Intelectuales

Para llevar a cabo el sistema ordenado de la monarquía absoluta, con el objetivo de facilitar la jerarquización y concentración del poder, y así poder cumplir su misión civilizadora, resultó indispensable que las ciudades, que formaban el asiento de la delegación de poderes, dispusieran de un grupo social especializado al servicio de la monarquía absoluta al cual encomendar sus cometidos. Era también imprescindible que este grupo estuviera capacitado, es decir, que fueran hombres ilustrados, para así regir y proteger las colonias de la monarquía. Esta agrupación de personas estaba constituida principalmente por religiosos, administradores, educadores, profesionales, escritores, entre otros, quienes en conjunto formaban una especie de “ciudad letrada” en la ciudades o capitales virreinales.

Al mismo tiempo había también ciertos ilustrados que trabajaron con un objetivo totalmente opuesto a sus pares, luchar en contra de la monarquía absoluta, con el afán de alcanzar la independencia de su tierra natal del régimen monárquico.

En general a la gran mayoría de los hombres ilustrados, sin importar sus diferentes ideales, se les dio el nombre de: “Ilustrados”.

El tema a tratar en este ensayo será el análisis acerca de la concepción que se tiene sobre los intelectuales, para así lograr responder la siguiente pregunta:

¿Son los intelectuales hombres críticos del poder que pueden guiar la sociedad hacia la consecución de un bien superior, o son serviles y productores de discursos eficaces que sirven poderes determinados?

Ante esta interrogante, mi opinión personal es que no se puede tratar a los intelectuales como un todo, ya que existen diferentes formas de pensar que dependen de cada uno de ellos como seres individuales, por lo que mi argumento se basara en la generalidad de los intelectuales hispanoamericanos quienes, en su mayoría, son considerados los apóstoles seculares, los educadores de la nación, los visionarios y los críticos del poder. Aun cuando algunos de ellos fueron, en un principio, funcionarios o seguidores de la corona, ellos mismos llevaron al país hacia la independencia y velaron por el bien del pueblo chileno, ya fuera enseñando, a través las letras, la realidad sobre la monarquía que los reinaba, o creando las nuevas legislaciones para un país justo y libre.

A continuación respaldare esta tesis mediante diversos argumentos.

En primer lugar, la revolución francesa, la independencia norteamericana y los diversos ejemplos de independencia, causaron en los escritores públicos latinoamericanos (intelectuales), regidos hasta ese momento por instituciones culturales y académicas del imperio español, una transformación en su situación y atributos, que dio origen a un pensamiento independentista, sintiéndose estos obligados a pronunciarse sobre el futuro rumbo de sus tierras de origen. Dentro de estos “letrados”, el cambiante contexto político y sociocultural determino su transformación. Tomemos como ejemplo a Vicente Rocafuerte, considerado un letrado patriota de la época, quien, como señala Jorge Myers en: “El letrado patriota: los hombres de letras hispanoamericanos en la encrucijada del colapso del imperio español en América”, al decir lo siguiente: “Aunque le ofreció refugio a uno de los lideres de…, toda su actividad de aquellos años indica que siguió formando parte del sector de la oligarquía criolla leal a las autoridades de Sevilla, primero, y de Cádiz, luego”.(p.134) Rocafuerte fue en un comienzo un seguidor de la corona, pasando luego a ser “un defensor sistemático de la independencia de américa y un enemigo de la continuidad del vinculo colonial con España”.(p.136) Como también señala Myers. Es por esto que se puede considerar a Rocafuerte como uno de los tantos intelectuales que pasaron de ser

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