Vida Saludable como Tendencia Global

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Introducción

Hoy en día se tiende a pensar que la globalización – como fenómeno mundial- tan sólo se limita a un contexto económico, como lo define la RAE: “Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”, o términos políticos o comunicacionales. No obstante, se está en un juicio errado al pensar aquello.

En la actualidad estamos haciendo referencia a un fenómeno que es capaz de desarrollarse en diversas áreas de nuestro quehacer diario. Si nos detenemos a pensar en todas las cosas que realizamos en un día normal, nos sorprenderíamos al darnos cuenta cuantas están influenciadas por la globalización. Sin duda alguna, el manejo de nuestra salud  es una de ellas y la recepción del concepto de “vida saludable” por la mayoría de nosotros no han estado exentas.

El mundo en general se encuentra actualmente en pleno desarrollo de múltiples tendencias europeas y norteamericanas que han llegado a revolucionar distintos grupos etarios y hacer dependientes algunas naciones de otras, dando el efecto de pérdida de identidad.

Pero fenómenos como la  zumba, bicicleta, yoga, pilates, running, crossfit, dietas orgánicas y otras han sido capaces de ganar cada vez más adeptos a lo largo del globo, sin tener que eclipsar culturas. Es en este punto en el cual se centra este trabajo. El objetivo primordial es lograr explicar y ejemplificar él como estas tendencias mundiales han sido capaces de desarrollarse y llegar hasta los rincones más alejados, como es el caso de Chile. Entender cómo estos avances se convierten en un lenguaje universal que se potencia cada día. Lograr relacionar la influencia de los avances tecnológicos y los medios masivos de comunicación en la difusión de las diversas corrientes que hoy impactan al mundo. Además de esto, en la investigación misma se van desarrollando aristas particulares acerca del proceso de globalización, como algo más que una gran interconexión para el intercambio de capitales.

Los datos de los cuales se nutre este trabajo han sido extraídos desde fuentes oficiales de diversas organizaciones que desarrollan su trabajo en el área de la vida saludable, como la OMS. A modo de término, entregamos un resumen de lo descrito en el desarrollo y una reflexión acerca de este gran fenómeno que nos afecta en gran medida a todos.  

Desarrollo

Se entiende por vida saludable a aquella forma de vida en la cual la persona mantiene un armónico equilibrio en su dieta alimentaria, actividad física, intelectual, recreación (sobre todo al aire libre) descanso, higiene y paz espiritual. La Organización Mundial de la Salud (OMS), como órgano coordinador de la Naciones Unidas, ha sabido entender el sentido del término y ha intentado proponerlo como un estilo de vida modelo, en vista del alza sostenible de enfermedades como a la obesidad y el sobrepeso (En 2014, el 39% de los adultos de 18 o más años (un 38% de los hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso), principales causantes de patologías como la hipertensión, cáncer, etc. Esta organización recomienda, como lo afirmó en la campaña del día Mundial de la Salud en 2012, “que se adopte un estilo de vida saludable a lo largo de todo el ciclo vital, con el fin de preservar la vida, mantenerse sano y paliar la discapacidad y el dolor en la vejez” [Nota N°311, Enero 2015]

El compromiso se extiende desde principios siglo XXI, con la “Estrategia Mundial Sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud” [Organización Mundial de la Salud. Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. ISBN 92 4 359222 X], iniciativa de cooperación internacional, que a partir del año 2004, intentó establecer parámetros de prevención de enfermedades crónicas y disminución de sus respectivos factores de riesgo, en base a dietas nutritivas y recreación física que diezmaban en el ritmo de vida de la mayoría de la población de cada uno de los países que se adscribió a esta estrategia. La solución se resumió en el mayor consumo de vegetales y frutas, disminución del consumo y comercialización de productos grasos y altos en azúcar. Pero la discusión forjada no pudo quedarse entre cuatro paredes, por el contario: en el documento se apuntaron una serie de principios, destacando que: cada país debe seleccionar los planes más idóneos, y ajustarlos a su capacidad y realidad; el gobierno debe ser el dirigente para el progreso de la estrategia, debe asociarse con todo ministerio relativo, y trabajar con industrias, para combinar voluntad, capital y conocimientos para la venta y distribución de productos en el mercado (políticas de precios, impuestos, etc) y ayudar en publicidad para difundir contenidos. Con esto vemos como se les guía a las naciones en un aspecto que atañe a todos los sectores, porque estamos hablando de una mejor calidad de vida, que ayudará a desempeñarnos en las demás tareas para el futuro.

En el marco del desarrollo de este fenómeno global, nuestro país no ha estado exento. Es así como se han llevado a cabo diversas políticas públicas orientadas al fomento de la vida saludable, claramente influenciadas por una tendencia mundial. Claro ejemplo de lo anterior es: el apoyo estatal a la implementación de ciclovías en las grandes ciudades del país. El auge de las bicicletas en el entorno urbano como medio de transporte ha dejado de ser una realidad meramente europea, y ahora es calificado como un evento mundial.

Además de lo anterior, es posible destacar el desarrollo del programa “Elige vivir sano” y  la creación del Ministerio del Deporte (MinDep). El primero hace referencia a una iniciativa deportiva y educativa que tiene como objetivo generar cambios sustanciales en el cómo los chilenos y chilenas viven su día a día en torno al sedentarismo. Por su parte, el MinDep responde a una necesidad gubernamental de contar con una institución que se haga cargo de la gestión y desarrollo de proyectos deportivos. Ambas iniciativas son un reflejo de medidas tomadas en otros sectores del mundo, destacando mayormente países como España, Francia e Inglaterra.

Como se mencionó anteriormente, si se logran alianzas bajo el faro de un organismo de alcance planetario, el mensaje debe ser internalizado por todos los miembros del orbe respectivamente. La globalización nos ha mostrado cuan alto puede ser el nivel de rapidez con el que un contenido puede difundirse, gracias a los medios masivos de comunicación. En la primera mitad de la década del 2000, la televisión y la radio eran dos de los canales preferidos para emitir mensajes o propaganda, aunque no con la cobertura que se quisiera para lograr que todos estuviesen informados. Han pasado no más de diez años y el vuelco que ha dado el internet como el narrador de todo hecho que acontece, es abismante.

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