La ocupación del historiador desde la visión de Marc Bloch

Como debe trabajar un historiador desde la visión de Marc Bloch

Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio del historiador- edición crítica de Etienne Bloch. En 1943 Marc Bloch interrumpió su trabajo Apología para la historia o el oficio de historiador para incorporarse a la resistencia antinazi. Su colega Lucien Febvre corrigió y preparó una edición póstuma del que se creía el único texto. Sin embargo, su hijo Etienne Bloch recuperó el original e incorporó las sucesivas versiones de la obra revisando los manuscritos de su padre, a los que Febvre no había tenido acceso. Ofreciéndonos así la posibilidad de descubrir el trabajo de un historiador. Para Bloch es indispensable que el historiador se muestre interesado ante los acontecimientos de su entorno ya que sino lo hace la historia corre el riesgo de caer en el desprestigio. En la época que Bloch escribió este texto la historia batallaba por lograr la calidad de ciencia fue así como Bloch hizo un llamado a los historiadores para que hicieran un mejor análisis ya que él consideraba que la historia posee cualidades estéticas, únicas y fascinantes por el solo hecho que su objeto de estudio son las actividades humanas. Además, pensaba que la ciencia histórica debe divertir a quien se dedica a ella antes de buscar el conocimiento. También decía que se le debe aplicar un sentido crítico a los sucesos tratados, así como una interpretación propia de quien los revisa, es necesaria la noción que para el historiador pueda constatar por sí mismo los hechos históricos, y es así como se recurre a los testigos, a la información que estos puedan brindarle o que podría encontrar plasmada en documentos, cartas, fotografías, grabaciones, entre otras. Esto contrasta con el presente ya que el conocimiento del pasado es inevitablemente indirecto porque ya ha pasado y si se quiere averiguar sobre esto es recomendable recurrir a los testigos. Cito textualmente "en la historia, así como no hay autoridad propiamente dicha no hay tampoco datos propiamente dichos". Esto es un llamado a un buen manejo de la información y a la sutileza de un historiador para localizar datos en fuentes que no siempre son escritas ni mucho menos debe conformarse con un testimonio, sino que debe investigar si esto es verdadero o no, esto a través de una previa revisión sobre todo cuando se trata de un punto muy lejano en el tiempo. El autor dice que la manera de conocer los acontecimientos humanos en el pasado y en el presente se debe hacer buscando huellas y pistas, relatos, expresiones de la época, huesos, vestimenta, entre otros, que son evidencias con huellas y marcas que nuestros sentidos no perciben así que se deben analizar. Para Bloch los hechos históricos son psicológicos porque es en estos donde normalmente encuentran los antecedentes buscados. El también habla de incertidumbre y la ubica en el historiador y en el lector más no en los hechos referidos y pregunta cómo saber si lo que pretendemos comunicar tiene algo de cierto, para ello entonces se recurre al método deductivo e inductivo.

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