Informe Pedagogía En Historia

1. De la lectura de Contreras, se plantea la problemática de esclarecer qué es realmente la Didáctica (su naturaleza, cómo se constituye como un conocimiento válido, cuál es su aporte). Todo esto llevado a la práctica, pero no desde un punto aislado o analizando su relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje desde fuera de este proceso sino que considerando la didáctica como parte integral de la educación. De ahí podemos, ahora, hablar de modelos curriculares para analizarlos desde una perspectiva que considere todas sus relaciones con el medio para el cual fue creado: para quiénes trabaja, para quiénes va dirigido. Pues, como bien se plantea en texto de Domingo Contreras, lo importante es desvelar los problemas y contradicciones a los que estas corrientes curriculares se enfrentan al no considerar en su elaboración y praxis la realidad en la que serán aplicados.

- Como primera corriente curricular planteo la Nueva Escuela, siendo uno de sus máximos exponentes Dewey. Este le daba a su teoría curricular un enfoque activista y liberal, posicionando a la escuela como motor del cambio social. Si bien esta corriente no presta mucha atención a las experiencias de los estudiantes, sí pone el énfasis en la fe en el progreso y en el desarrollo para llegar a una educación democrática. En su escuela ideal, los jóvenes debían participar activamente del proceso de enseñanza-aprendizaje (de manera democrática) considerándose sus intereses y de qué manera interactúan en este proceso. El gran cambio de perspectiva que ofrece este modelo es el de considerar la escuela en su totalidad y no meramente en lo referente al aula, es decir, Dewey dice que se deben considerar y aprovechar los espacios que la escuela brinda, los tiempos, las experiencias que de las actividades han de obtenerse y, sobre todo, la participación activa de los alumnos y de los docentes.

- También se encuentra la corriente tecnicista del currículum, siendo sus representantes teóricos más relevantes Gagné, Bloom, Mager y Pophan. Este modo de elaborar el currículum que predominará durante la segunda mitad del siglo XX está fuertemente influenciado por las presiones ejercidas por parte de la esfera económica capitalista tras la segunda guerra mundial. El incipiente desarrollo económico veía en la educación una gran inversión, por lo que se requería de un currículo que hiciese sus intereses una práctica eficiente. De ahí que se desprenden, principalmente, dos pilares fundamentales de esta corriente:

• La preocupación por formar capital humano, es decir, la escuela como una fábrica de personas aptas y eficaces para aportar al desarrollo económico.

• El clasificar a las personas (alumnos) según sus capacidades técnicas, esto para que se obtengan personas capacitadas para ocupar cargos necesarios y requeridos.

Este modelo curricular está elaborado para inculcar en los alumnos los valores, capacidades y actitudes requeridas por el sistema industrial. De esta manera, la escuela y el profesorado debían servir de manera eficiente al desarrollo económico, otorgándoseles los instrumentos y las planificaciones necesarias para este fin.

- Una visión crítica del currículo es propuesta por diversos autores: Pinar, Gimeno Sacristán, Magendzo, Contreras Domingo, Estebaranz, entre otros. Estos autores, al ver la tendencia predominante del tecnicismo en la educación, suponen un replanteamiento de las bases teóricas y de los procesos metodológicos del currículo y, aunque sólo se han quedado en la crítica, han abierto un espacio para el debate y la reflexión en cuanto al desarrollo de propuestas de mayor alcance práctico y con un carácter más alternativo.

2. Distintas son las orientaciones que se le han dado a los también diversos modelos curriculares. Esto variará dependiendo de los objetivos deseados por quienes los elaboran y para quién trabaja el sujeto que elabora este. En estos momentos paseros a revisar dos modelos curriculares: el presentado por Ralph Tyler, conocido como modelo por objetivos; y el que postula Stenhouse.

El modelo curricular propuesto por Tyler se fundamenta sobre tres ejes: los estudiantes, la sociedad y los requisitos del contenido. Este modelo se ha catalogado de excesivamente sistemático, pues sigue un riguroso orden en su estructuración. En sí, este modelo de currículo se basa en seleccionar los contenidos o saberes específicos a considerar para luego ser “pasados” por un filtro el cual, para Tyler, vendría siendo la filosofía educativa y la psicología del aprendizaje. De esta manera, se da a entender que toda institución posee una filosofía y una forma de entender y estudiar cómo transmitir lo que dicha institución desea. Por lo tanto, los objetivos de esta institución, en este caso la escuela, debe impregnar sus objetivos de su filosofía y formas de entender la realidad. Los contenidos redactados por el currículo no pueden ser aislados de los fines que la institución persigue.

Los estadios por los que Tyler somete a los saberes y contenidos del currículum son, en primer lugar, identificar y seleccionar los contenidos, experiencias a considerar, situaciones, etc. Que irán dando cuerpo a este currículum; luego de seleccionar las experiencias de aprendizaje, organizarlas y llevadas a la práctica, son sometidos a evaluación.

Este modelo curricular debe adaptarse al grupo (estudiantes) y al sistema (sociedad), se reconoce como fin último de este modelo el de conseguir objetivos, siendo estos el de generar aprendizaje.

La forma en que se diseña este currículum se tiñe de un estilo evaluativo que está orientado hacia los objetivos. Esto es porque se debe verificar que los objetivos deseados sean congruentes con los resultados reales. Introduce en el lenguaje evaluativo el término “retroalimentación”, pues se considera el sistema educativo como un proceso en el cual la escuela le brinda a los estudiantes (y a la

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