en aprender a evaluar la credibilidad de la infor¬mación que obtiene.
La cantidad de sitios en la World Wide Web dedicados a "evaluar información" muestra la relevancia del punto.1 Muchas de estas páginas tienen una apariencia muy simi¬lar; incluyen grandes masas de información superpuesta y tienden a crear remisiones internas. Ésta es una de las for¬mas en que la Web se evalúa a sí misma. Una parte impor¬tante de tales pautas son fundadas y sensatas, e imitan a al¬gunos de los elementos que trataremos en este capítulo.
122 •Pero asimismo pasan por alto algunos aspectos, de los que también nos ocuparemos. En resumen, es posible formu¬lar preguntas que cuestionen la credibilidad de estas mis¬mas páginas: ¿quién las desarrolló y por qué? ¿Cómo ana¬lizar la seguridad de un componente que se ocupa de la seguridad? ¿De dónde provienen los criterios empleados, y por qué resultan útiles para las diferentes clases de juicios de valor que deben emitir los lectores en el entorno on li-ne? Trataremos de aclarar todos estos temas (aunque espe¬ramos que quien nos lea cuestione nuestra credibilidad).
Juicios de
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