Ornamento Y Delito
Enviado por helenachos • 12 de Junio de 2014 • 441 Palabras (2 Páginas) • 295 Visitas
Ornamento y delito
Este artículo empieza exponiendo que un ser humano atraviesa todas las etapas de desarrollo cultural que su especie ha vivido, por lo que el autor deduce cómo la cultura y las artes plásticas han evolucionado debido al desarrollo del género humano.
Afirma que el hombre moderno ha evolucionado hasta un punto en el que todo elemento que forme parte de un objeto sin ser útil para el uso de éste, no se considera necesario para el objeto en sí, llegando a la consideración que dichos elementos ( entendidos por el autor como “ornamentos” ) deben ser eliminados de los objetos para que la evolución cultural pueda seguir con su curso.
Describe el ornamento como un elemento utilizado por quien está interesado en retrasar la evolución cultural de los pueblos, por lo tanto, no aumenta la felicidad del hombre culto. A pesar del retroceso que el ornamento conlleva, el autor cree que ese daño provocado es fácilmente superable, ya que nadie puede detener la evolución de la humanidad.
Debido a este retroceso, podemos encontrarnos a habitantes de un mismo lugar que abarquen periodos culturales totalmente distintos. Son estos seres a los que llama “rezagados” los responsables del retraso del desarrollo cultural de los pueblos.
Sin embargo, el daño que sufre el productor del ornamento es mucho mayor , representa un retroceso o degeneración para él; ya que el ornamento no pertenece a la civilización del hombre moderno, no expresa ni representa nada de la cultura moderna, lo que conlleva que el trabajo del ornamento no se paga como se debiera puesto que no se valora. Considera que el tiempo del trabajador y el material empleado son capitales derrochados en el ornamento.
El autor afirma que la pérdida del ornamento no sólo afecta a los consumidores, sino también a los productores. Expone que si todos los objetos tuviesen la misma vida desde el punto de vista estético como físico, el trabajador conseguiría más beneficio sin trabajar tanto. Por lo tanto, considera antiestético el ornamento en el mejor material , el más refinado, ya que es tiempo de trabajo malgastado.
Solo son aceptables para el autor aquellos ornamentos que supongan un motivo de felicidad en el prójimo, así como todos aquellos ornamentos que provengan de aquellos que viven retrasados culturalmente y que no tienen medios para alcanzar el punto culminante de su existencia.
Así , el autor concluye afirmando que el ornamento es un elemento que el género humano moderno ha dejado atrás, y que solo los utiliza de la forma más conveniente para él. De esta forma, el hombre moderno puede concentrar su capacidad de invención en otros objetos.
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