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Los Numeros Favorecen A Las Minorias


Enviado por   •  4 de Marzo de 2014  •  1.690 Palabras (7 Páginas)  •  336 Visitas

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LOS NÚMEROS FAVORECEN A LAS MINORÍAS

Bazant, Milanda

Políticos, pedagogos y maestros se enfrentaron a una gran lucha para instruir a un pueblo casi totalmente analfabeta.

Las estadísticas del Porfiriato, salvo excepciones, no hacen la distinción entre escuelas urbanas y rurales. Sin embargo, todos los estados tenían escuelas de tercera clase, mixtas o de dos turnos.

También habría que hacer referencia a las escuelas que mantenían las haciendas y los ranchos, hasta ahora en su mayor parte desconocidas. Aunque las leyes federales y estatales declararon que las haciendas debían tener escuelas para sus empleados, no sabemos hasta qué punto cumplieron con la ley.

Las estadísticas de puebla no nos dicen cuantas escuelas mixtas o de tercera clase tenia, por lo que es imposible establecer la cantidad establecer la cantidad de planteles rurales.

Potosina el problema educativo más importante para el gobierno de esta entidad fue la educación de poblaciones rurales. No era posible aprovechar las fuerzas y facultades: de los hombres del campo si no se contaba con centros de enseñanza adecuados.

En 1899 se organizo un congreso pedagógico inspirado en los anteriores, con el objetivo de unificar la educación y establecer un plan estatal de proyecciones a futuro. Se levanto una estadística escolar rural y se escogieron las haciendas o ranchos que tuvieran mayor población o en las que algún vecino ofrecieran el local o alguna otra ventaja; también con igualdad, de fondos locales, se

opto por aquellos municipios en donde las juntas de instrucción demostraban mayor entusiasmo.

En Zacatecas para 1910 las escuelas rurales superaban en número a las urbanas. Mientras que en Tabasco se pensaba que el problema de la educación no estaba resuelto si era patrimonio exclusivo de pueblos y villas, ciudades y capital. No, porque más de la mitad de población escolar era de niños rancheros, así que se instituyeron las escuelas rurales atendidas por maestros ambulantes. Jalisco un estado ejemplar en la educación por que más de una tercera parte de los niños en edad escolar iba a la escuela, consideraba en 1909 que todos los pueblos del estado tenia escuela y, sin embargo, lo que faltaba seguir fundando otras en las rancherías y haciendas, pues los distritos más alfabetizados eran precisamente en los que contaban con mayor numero de estas últimas. Las condiciones de los escolares en Hidalgo se asemejan a las imperantes en las escuelas rurales oficiales; solo la mitad de los niños de la hacienda iba a la escuela; niños y niñas de 6 a 13 años (en total 60) asistían al mismo salón de clases presidido por un maestro (o maestra). Tenían los mismos textos, además de otros relacionados con la agricultura. El único factor que representaba una ventaja considerable era el sueldo de los maestros, que ganaban 10 pesos quincenales, en tanto que los oficiales percibían lo mismo en un mes, recibían maíz para sembrar. Coahuila afirmó que tuvieron la colaboración de muchos particulares que

Abrieron escuelas en sus ranchos y haciendas, sin presión oficial.

Las legislaciones estatales exigían que las haciendas y los ranchos que estuviesen a más de tres kilómetros de distancia de algún centro escolar debieran establecerse sus propios planteles.

Este hecho refuta la afirmación sostenida por décadas de que el Porfiriato no tuvo ningún interés en escolarizar las zonas rurales. Desde el primer congreso de instrucción se hizo hincapié en: que la instrucción so siguiera siendo el privilegio de los más felices, sino la redención de los más desgraciados, que sea el medio práctico de la igualdad que facilite la asimilación de los distintos grupos humanos que puebla el territorio nacional.

Si este plan se hubiera llevado a cabo se hubieran creado 40000 escuelas rurales, cifra adecuada al porcentaje de la población rural d ese entonces que era del 80%. Por desgracia la realidad fue otra muy distinta.

El olvido de la educación rural provenía del desprecio con que los liberales y positivistas veían al indio.

Bulnes y el positivista ortodoxo Agustín Aragón, más certeros, decían que mientras no se repartiera la tierra y se aumentaran los jornales de los campesinos, la educación solo tormentaria el inconformismo social. Estos pensadores fueron más bien la excepción que la regla, pues aun justo Sierra pensaba que la educación por si misma sería suficiente para integrar al indio a la sociedad y mitigar las desigualdades sociales.

El crecimiento escolar estuvo más bien concentrado en las zonas urbanas, lo que acentuó las diferencias tradicionales entre las ciudades y el campo.

La propiedad privada, constituida por ranchos, rancherías y haciendas, creció aceleradamente durante el Porfiriato tal vez porque el aceleramiento del a desamortización hizo desaparecer las comunidades indígenas, permitiendo la formación de nuevos ranchos, así como el deslinde de lo terrenos baldíos. A juzgar por estos datos, el problema educativo, si hablamos de alfabetizar en estas condiciones, era imposible. Si el gobierno porfirista permitió el crecimiento desmesurado de ranchos y haciendas, debió haber obligado a que cada una de estas localidades tuviese una escuela, pues aproximadamente la mitad de los mexicanos vivía en ellas.

EDUACIÓN Y PORGRESO

La población indígena

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