La Republica en tiempos de Julio A. Roca
Enviado por Facu Meza • 9 de Julio de 2019 • Monografía • 5.460 Palabras (22 Páginas) • 283 Visitas
Trabajo monográfico:
La República en tiempos de Julio A. Roca
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Autor: Facundo A. Meza
Profesora: Solange Bartos
Instituto Nuestra Señora del Carmen
Curso: 5to Año
Buenos Aires, 9 de noviembre de 2015
Índice
Introducción 3
Marco de referencia 4
1. Conceptos elementales 6
1.1. ¿Qué es una República? 6
1.2. ¿Qué es una oligarquía? 7
2. “Paz y administración” 7
2.1. Llegada al poder 8
2.2. Roca presidente 9
3. Las bases del Régimen 11
Conclusión 13
Bibliografía 14
Introducción
El objetivo del presente trabajo monográfico apunta analizar el concepto de República, en contraste con el de oligarquía, tomando como modelo el papel de Julio Argentino Roca durante su primera presidencia de la República Argentina, desarrollada entre el 12 de octubre de 1880 y el 12 de octubre de 1886. A pesar de tratarse de una República según el artículo primero[1] de la Constitución de la Nación Argentina de 1853, se suele hablar de este mandato como una oligarquía o una “República Conservadora”. A lo largo de esta investigación, intentaremos develar si realmente se trató de una República o, en cambio, fue una oligarquía “disfrazada” de República.
Entendemos que este tema es de suma importancia ya que, en nuestros días, la figura de Roca resulta muy controversial debido a sus políticas eternamente discutidas como el control de las elecciones por medio de fraude electoral y clientelismo; las campañas al desierto, consideradas por muchos un “genocidio”; su relación con las altas clases sociales, etiquetando su gobierno como una oligarquía; entre otros temas que trataremos a lo largo de este trabajo con más detalle.
El análisis de la temática se realizará desde una perspectiva meramente política e ideológica, ya que nuestro punto de interés se encuentra en las acciones políticas realizadas por Julio A. Roca durante su primera presidencia, las cuales son un claro reflejo de su ideología.
La metodología de investigación a utilizar es la del método hipotético deductivo, con el objetivo de observar el fenómeno a estudiar, crear una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducir las proposiciones más elementales de la hipótesis, y comprobar la verdad de los enunciados deducidos. A tal fin, hemos dividido la monografía en tres partes, que nos permitirán internalizar este fenómeno.
En la Primera Parte nos introduciremos de lleno en los conceptos de República y oligarquía, a fin de contrastar correctamente las diferencias entre los dos sistemas de gobierno; para que, a lo largo de todo el trabajo, seamos capaces de sacar nuestras propias conclusiones y, finalmente, podamos conseguir una respuesta clara a la hipótesis planteada al comienzo de la monografía.
A lo largo de la Segunda Parte del trabajo desarrollaremos el tema de la Generación del 80[2], cuyo máximo representante es Julio A. Roca, a fin de comprender el origen de la ideología política roquista, la cual es nuestro principal punto de interés.
En la Tercera Parte analizaremos las principales acciones políticas llevadas a cabo por Roca durante su primer mandato como Presidente de la República, ya que esto nos permitirá ver la manifestación de su ideología directamente en la vida política.
Finalmente, en las conclusiones se sintetizarán los aspectos más relevantes analizados en las sucesivas partes del trabajo de investigación que apunten a encontrar una respuesta para la hipótesis planteada.
Marco de referencia
En aquella época, la política era una actividad sumamente restringida, de la cual se hallaba alejada la gran mayoría de la población nacional. Existía una escasa, casi exclusiva, participación electoral causada por numerosas causas entre las que se pueden destacar: el limitado desarrollo social del país; el alto porcentaje de población analfabeta (cerca del 75%); el aprovechamiento, por parte de los gobernantes, de las zonas provinciales en las que el desarrollo educativo era menor; la elevada proporción de extranjeros en los sectores medios y su escasa participación en la vida política nacional; entre otras cuestiones. Además, el fraude electoral y la violencia eran hechos habituales en esta vida política nacional. Estas razones, entre muchas otras más, pueden explicar los estrechos límites en los que se desarrolló la actividad política durante este período. Estos límites demuestran la evidente ausencia de un auténtico sistema republicano, en contradicción con la Constitución Nacional de 1853, sancionada hacía ya dos décadas.
Otro de los hechos que caracterizó a este período es la presencia de guerras civiles, originadas por las constantes tensiones entre el gobierno de Buenos Aires y el gobierno nacional. La Revolución de 1880 es el conflicto previo a las elecciones presidenciales de ese mismo año. El gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, candidato para presidente de la Nación al igual que Julio Roca, comenzó a equipar a las milicias locales y formó una poderosa institución paramilitar. Su enfrentamiento con Roca no solo se limitó al plano electoral, sino que trascendió la lucha partidaria y alcanzó cuestiones más profundas, tales como la centralización del poder y la autonomía de las provincias. El gobierno nacional, cuyo presidente era en ese entonces Avellaneda, respondió con la concentración de fuertes contingentes del ejército nacional que provenían de cuarteles del Interior. Roca era el general del ejército nacional, logró disolver la rebelión y el 12 de octubre de 1880 asume la primera magistratura con todos los atributos del poder en sus manos.
El comienzo del período de mandato de Julio A. Roca está precedido por sucesivos hechos que, poco a poco, fueron forjando su fama y prestigio entre las principales personalidades políticas y, a su vez, le fueron abriendo las puertas al mundo de la política. En 1858, con tan sólo catorce años de edad y sin abandonar sus estudios, se produce su incorporación voluntaria al Ejército de la Confederación que enfrentaría al Estado de Buenos Aires[3] en los campos de Cepeda. Actuó en Pavón, todavía en las filas de la Confederación, y desde entonces quedó definitivamente incorporado al Ejército Nacional. Estuvo en la guerra de la Triple alianza, recorrió el país entero en las luchas contra las últimas montoneras, y supo aprovechar esto estableciendo lazos con los dirigentes más importantes del interior. Criticó el plan del ministro de Guerra y Marina, Adolfo Alsina, para luchar contra los indios, que significaban un problema que se venía arrastrando desde hacía ya dos siglos. En 1877, al fallecer Alsina, Avellaneda lo designó como su sucesor, lo que le significó una oportunidad definitiva para imponer su plan para conquistar el desierto. Era un paso decisivo para su carrera política. A mediados de 1878 la campaña, dirigida personalmente por el General Roca, inició con el avance sobre el río Negro y culminó exitosamente en mayo de 1879 frente a Choele Choel[4]. El poder nacional se extendió finalmente por todo el territorio. La Campaña del Desierto significó el fin de la amenaza constante del indio, favoreció la consolidación de las fronteras patagónicas e incorporó 20.000 leguas cuadradas de tierras aptas para la agricultura y ganadería. Liberó a centenares de cautivos y disminuyó considerablemente el servicio de fronteras y el presupuesto para sostenerlo, además de brindar tierra pública como recurso político y prestigio militar y político al joven y prometedor candidato presidencial. De allí en adelante, el camino a la presidencia le estaba más que abierto.
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