Osiosos Vagabundos Y Malentretenidos
Enviado por crisis • 10 de Noviembre de 2013 • 3.353 Palabras (14 Páginas) • 560 Visitas
Ociosos vagabundos y mal entretenidos. Alejandra Araya
La primera afirmación que identifica Alejandra es que los vagabundos no eran delincuentes por su enrancia, sino por su relación con el trabajo, sus formas de sostenimiento y por conductas asociadas que resultaban ser objeto de sanciones penales, como los juegos prohibidos el amancebamiento y el hurto.
Ahora bien al respecto de esto Alejandra plantea que los sujetos no son “algo natural” en una sociedad que, en un momento determinado “decide” perseguirlos y marginarlos o que, merced a ciertos procesos quedan marginados, por lo tanto se deben pensar en los procesos que históricamente van conformando sujetos nuevos en sociedades diferentes. Y esto es lo que lo que sustenta la proposición de Alejandra en tanto al paso de un vagabundo a un ocioso vagabundo en el siglo XVIII.
La sociedad colonial Chilena en el siglo XVIII se encontraba en un proceso de consolidación de estructuras de dominio interno (local) como producto de las transformaciones económicas y demográficas (paso de la economía ganadera a triguera, con un aumento paralelo de la población mestiza) esto llevo a las elites a emprender la tarea de conquistar a aquellos que debían ser objeto de dominio- la peble- de preafirmación de representaciones identitarias y de “educación” para la nueva sociedad; pues ya desde el siglo XVII la ociosidad había sido proclamada como madre de todos los vicios, y por tanto, origen de todo tipo de desordenes.
Al respecto de los sistemas coloniales de trabajo, éstos se consolidaron teniendo como supuesto que la población trabajadora era libre, por tanto se insistió (desde las elites) en que las ocupaciones licitas se ejercían en relación de dependencia. Los hombres libres se conocían como los peones; el peonaje como institución era la mano de obra barata.
La ociosidad era un indicador de la población que tenia la obligación de trabajar. Desde el principio los indos fueron catalogados de naturaleza ociosa. En el siglo XVIII, todos los hombres libres-mestizos en un sector amplio- también la poseían. Ocioso significaba capaz de cualquier vicio, pecado, desorden o delito. (La plebe era moralmente inferior)
Alejandra identifica el discurso sobre la ociosidad asociado a la criminalidad, si la “plebe” era ociosa, los campos, las minas y los poblados coloniales, estaban llenos de potenciales criminales.
El problema de la vagancia en la sociedad colonial.
En América, los vagabundos, que la legislación catalogaba solo de españoles en primera instancia, eran considerados un agravio y a la vez un mal ejemplo, éste era “no servir a nadie” y “no ocuparse en lo que les correspondía”
En el siglo XVII la pereza fue señalada como la fuente de todos los vicios haciéndose sinónima de ociosidad, la fuente de todos los desordenes. De esta manera se obligara a los ociosos a trabajar para despojarlos de su rasgos de inutilidad, si no se aplicaban al trabajo deberían ser expulsados de la comunidad, el vagabundo ya no se separara de la idea del ocio y se hablara de ocioso vagabundo.
Mano de obra libre y trabajo lícito en el conmocionado fin del siglo XVII
Alejandra cita a lo que se conoce como hombre sin oficio ni beneficio, refiriéndose a los que no tienen privilegios de acogerse a unas utilidades solo accesibles para los que carecían de bienes y caudal por medio de un lazo de dependencia.
La identificación de los vagabundos con los hombres libres también ha dado pie para hablar de la formación de un “sector social” que rolando Mallafe ha denominado vagabundaje u chusma.
hay que tomar en cuenta que Alejandra para respaldar todo lo que dice utilizara citas de la época, que si me pongo a sintetizar no terminare nunca, la idea es que, hay que identificar que ella trabaja con fuentes primarias y bla-bla…(ahora tampoco estas son determinantes como para comprender su trabajo…
Al respecto del trabajo, lo que se pretendía era, establecer una especia de mercado de mano de obra libre, pero sin libre voluntad de concierto. Era una nueva modalidad de trabajo con rasgos de semi esclavitud, pues solo se podía escapar de el por el maltrato y ausencia de salario, para entrar inmediatamente en poder de otro amo. Quienes no cumplían con esta modalidad de trabajo pasarían a ser ociosos vagabundos, o sea, delincuentes por no cumplir con la ley.
Tierra y mano de obra:
La racionalización de la producción a finas del siglo XVII
En la mitad del siglo XVII y a principios del siglo XVIII, la producción agropecuaria se enfrento a la falta de mano de obra y a la escasez de capitales, la racionalización de la producción, en este estadio, significo “simplemente una mayor eficacia en el uso de los recursos disponibles”. La mano de obra paso a ser la preocupación principal para los latifundistas y empresarios coloniales.
El mismo año el monarca rechazaba el abuso en el cobro de tributos a los indios yanaconas y pedía respecto a la voluntad de los hombres libres para concertarse.
A comienzos del siglo XVIII se concentraron a los peones de las haciendas cerca de la casa del propietario, para dirigir mejor la faena y exigir mejor el cumplimiento del servicio. Los hombres libres engrosaron las filas del peonaje, aunque no se puede asegurar su proporción entre estables y estacionarios, también fueron inquilinizados para hacer mas atractiva su permanencia en las haciendas.
El siglo de las luces y los “otros”.
La ociosidad como discurso desde el poder para el poder.
En el siglo XVII el discurso sobre la ociosidad era un discurso sobre el trabajo, en este siglo se cristalizo la noción de ociosidad que señala que es un vicio perder el tiempo. Así, según la documentación de mediados del siglo XVIII al ocioso vagabundo se le adherirá la connotación de holgazán: que no vive de su trabajo, no tiene oficios ni amos a quien servir. De esta manera surge una necesidad de controlar, vigilar y disciplinar con el fin de mejorar la producción y obtener así mejores rendimientos.
En primer término el rasgo característico del ocioso vagabundo era su improductividad
Y no su errancia.
El discurso sobre la ociosidad como discurso sobre el otro:
Plebe, criminales y vagos.
La asociación en el discurso entre plebe-mestizos-peones es clara. La tacha de ociosidad, entonces se extendía ahora a un sector social denominado “plebe” que debemos entender como mestizo o peonizado
En este sentido (por ejemplo) el gobernador Amat manifestaba su
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