La Escritura
Enviado por lauradvega • 28 de Febrero de 2014 • 2.431 Palabras (10 Páginas) • 354 Visitas
“La escritura es el complemento del lenguaje
hablado y el auxiliar más poderoso en la obra
de formación y desenvolvimiento histórico”
(García Ayuso)
La escritura es uno de los inventos más extraordinarios que ha tenido la humanidad y es la más valiosa aportación de las civilizaciones. Es tan importante que se considera que la prehistoria termina y la historia empieza cuando el hombre aprende a escribir, en donde los primeros dibujos datan aproximadamente del año 3000 antes de nuestra era, en la antigua Mesopotamia.
La escritura propiamente dicha apareció sobre el 3.500 a.C. en Uruk, al ser una zona de mucho barro, pronto se dieron cuenta que la mejor forma para escribir era en tablillas de este material, que luego se cocían para endurecerlo. En un primer momento era una escritura pictográfica, es decir, se intentaba reproducir lo más fielmente posible la imagen de la cosa o acción que se pretendía expresar. Para los casos que podían ser confusos se les añadía otra imagen anexa, con el tiempo esa imagen con su signo auxiliar se asoció solamente a su valor fonético, apareciendo las palabras en sí.
Los orígenes de la escritura hoy conocida pueden establecerse en cinco diferentes, la escritura cuneiforme, los jeroglíficos egipcios, la escritura china, los jeroglíficos mexicanos y la escritura maya del Yucatán. No obstante, todas ellas, parten de un nacimiento pictográfico, evolucionando después al fonetismo y alcanzando al fin ramificaciones alfabéticas diversas.
Las primeras escrituras, las pictográficas, consistían en dibujos que representaban objetos, de modo que cada signo representaba una palabra. Por necesidades del lenguaje, los pictogramas evolucionaron a ideogramas: había palabras que no podían representarse únicamente con un objeto, así que éstas comenzaron a representarse con objetos asociados a ellas o que recordaban a ellas, de modo que una palabra se representaba con varios signos alegóricos. Por ejemplo, en algunos jeroglíficos egipcios se han encontrado dos ojos para representar la acción de ver, un ternero en carrera hacia el agua para significar sed, una estrella para la noche, y un sol para el día. La combinación de estos símbolos fue evolucionando y poco a poco se pudo llegar a expresar un mayor número de ideas.
El paso siguiente fue el fonetismo: dar a cada signo ideográfico el valor fonético de la primera sílaba de la palabra que representaba. Esto no sólo surgió en los jeroglíficos egipcios sino también en la escritura maya, donde encontramos el nombre del cuarto rey de México, Itzcohualt, escrito con el dibujo de cinco flechas en obsidiana (itzli) y de una serpiente (cohualt). Y en los jeroglíficos egipcios encontramos ejemplos como la figura de un león (labo) para representar la letra l, el círculo de un ojo era la o, y el dibujo de un águila (ahom) nos daba la a. A este sistema fonético tan representativo se le llamó acrológico.
Deducir que del fonetismo derivó el sistema alfabético no resulta ya difícil. Se trataba de simplificar cada vez más, y de evitar ambigüedades, lo que dio lugar a la asignación de un valor fonético para cada sílaba primero (lo que se llamó “silabario”) y después para cada una de las letras de la palabra. Así nació el alfabeto.
En nuestro idioma los silabarios más antiguos que se conocen provienen de los esfuerzos de la Iglesia Católica por enseñar a leer en sus escuelas, fueron llamados Cartillas y sus ejemplos intentaban vincular la adquisición del lenguaje escrito y la enseñanza cristiana, proponiéndose, de ese modo, un doble objetivo.
En un principio, como era común por aquella época, en que las ideas pedagógicas se basaban exclusivamente en la memoria (sin importar demasiado la comprensión, que llegaría por sí sola con la madurez), los primeros silabarios o cartillas abusaron de ella, sin importar (o sin darse cuenta) que a veces se generaban confusiones, como ponerle nombre a las letras y luego pronunciarlas distintas, como explicaremos en el caso del deletreo.
Sin embargo, con el desarrollo de la didáctica y la pedagogía, una nueva clase de silabarios, más modernos, surgieron para hacer frente a ese método de enseñanza de la lectura basado exclusivamente en la memorización del alfabeto.
Poco a poco fueron quedando de lado las explicaciones expositivas de la fonética y las a menudo extensas y rutinarias sesiones de lectura en voz alta.
En esta búsqueda, hecha con esfuerzo y cariño por diversos docentes, podemos encontrar distintos métodos que fueron probándose, oponiéndose y fundiéndose a lo largo del tiempo, entre ellos podemos mencionar los siguientes :
1. Métodos de deletreo: Consiste en enseñar el nombre de las letras y por separado su sonido, lo que crea confusiones. Imaginemos el siguiente caso, a un niño se le enseña que las “p” y “m” letras se llaman ”pe” y “eme”, luego debe juntarlas para producir las palabras “papá” y “mamá”, al principio, la tendencia normal sería decir “peapea” y “emeaemea”, lo que es incorrecto y solo se trata de palabras sencillas, mientras más complejas, el efecto es peor.
2. Métodos de silabeo: Funcionan haciendo hincapié en los sonidos de las sílabas, lo que constituye un acierto y un adelanto a la hora de enseñar, pero produce cierto acostumbramiento en los niños que resta fluidez a su lectura una vez que ya logran aprender el sistema.
3. Métodos fonéticos: Muy útiles, pues parten de la idea de que se debe enseñar el sonido de las letras y no su nombre o, dicho de otro modo, su sonido será su nombre ( la ” m”, la “p”). Durante mucho tiempo se pensó que español no se podía pronunciar las letras por separado de una sílaba, pero se ha demostrado que nuestras consonantes “no están ligadas de manera indisoluble con nuestras vocales, ya que es posible desprenderlas, percibirlas y pronunciarlas separadamente” (Barbosa, 1971).
4. Métodos visuales: Consideran que la lectura es una actividad más visual que auditiva y predomina la imagen. Obviamente, no puede haber ningún método totalmente visual.
5. Métodos sintético analíticos: Parten de la lógica de la letra (fonema y/o grafema), para constituir sílabas, luego palabras y finalmente frases y oraciones.
6. Métodos analítico sintéticos: Suelen partir de las palabras o frases sencillas, para desglosarse posteriormente en sílabas y letras.
7. Métodos globales: Buscan hacerse cargo, al mismo tiempo, de lo visual, lo escrito, lo fonético y, en algunos casos, hasta de la escritura. La idea es que la escritura funcione como reforzamiento de
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